Los días de invierno tenían una cosa en común y eso es la nieve, era algo realmente maravilloso para todas las personas que la veían caer. Los niños no van a la escuela, los adultos pueden faltar al trabajo, todo el mundo puede salir a disfrutar y jugar aunque no todo el mundo disfrutaba del frío, eso incluía a las personas que vivían en una pequeña casa abandonada en donde se encontraban ocultos ocho niños de la calle, la época de invierno era muy dura para ellos, muchos morían por las bajas temperaturas y la escasez de comida, sus pies sin zapatos terminaban lastimados por el hielo, eran una época que para muchos no había nada bueno, menos para la pequeña Gin, ella creía fervientemente en la conocida magia de navidad la cual venía acompañada por todo lo que conlleva el invierno,— Hermano — llamó la menor, Ryunosuke era su hermano, solo era mayor por un año y siempre había cargado con el peso de la seguridad de todos, no solo la de su hermana menor, sino también por la de los demás niños,— Anoche tuvo una fiebre muy alta...— dijo la pequeña Sayaka antes de ver al usuario de habilidad, posiblemente nunca hablaba, no eran muy unido a ellos y a veces les causaba miedo pero era su protector, su lanza y su escudo ante el mundo cruel de los adultos, sabían que si algo llegaba a pasarles podían confiar en que Ryunosuke seguiría su juramento de vengar cada herida causada,— Eso le pasa por no comer bien, el otro día comió tantos chocolates que se desmayó — se quejó Yuuji en un tono de broma confiado en que el mayor de los Akutagawa estaba dormido y no iba a despertar hasta que escucho una queja, se sobresalto un poco ante el ruido pero solo fue una queja normal, si fuera un ataque de Ryunosuke no lo vería venir,— Me gustaría hacer algo por el — comento Gin a sus amigos,— ¿Algo como qué? — preguntaron a lo que Gin vio por la ventana,— Algo especial y único, como la protección que nos dan — agregó antes de que una sonrisa cruzará por sus labios,— ¡Ya sé! — grito mientras se levantaba del piso,— Tomen todo lo que tenemos para abrigarnos — pidió a lo que sus amigos la vieron un poco raro,— Es una idea genial — agrego antes de salir corriendo afuera, debía arreglar muchas cosas para hacer el mejor regalo del mundo para su hermano, algo que demostrara toda la dedicación al cuidarlos.
***
Los ojos de Akutagawa se abrieron con gran pesadez, su cabeza dolía mucho, la fiebre de anoche había hecho algo que desde hacía mucho no se había permitido y eso era ser débil hasta caer rendido, odiaba mucho los días fríos, eran una molestia, lo hacían ser menos efectivo en proteger a las personas que confiaban en su fuerza,— Agua... — pidió, tenía mucha sed pero no había nadie,— Chicos... — llamo esperando recibir respuesta alguna mientras miraba a su alrededor notando que estaba completamente solo,— Gin... — dijo esperando escuchar a su hermana,— ¡¿Dónde están?! — pregunto ya preocupado mientras se levantan de la cama improvisada que le hicieron de cartones y algunas telas rotas de la basura.
Apenas si pudo dar un paso cuando cayó de rodillas, sus pulmones aún dolían, su cuerpo aún estaba cansado y carecía de las fuerzas necesarias para hacer algo, ni siquiera estaba seguro si podía llamar a Rashomon,— ¡Hermano! — grito Gin preocupada mientras era acompañada por dos de los niños con los que vivían,— ¿Qué haces fuera de la cama? Aún no te recuperas por completo — dijo antes de acercarse,— Aún tienes algo de fiebre — se quejó mientras revisaba su temperatura,— ¿¡Dónde estaban!?... No deben salir... No mientras yo esté así... Ahora... No soy capaz de protegerlos... ¿¡Qué pensaban!? — se quejó molesto pero los demás lo vieron más preocupados por su salud que por la molestia del muchacho conocido como el perro sin corazón,— Tenemos un regalo para ti — dijeron antes de ayudarlo a ponerse a pie para ir a la ventana,— Te va a encantar — explicaron antes de mostrarle el muñeco de nieve que habían creado, en un primer momento creyó que era un gato... Pero también pensó sobre como podía ser también un samurai... Tal vez era el clásico muñeco de nieve, tal vez un robot... Aunque también existía la posibilidad de que fuera una rana, lo cierto es que Ryunosuke no le veía forma alguna a lo que habían creado sus amigos y su hermana, tampoco comprendía porque debía gustarle el homúnculo que habían creado, parecía más bien una quimera... O algo peor.
Estaba horrible siendo honestos, la nieve que usaron sus amigos no era blanca al 100% aunque en esa parte de Yokohama que al menos no tuviera orina ya era ganancia, lo que creía era la cabeza se estaba cayendo, su mirada tenía cierto aire triste/malvado/feliz... No tenía sentido alguno en términos de anatomía o proporción, pero aún así Ryunosuke sonrió, era algo que sus amigos habían hecho, sus manos estaban rojas y posiblemente se estaban muriendo de frío, era algo hermoso a su manera lo que habían creado, si tal vez no era perfecto pero ellos tampoco y aún así había alguna forma de belleza única, tal vez eso era lo mejor de aquella creación,— ¡Es Rashomon! — gritaron todos al mismo tiempo como si hubieran dicho « Feliz cumpleaños».
“ Eso explica todo” se dijo entendiendo que tenía sentido que la creación pudiera tener todas esas formas debido a que era su poder, una tela la cual se convertía en lo necesario para su usuario, tal así era que el muñeco de nieve era una creación viva, todas las interpretaciones que hiciera eran correctas,— Podrían dedicarse a hacer esculturas — les dijo, haciendo que todos se pudieran felices,— Si somos escultores seremos ricos — comentaron,— Entonces podremos dejar de robar y vivir en la calle — una pequeña esperanza comenzó en el corazón de cada uno de ellos,— Y así poderes conseguir comida y un doctor para Akutagawa-san — todos estaban de acuerdo en ello, ayudar a la persona que los 365 días del año los protegía sin importar el costo para si mismo.***
El día se fue en la creación de nieve que se quedó afuera siendo observada tanto por Ryunosuke, su hermano y los demás niños, en sus cabezas el sueño de ser ricos y famosos por sus esculturas llegaba a ser tan real como la misma nieve que caía y la figura que se mantenía firme por alguna extraña razón, tristemente ese muñeco de nieve se iba a derretir por el sol, como la bala que pronto se encargaría de destruir todos los sueños que ahora se creaban y desaparecerían al igual que la nieve pero por el momento era bueno creer que ese muñeco de nieve al igual que sus sueños se mantendría en pie para siempre.
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BingoNavideñoBSD
Fanfiction¿Cómo se vive la navidad en Yokohama? En una ciudad en dónde abunda lo sobrenatural, una de las festividades más esperadas del año, como podrá ser llevaba por las personas con poderes que residen en ese lugar. Serie de historias cortas basadas en el...