Verso de Guerra [Poema de Creación y Destrucción]

Fayt I

Olivia, Reign y John tenían todo preparado para el ataque, habían reunido a todos los simpatizantes de Olivia en la mansión y la pronta advertencia había logrado que se anexaran a las filas del ejército de Olivia los diversos guardias de sus simpatizantes, ampliando la fuerza militar.

Fred paseaba por la mansión en silencio gracias a que John no había mencionado cómo obtuvo la carta, con la muerte de la Familia Real y la desaparición de Red, Olivia y sus hijos tenían la libertad de manejar el palacio a su voluntad.

La noticia de la muerte de Guilt se había extendido por el reino, y el pesar y la confusión llegó aún más allá, hasta una pequeña cabaña, bastante cuidada en la cima de una montaña al otro extremo del bosque donde el suceso había llegado desde el momento en que ocurrió como si el lugar estuviese conectado a los hechos.

Red siguió el camino del pasadizo hasta llegar a esa cabaña con Zinnia en brazos, imaginó que ese era el lugar donde Zelya y su padre se encontraban, curioso recorrió la cabaña esperando encontrar recuerdos de su padre, algo que pudiera atesorar ahora que estaba lejos de su hogar y no sabía si podría volver, lo primero que tomó fue un pequeño y afilado cuchillo, que cargó durante todo su recorrido, aún estaba a la defensiva.

Detrás de la cabaña había un río, con aguas claras y tranquilas, le recordaba a los estanques en la Montaña Púrpura, se sentó frente a él esperando tranquilizar sus pensamientos, acomodó a Zinnia a su lado quien ya había sido vencida por el sueño y descansaba sobre el césped.

El Sol estaba por ocultarse, según el recorrido que había hecho no había durado más de 30 minutos de camino, a penas comenzaba a asimilar que su padre y esa niña eran los últimos miembros vivos de su familia, apenas el agua había comenzado a hacer efecto en el alma de Red cuando sintió cómo si hubiesen apuñalado su corazón, un grito desgarrador salió de su garganta, incluso Zinnia se despertó de un sobresalto y comenzó a llorar, Red no podía consolarla, él mismo derramaba lágrimas sin control, sus manos temblaban y deseaba poder ahogar su dolor junto con su cuerpo en esas mansas aguas, pensó en su Padre, no sabía porqué pero sabía en su corazón que ahora solo eran él y Zinnia, no habría un nuevo mañana para Guilt Van Durguen.

La tristeza se volvió ira, ¿por qué tuvieron que salir de las Montañas?, ¿Qué necesidad había previsto su padre para condenarlos a la Maldición de esa Corona?, entre lágrimas amargas tomó el cuchillo, los chillidos agudos de esa niña le aturdían, tenía que pararla ya, esa niña, lo último que le importó a su Padre más que su propia vida, Red apretó el arma con fuerza y decisión y sin pensarlo dos veces, de un solo movimiento, cortó su larga melena negra, dejando los descuidados mechones asimétricos a la altura del mentón.

Soltó el arma y su larga coleta, dejando que el viento y el agua se llevara su cabello, ahora, Red Van Durguen había muerto también, el chico se levantó con dificultad, su pecho dolía, pero con las fuerzas que quedaban tomó a la niña en sus brazos y la meció calmandola.

—Muchachos, recuerden sus formaciones— mencionó Olivia.

—John al frente, yo con los miembros del Consejo.— recordó Reign.

—Sé que puede ser tarde para afinar los planes, pero considero que dadas las aptitudes de Reign y con el fin de que el Ejército lo comience a considerar su General, él debería ir al frente y yo con el Consejo, igual sería mi oportunidad de congeniar con ellos como su futuro Rey, ¿no lo crees...Madre?— sugirió John ajustando su banda dorada, Reign lo miró con la ceja arqueada.

—¿Tú, cuidando a los miembros del Consejo, así como cuidaste a tu ahora desaparecida esposa?— se mofó Reign, John puso los ojos en blanco.

—Ya te lo dije, Christina no está desaparecida, sé perfectamente dónde está, iremos por ella cuando acabemos aquí, no quiero que estorbe. -- explicó John.