Aquellos del bando de los Van Durguen que había sobrevivido estaban siendo capturados como prisioneros, resguardados a la espera de un juicio Real, siendo éste equipo liderado por Lena quien portaba con mayor comodidad la Espada del Rey, los heridos estaban siendo atendidos en orden de urgencia por aquellos ilesos, entre los que se encontraba Nika, Chrys y John estaban sentados lejos de la multitud, así lo había decidido John, estaba ya demasiado aturdido por el inmenso poder que comenzaba a ajustarse a su cuerpo.
- ¿Estás seguro que estás bien?- preguntó Chrys al verlo tan ausente.
- Mis heridas están sanando rápidamente, más de lo usual, estoy bien- respondió el rubio con voz exhausta.
- ¿Entonces ocurre algo más?- la nueva condición que compartían le permitía a Chrys sentir lo mismo que John, y sabía que algo no estaba bien, había dolor, pero aparentemente no era un dolor físico, John se puso de pie.
- No te preocupes, solo necesito caminar un poco, vuelvo enseguida- replicó John dejando a la chica algo consternada mientras lo observaba marcharse al interior de la mansión.
Chrys suspiró, imaginó que posiblemente John tenía mucho que digerir de lo ocurrido y ocupaba estar solo, la chica observó el campo, organizado, a pesar de la victoria nadie sonreía, los vivos lloraban a los muertos y aquellos que no lloraban era por estar muy ocupados recuperando a los sobrevivientes, ahí fue dónde la vio, corriendo de un lado a otro, parando sangrados, sosteniendo la mano de algunos soldados, harapienta, sucia, pero aún así tan hermosa como cualquier otro día.
- ¿Veronika?- Chrys se acercó llamándola, la rubia se sobresaltó al escuchar esa voz que tanto la había molestado por años, ahora sentía alivio, se volvió hacia ella sorprendida.
- ¡Christina!- exclamó con emoción, sin pensarlo corrió a abrazarla, había pasado tanto tiempo desde la última vez que se vieron, siempre la había tratado como si fuera su enemigo, pero estos cinco meses le habían enseñado cómo lucían los verdaderos enemigos.
La castaña se sorprendió al inicio ante la muestra de afecto de Nika pero igualmente ella había aclarado muchas cosas durante su estancia en el Inframundo, y una de ellas era que Veronika O'Hara no era su enemiga, respondió el abrazo con calidez pensando que tal vez serían los últimos días en los que vería a Veronika pues estaba convencida de que su lugar era la Oscuridad, pero Nika era una chica humana, y su lugar era volver a Pacific Seaside, mas no contaba con lo que vería.
- Blakeney, no lo creerás pero estaba terriblemente preocupada por tí, tan solo desaparecimos y cuando desperté ya no estabas, luego conocí a ese tipo, según te estaba cuidando pero, ¡diablos!, yo no le confiaría ni un lápiz, menos mal estás bien.- balbuceó Nika con su típico tono altanero,Chrys sonrió al ver a la misma Veronika de siempre pero en esta ocasión no había más abusos o agresividad, solo tenía esa bella sonrisa arrogante y sincera.
- Es bueno que tú también estés bien, John no me decía mucho solo dijo que eras molesta pero con eso era suficiente, al menos estabas viva.- Chrys la tomó de las manos, podía confirmar que Nika estaba sana, intercambiaron un par de palabras antes de que Rick se acercara, Chrys había quedado deslumbrada por la fuerza y elegancia de aquel moreno, pero esos ojos redondos guindas le recordaba a dos zafiros que conocía bien.
- Mi Señora de la Oscuridad, es un placer conocerla, mi nombre es Richard Rider- Rick hizo una reverencia.
- El placer es mío su Majestad- respondió Chrys reverenciando también recordando que ahora que los Van Durguen no estaban en el trono, los Rider volvían a ser la familia principal.
Una acción le llamó la atención, el Primer Príncipe del Inframundo estaba demasiado cerca de Nika y en un momento rodeó la cintura de Nika con su brazo.
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Verso de Guerra [Poema de Creación y Destrucción]
FantasíaEn el Inframundo una guerra se ha desatado, cuatro hermanos pueden detenerla, solo siguiendo un camino de sangre, traición y hermandad. Del Poema de la Creación y Destrucción