𝐌𝐞 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫é 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐦𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞 ||𝐑𝐚𝐧 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢

ᴡᴇʟᴄᴏᴍᴇ ᴛᴏ ʏᴏᴜʀ ꜱᴇɴᴛᴇɴᴄᴇ

En las sombrías calles de Neo Tokyo, donde el neón destellaba y las sombras parecían tener vida propia, _________ y Ran Haitani compartían una relación turbulenta y adictiva. Desde el momento en que se encontraron, fue como si estuvieran destinados a chocar, dos fuerzas opuestas atraídas irremediablemente hacia el desastre.

_______ había caído bajo el hechizo de Ran como una mariposa atraída por la llama, fascinada por su magnetismo oscuro y su peligro latente. Para ella, estar con Ran era como bailar en el filo de un cuchillo, emocionante y aterrador al mismo tiempo. Cada encuentro era una montaña rusa de emociones intensas, una mezcla de pasión desenfrenada y dolor.

Ran, por otro lado, encontró en _________ algo que nunca había experimentado antes: alguien dispuesto a desafiarlo, a entrar en su mundo de caos y desorden sin titubear. En su unión, encontraron un refugio mutuo en un mundo que los había descartado.

Pero su amor estaba lejos de ser convencional. Estaba marcado por el conflicto constante, por la atracción irrefrenable que a menudo se convertía en odio ardiente. Discutían con la misma intensidad con la que se amaban, sus palabras cortaban como cuchillos afilados y sus besos eran una mezcla de dulzura y veneno.

La frase "me enamoré de la muerte" resonaba en la mente de _________ cada vez que se sumergía más profundamente en la oscuridad con Ran. Era como si ambos estuvieran destinados a autodestruirse, a consumirse mutuamente en un fuego de pasión y desesperación.

Sus amigos los miraban con preocupación, sabiendo que estaban jugando con fuego y que eventualmente se quemarían. Pero ninguno de los dos podía dejarse ir. Estaban atrapados en un ciclo vicioso de amor y odio, donde cada pelea los llevaba más cerca del abismo y cada reconciliación los dejaba anhelando más.

_______ luchaba con sus propios demonios internos, su pasado turbio y las cicatrices emocionales que la habían llevado a buscar refugio en la oscuridad junto a Ran. A menudo se preguntaba si podría encontrar la fuerza para romper el ciclo, para liberarse del abrazo asfixiante de Ran que la consumía por dentro.

Ran, por su parte, ocultaba sus propias inseguridades detrás de una fachada de indiferencia y desdén. Sabía que _________ era su perdición y, sin embargo, no podía imaginar su vida sin ella. Estaba dispuesto a arder en el infierno con tal de mantenerla cerca, aunque eso significara sacrificar su propia felicidad.

En una noche lluviosa, cuando el mundo parecía estar en calma pero sus corazones latían con furia, _________ y Ran se encontraron en el borde de un precipicio emocional. Miraron al vacío juntos, contemplando la oscuridad que los rodeaba como un abrazo frío y familiar.

"¿Qué somos, Ran?", preguntó _________ finalmente, su voz temblando con una mezcla de miedo y desesperación.

Ran la miró con ojos oscuros y llenos de tormento. "Nos hemos enamorado de la muerte, _________. Somos dos almas perdidas que han encontrado consuelo en la oscuridad."

La confesión pesaba en el aire entre ellos, la verdad cruda de su relación demasiado evidente para ignorarla. Ambos sabían que su amor era un callejón sin salida, un laberinto de emociones y decisiones equivocadas que los llevaba cada vez más cerca del borde.

Y así, se quedaron juntos en la noche, enfrentando un futuro incierto pero sabiendo que estaban atados por algo más profundo que las palabras podían expresar. La frase "me enamoré de la muerte" resonaba como un eco en sus corazones, una metáfora de su relación temeraria y apasionada.

El capítulo de _________ y Ran Haitani no tenía un final claro, sino más bien abierto, como las posibilidades infinitas que aún quedaban por delante. En su mundo de sombras y luces parpadeantes, seguían adelante, desafiando las expectativas y explorando los límites de su conexión única.

Y mientras el viento susurraba entre los edificios altos de Neo Tokyo, _________ y Ran se aferraban el uno al otro en la oscuridad, listos para enfrentar lo que sea que el destino les deparara, juntos hasta el final incierto de sus días.