Me quede con esa idea el resto dela jornada, en verdad no sabía cómo iba a responder a este particular dilema, pero tenía una incertidumbre. No podía pedir consejos ya que para empezar nadie podía dármelo.
Cuando terminaron las horas de escuela camine hasta mi casa. Al llegar a la calle principal vislumbre a un joven jorobado sentado afuera de la cerca, moví rápidamente mis pies haciéndolos reaccionar para que caminasen más rápido
-Buenas nuevas joven- salude a Jasón una vez que lo reconocí. Me senté a su lado y este puso su mejilla en evidencia cerca de mi rostro, no sabía con exactitud que quería o que buscaba así que no hice algún movimiento o comentario
-Chica se supone que debes besar mi mejilla y yo besar la tuya- dijo sonriendo ampliamente, se impulsó con su brazo y se acercó hasta besar mi mejilla –justo así- me contesto volviendo a su lugar. Me sonroje completamente y empecé a sentir calor bajo mi cabello
-Gracias a ti aprobare artes- comento jugando con la tierra que se aglomeraba frente a nosotros
-¿Puedes decirme como influí de manera tan adecuada con mi sabiduría?-
-Por ti he descubierto todas las tonalidades de rojo- me contesto de forma burlesca. Quise golpearlo, empujarlo, quemarlo en mi césped hasta que solo se consumieran las llamas… pero no hice nada de eso, al contrario mis mejillas se estiraron con gratitud ante su torpe comentario.
-¿Qué haces aquí afuera?- le pregunte
-He venido a buscarte, y como me he desecho la mano tocando tu puerta he decidido esperarte-
-Pues habiendo llegado la dueña de tan maravilloso palacio ¿quieres pasar?-le comente mientras me ponía de pie, busque en la bolsa de mi pantalón y encontré la llave, camine hasta la puerta de mi casa y la abrí, me sorprendí de ver todo tan reluciente… talvez mi madre lo había limpiado antes de irse al trabajo
-¿esta eres tú?- pregunto observando una pequeña foto que se encontraba en el recibidor. Velozmente corrí hasta él y le arrebate la foto de las manos, camine y la puse de nuevo en su lugar
-Talvez- le conteste
-Parecías una pequeña regordeta tomatito- pronuncio riendo a carcajadas
-¿y tú que eras?- le pregunte riendo -¿una regordeta zanahoria?-
-Te sorprendería lo bien parecido que era de niño- dijo Jasón sonriendo maliciosamente, le indique con la mano que se sentase en el sillón y el obedeció, camine hasta el refrigerador y saque de ahí 2 refrescos de lata. Le extendí uno a Jasón y él lo recibió gustoso
-Todos los doctores decían “Por dios si mi profesión me lo permitiera me casaría con este bebe tan bello y hermoso- comento haciendo graciosas muecas. Solté una carcajada ya que en verdad me pareció chistoso lo que había dicho, busque mi ordenador y lo encendí me lo coloque en las piernas mientras Jasón observaba todo a su alrededor
-Lo siento soy una grosera- dije haciendo una extremadamente exageración –Aquí está el control remoto- le comente extendiéndoselo para que encendiera la TV
-oh no es necesario Emma. Soy un fiel creyente de que las tecnologías arruinaron las relaciones humanas- con su mano alejo el control remoto como si fuese la cosa más asquerosa del mundo
-Bueno chico que odia las tecnologías ya que cree que desintegra amistades… ¿escuchas música?- le pregunte sacando de la mochila del ordenador unos audífonos, los encontré los conecte y le pase uno a Jasón y este se lo coloco al mismo tiempo que yo lo hacia
-Soy una fiel creyente de que la música expresa y une a las personas en una perfecta sintonización melódica- poso sus ojos en la pantalla buscando junto con migo la carpeta de música
-¿Te gusta todo tipo de música?-
-Lo que tú escuches estará bien para mí-
Sonreí ante la respuesta de Jasón. Nunca podía decir por adelantado algo porque Jasón siempre me quitaba la palabra de la boca, no me molestaba en absoluto, de hecho era algo que me provocaba cierta emoción. Estuvimos con los audífonos puestos y mientras los teníamos hablamos mucho sobre nosotros. Le conté lo que me gusta hacer, lo que no me gusta hacer, de mi manera de No pensar y solo escuchar, por supuesto no le conté lo de Charlie ¿Por qué se lo diría? . Me quede un momento en silencio aun con la música en mis oídos. Unos ligeros ronquidos me hicieron voltear, Jasón estaba cabizbajo y el emanaba esos sonidos, el joven a mi izquierda se había quedado dormido. Sonreí de oreja a oreja se veía adorable en esa posición, mi mente por si sola comenzó a trabajar y mis pensamientos se dispararon a mil por hora… me gustaba pasar tiempo con Jasón, aunque solo le hubiese hablado unas 2 veces era de esas personas que emanaban su aura verde y te agradaban aunque sea solo de vista.
Pero aunque lo que más me gustaba de Jasón aun no quería admitirlo… me gustaba que al estar con él, mis pensamientos (aunque fuera por un breve tiempo) no estuviesen destinados a Charlie.
El celular de Jasón comenzó a sonar, este se sobresaltó y rápidamente comenzó a sacarlo de su pantalón, yo solo fije la vista en mi pantalla y fingí no escuchar la conversación aunque fuera imposible. Colgó su celular y suspiro, voltee mi vista a él y me sonrió
-ha llegado la hora en que él bebe más bello y hermoso del mundo parta de las interminables paredes de Emma- se puso de pie y camino unos cuantos pasos pasando por delante de mi
-Ha llegado la hora en que me repita que solo tengo que fingir que eres un bebe más y que aunque me duela, tengo qué olvidarte bello y hermoso bebe Jasón- le conteste riendo ante cada palabra que pronunciaba mi boca. Este se partió en carcajadas y se acercó, capte la indirecta al momento ya que Jasón quería besar mi mejilla así que lo bese en respuesta
- es triste cuando el alumno supera la maestro en clases de besos en mejillas para principiantes- dijo aun parado frente a mi
-Me divertí mucho Emma, de verdad hacía tiempo que no hablaba tanto con una persona y menos de esa forma- me puse de pie y coloque mi ordenador al lado del sillón. Lo alcance y caminamos hasta la puerta, al abrí y Jasón salió por ella
-Ven cuando quieras mi buen encaminado amigo- me despedí. Jasón se dio la vuelta sonriendo
-Tenlo por seguro que ni siquiera Tu madre podrá sacarme de tu casa después- contesto caminando y gritándolo. Volteo y se despidió de mi con la mano, le respondí el saludo y entre de nuevo a mi casa. Cerré la puerta tras de mí y recogí mi ordenador.
Termine mis deberes escolares y subí a mi habitación, aún era temprano para que llegara mi madre así que me puse a investigar un poco más sobre el tema que me dio Charlie, tendría que pedirle permiso a mi madre pero ya sabía su respuesta, diría que si ya que es un trabajo escolar. Puse el reproductor de nuevo desde el ordenador y lo deje correr. Apague la luz de mi habitación y me recosté boca arriba con los ojos cerrados, roce mis pies y me percaté de que aún tenía el calzado puesto así que aprovechando eso Salí disparada encaminada hacia la puerta principal. Siempre en toda mi vida me había gustado el estar sola… pero últimamente eso me agobiaba.
ESTÁS LEYENDO
La última carta de Charlie
JugendliteraturEmma Johnson una estudiante de preparatoria se prepara para su último año. Ansiosa por salir de la interminable etapa de las hormonas adolescentes se verá atrapada ante la fascinante mirada de su profesor de literatura Charlie. ¿Qué pasara cuando E...