DOS DE NOSOTROS.
*
"Tú y yo tenemos recuerdos más largos que el camino que queda delante.
Dos de nosotros usando impermeables parados debajo del sol...
...en nuestro camino de regreso a casa.
Estamos volviendo a casa. "
*
Y siempre fueron cinco.
En el escenario. En los viajes. En la complicidad de soñar con los ojos abiertos.
Siempre fueron cinco.
En los largos días, en el trabajo cotidiano, en las risas, en las frustraciones, en el deseo de alcanzar la cima.
Siempre fueron cinco.
Y los cinco estaban lejos de casa.
Lejos de las cenas de mamá, de la calidez del hogar, de la seguridad de sentirse protegidos.
Lejos de casa.
Pero algunos más que otros.
Hyun Joong reparaba en Saeng y entre pequeños detalles supo de su historia.
Tímido, algo inseguro. Sabía perfectamente las razones de ello. Una familia disuelta no debía ser tan fácil de sobrellevar para alguien tan sensible.
Un hogar era aquél sitio dónde te sentías seguro, protegido.
Y Hyun Joong decidió protegerlo para darle un poco de esa calidez de hogar que Saeng necesitaba. Hacerlo sentir en casa. Aunque los viajes fueran su pan nuestro de cada día.
*
Si Saeng decía que no podía hacer tal cosa, que no se sentía lo suficientemente bueno para realizar esto o aquello, Hyun Joong saltaba para animarlo. Para decirle "eres perfecto, lo harás bien" y Saeng, más confiado, accedía con una invaluable sonrisa.
Fue con Saeng que escapó a Hong Kong. Fue Saeng el que lo cuidó mientras estuvo enfermo. Fue Saeng aquél miembro del grupo con el que se sentía nervioso y tenía que hablarle de manera formal.
Fue con Saeng con quién le cosquilleaban las manos y su corazón saltaba cuando las enlazaba con las suyas. Con quién escribía cientos de "te amo" invisibles con las yemas de los dedos, tomando los muros por lienzos cuando nadie los veía.
Fue con Saeng con quién tuvo aquel primer beso.
Y aquél viaje en coche, manejando sin un rumbo, sin un destino. Y que terminó cerca de las estrellas o así les pareció a ellos en aquella noche en que pudieron estar juntos por primera vez.Tal como lo dictaba su corazón.
El cielo era un escenario iluminado por miles de fósforos. Cómo aquellos con los que encendían los cigarrillos que a Saeng le gustaba fumar. Y mientras las volutas de humo formaban figuras estilizadas en la oscuridad de la noche, ambos se sentían protegidos uno en brazos del otro.El mundo era un escenario donde incluso ellos podían resplandecer.
Los cinco eran familia, pero dos de ellos, guiados por el corazón, comenzaban a nadar por otras aguas.
*
La palabra hogar era algo más allá de cinco letras y podía abarcar muchísimas cosas. Hyun Joong siempre se sintió seguro en aquél sitio que lo vio nacer, donde se forjaron uno a uno sus sueños, donde la música se convirtió en su modo de vivir y esa pasión que corría por sus venas.Siempre amó eso tan grande que él consideraba su hogar.
Y cuándo empezó todo aquello se sintió excluido de casa.
Su corazón se encogía y empezó a vivir con temores. Temor a haberlo herido. A herirlo aún más si seguía en su compañía.
Fue con Saeng con quién supo el dolor de equivocarse y tener que decir adiós. Fue con Saeng con quién de lejos vivió la tormenta.
Fue a Saeng a quién vio aquella tarde por casualidad. El cielo estaba brillante y un enorme sol, redondo y naranja, iluminaba con fuerza el parque con cerezos recién florecidos. Se miraron de frente y Hyun Joong creyó que encontraría un mar de reproches en sus ojos pero sólo encontró algo de tristeza, de decepción. Y dolió de manera tan terrible. "He visto lo que se dice en las redes", le dijo con voz temblorosa.
Luego lo abrazó.
Los cinco padecieron la borrasca, pero dos de ellos fueron los que se encontraron ahí de pie, en medio de un parque, protegiéndose mutuamente, a plena luz del sol, de los embistes del huracán de un público que quería borrar para siempre sus nombres.
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Fue con Saeng con quién volvió a sentirse seguro.
Fue con Saeng con quién volvió a reír a carcajadas.
Fue con Saeng con quién tejió un camino de recuerdos, largo, tan largo como ese camino que estaba seguro, aún quedaba por delante.
Fue con Saeng con quién podía estar tranquilo, cocinar un poco de ramen, retozar en sus brazos y despertar con una sonrisa en su cara.
Y Hyun Joong lo comprendió. Un hogar era aquél sitio dónde te sentías seguro, protegido. Y viendo a Saeng dormir, con la respiración apacible, tranquila de un niño, comprendió que ambos estaban en casa.
Dos de ellos habían vuelto juntos a casa.
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Regalito atrasado de Navidad. Espero no haya quedado tan mal, pero esta canción de los Beatles sonaba insistente en mi cabeza.