AÑO 2014
01 DE FEBRERO, ITALIA.
Matheus Allen o Teo como muchos le dicen, se encontraba sentado sobre su cama con las cobijas enredadas en sus piernas y el sudor bajando por su cuello. Había tenido de nuevo la misma pesadilla por lo que su respiración se encontraba agitada.
Estaba al borde de un nuevo ataque de ansiedad, cada vez que un trueno partía con su fuerza el silencio de aquella madrugada se convencía a sí mismo de que su vida ya no tenía sentido ni remedio alguno. Apretaba con insistencia sus manos sobre su rostro mientras evitaba gemir del dolor que aquello le producía y es que aún después de tanto tiempo podía escuchar en sus oídos el sonido estridente de aquel disparo que había cambiado por completo su vida, regalándole la escalofriante sensación de pérdida mientras recordaba como el paisaje verde se iba transformando en rojo y negro.
Cada noche soñaba con el mismo escenario y por supuesto con el mismo desenlace.
Cada noche se sentía más y más perdido.
TRES AÑOS ATRÁS
19 DE AGOSTO DEL 2011, INGLATERRA.
Era unos de esos pocos días en que Matheus se sentía preocupado sin motivo pero el clima desviaba por completo su atención, estaba extremadamente soleado a comparación con otros días que había vivido en Watchet; un pequeño puerto pesquero en las costas de Somerset. Dicho pueblo se encontraba en Inglaterra, ciudad donde nació y donde había decido morir.
Desde niño subía al ferrocarril solo para ver la fachada de aquel hermoso lugar mientras paseaba por toda la costa o se iba a la estación del pueblo donde podía ver viejos trenes de vapor. Incluso luego de tantos años y del avance tecnológico aquella ciudad seguía igual, dándole al sitio un aire muy pintoresco.
Por esas y más razones sentía aquel lugar como una fantasía hecha realidad.
Ese mediodía el viento recio y entre frió azotaba el pequeño sitio donde Allen estacionaba su auto, el sol que ya se encontraba en su cúspides les obsequiaba su intenso calor; produciendo un leve sonrojo en el pálido rostro de aquel hombre. Las calles del pueblo se encontraban vacías por esa razón, el aire podía ser refrescante pero para ellos seguía haciendo mucho calor. Imagino que en un día como ese todos se encontrarían bajo el resguardo de un aire acondicionado pero para ser más realista tuvo que hacerse la idea de que el verano ya estaba acabando; si habían soportado las inmensas temperaturas de ese año ese día no sería un reto. Siguió caminando con aquellas idea en mente y varias carpetas en manos, por un momento desvió su atención a la plaza que tenia al frente donde algunos que otros enamorados yacían en las bancas del elegante sitio, se protegían del sol con los arboles que allí habían y con algunos que otros accesorios coloridos. Las tiendas de café, repostería y otros suvenires esperaban a aquellos clientes que desde hacía varios años visitaban como costumbre sus instalaciones.
Estaba de guardia ese día por lo que decidió tomarse 15 minuto de descanso para ir por un caffe latte* a la cafetería de "Miss Marcela", poseía ese nombre por su antigua dueña; una señora que él aprecio en su tiempo de vida y que ahora mucha falta le hacía. Cuando ella falleció y la noticia llego a sus oídos imagino que cerrarían el hermoso lugar pero para sorpresa de todos Marielle; la nieta de aquella mujer decidió hacerse cargo del negocio. Ella siempre poseyó un rostro serio e inexpresivo y nunca estuvo de acuerdo con que su abuela atendiera aquella cafetería, después de mucho tiempo acepto la pasión con la que su familiar lo atendía y por esa razón sentía una enorme deuda con ella, sentía que si cerraba el esfuerzo de Marcela sería en vano.
Sin dudarlo se sentó en el exterior, el otoño estaba por comenzar y aquel calor infernal se estaba disipando poco a poco dándole una leve frescura al lugar, no le gustaban los lugares cerrados con muchas personas por lo que no quería imaginarse como estaría adentro, allí podría respirar y admirar claramente aquella húmeda en el ambiente; por alguna razón desde joven había tenido esa habilidad de percibir los aromas con más facilidad que otros y por eso le apodaban el sabueso, aunque ciertamente no le hacía para nada en gracia el apodo. Se dedico a leer unos viejos artículos sobre unos casos que habían estado ocurriendo desde hacía algunos años atrás en Francia, Alemania y ahora por esas mismas calles. Todos tenían un parecido a la hora de plantear los términos y de conseguir testigos, no era difícil deducir que los asesinos pertenecían a la misma organización. Sin darse cuenta llevo su mano derecha hacia su mentón y con su dedo pulgar toco levemente su labio inferior; aquella maña lo hacía lucir como un niño mimado pero era lo que lo ayudaba a concentrarse en sus ideas. No comprendía la razón por la cual en Francia mantuvieron secuestradas a dos menores de edad; aparentes testigos del asesinato de su familia, y luego de todo las dejaron con vida.
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Raison D'etre
Romance"NO IMPORTA CUÁNTO CAMBIES, ESTÁS BIEN COMO ESTAS AHORA" [[Código de registro en Safe Creative]] [[1507064573352]] Raison D'etre Significa "Razón de Ser" Amar sin tener el valor de confesarse es la carga más dura que se puede llevar sobre los...