Pétalos de rosas

1: Inocencia y el jardín prohibido

¡Oh, no, otra vez no!

De nuevo me desperté en la casita del jardín ¿Por qué? ¿Soy sonámbula? ¿Nadie me vio? ¿Nadie me detuvo? Tengo miedo.

Me levanto despacio con mi vestido blanco y mis risos dorados se menean en ese pequeño movimiento, mientras me agarro del baúl que nunca debe abrirse.

Madre dice que las pesadillas no son reales, pero a mí me parece que sí, más si me descubren que estuve en este lugar prohibido.

Abro despacio la puerta de madera, el jardín está lleno de rosas de muchos colores. Parece un simple jardín, pero no lo es. El líder de nuestro pueblo es muy estricto con los que desobedecen las reglas y está es la regla más importante.

"No entres al jardín".

Salvador, mi prometido, estaría muy decepcionado de mí y Rebel, mi amigo de la infancia, se burlaría, aun así, ojalá estuvieran aquí para acompañarme. Tomaré una gran bocanada de aire e intentaré salir lo más rápido posible de aquí, entonces trataré otra vez de olvidar este horrible suceso.

¡Lista, preparada, ya!