Mientras Zelya sollozaba en el pecho de Guilt temió por la poca felicidad que le quedaba, una vez más su amado sería arrebatado de sus brazos, probablemente por la misma mujer y una vez más maldijo a Olivia Van Durguen.
Hacía ya muchos años Zel era una chica libre, joven y despreocupada, vivía en el pueblo, en una pequeña casona para niños huérfanos, ella era una de las mayores y junto a Jade, su mejor amigo, mantenían el control y cuidaban del resto de los residentes.
Zel solía escabullirse al bosque para volar libre fue ahí donde lo vio por primera vez, un jóven de ropa fina, cabello castaño enmarañado y amplia sonrisa traviesa, Zorenag Rider, príncipe del Inframundo, el único heredero del trono y un amante de la aventura, Zore visitaba el mismo bosque que Zel para poder cabalgar sin los reproches de su padre.
La joven Zelya cayó perdidamente por el salvaje noble y nunca ocultó su atracción, al inicio se mantuvo al margen, principalmente por el temor del rechazo de aquel jóven, pero Zore siempre se mostró amable, incluso con aquella apariencia fuerte e imponente, el joven Príncipe era un hombre bueno y bondadoso.
En una de sus múltiples conversaciones Zelya mencionó su hogar y Zore no tardó en donar una generosa cantidad para mantener a los niños de la casa hogar, los años pasaron, y los sentimientos de Zelya se veían finalmente correspondidos, tan sólo tenían quince años y ya no se escabullían al bosque a jugar.
- Deberíamos huir juntos- dijo Zore mientras acariciaba el cabello de Zel, la chica rió.
- ¿Huir?-
- Sí, tú y yo, tomemos un barco lejos de aquí y olvidémonos de todo- la propuest de Zore parecía seria, pero Zel no quería dejar a sus hermanos de la casa hogar, a Jade, y tampoco quería dejar al Reino sin el único heredero de la Familia Real,
- Sabes que no podemos sólo dejarlo todo Zore, no así.- concluyó Zel, el chico siguió insistiendo un rato obteniendo la misma negativa por parte de Zel, después de ese día o volvió a insistir.
Se amaron intensamente durante ese periodo, tanto que en una de sus visitas Zore llegó con la sonrisa más brillante que había visto en años.
- ¿Qué ocurre?- preguntó la chica.
- Hoy llegó un barco con varios productos extranjeros, desde hace años quise preguntarte, pero aún no encontraba la joya ideal, hoy la encontré...- comenzó Zore mientras ponía su rodilla sobre el suelo frente a Zelya, Zel no podía creer lo que estaba ocurriendo, era tan surreal.
- Zore.-
- Zelya, ¿te casarías conmigo?- dijo mientras ofrecía unos hermosos pendientes de esmeraldas y oro, la felicidad de Zel se desbordaba con pesadas lágrimas.
se abrazaron tan fuerte buscando nunca separarse, sin embargo, esos pendientes del color de la destrucción parecían ser un augurio del caos que vendría, un presagio de un amor imposible.
Zel portaba los pendientes con orgullo desde aquel día, una semana después los Reyes se embarcarían a un recorrido a las tierras al otro lado del mar, Zore tenía el plan de informar a sus padres la anulación del trato con los Van Durguen y el matrimonio con Zel tan pronto regresaran.
Los reyes se marcharon con sus guardias de mayor estima y algunos embajadores del comercio, el príncipe Zorenag pacientemente esperó su regreso organizando en secreto todo preparativo para su boda con Zelya. Por su parte, Zel también se preparaba en secreto.
- ¿Qué te parece Jade?- preguntó la chica modelando un sencillo vestido azul cielo, Jade la observaba con ternura, para él, Zel era una de sus hermanitas y no podía creer que en realidad ella fuera a casarse.
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Verso de Guerra [Poema de Creación y Destrucción]
FantasíaEn el Inframundo una guerra se ha desatado, cuatro hermanos pueden detenerla, solo siguiendo un camino de sangre, traición y hermandad. Del Poema de la Creación y Destrucción