Hacía frío, ni siquiera el abrigo que llevaba puesto lograba hacerla sentir en calor.
Tomó una piedra pequeña, dudosa de que si el se despertaría o no. Tomó valor y la aventó a la ventana.
—Tch.— no había sido lo suficientemente fuerte como para que el se despertará.— Seguro estarás durmiendo como un bebé.
Volvió a aventarle, pero esta vez no fué una y dos, fueron tres.
Momentos después, la ventana fué abierta con pesadez dejando ver a un rubio con los cabellos alborotados y con baba por todo su rostro. Talló sus ojos y cuando vió a la chica los abrió con tal sopresa e incluso parpadeó un par de veces para asegurarse de que realmente era ella.
—¡Akari!— iba a gritar más fuerte pero ella le hizo una seña de que guardara silencio o los demás vecinos podían despertarse o los padres del chico.
—¡Hey!, hola Hanagaki. ¿Podrías bajar?—
La puerta principal fué abierta y cerrada con lentitud, el rubio ya se había puesto un abrigo, aunque la baba seca seguía ahí.
—Perdón, Hanagaki. Se que es de madrugada pero, ¿podemos hablar?— preguntó con los ojos rojos, era evidente que había llorado varías horas.
—Ouh, claro.— Takemichi se limitó a responder, sentía diferente a la chica.
Caminaron sin rumbo, solo eran ellos dos en las calles desoladas en una madrugada. Hasta que se hartaron y decidieron sentarse en uno de los bordes de las banquetas. Por unos instantes reinó el silencio, solo se podía escuchar el movimiento de los árboles a la temperatura baja de la madrugada.
—Hanagaki, ¿alguna vez has visto morir a alguien que amas?—preguntó sin mirarlo, sus ojos estaban puestos en sus manos que se movían nerviosamente.
—¿Por qué lo preguntas?— habló con dificultad y sus ojos comenzaron a moverse más de lo habitual.—
—Ayer le dijiste a Baji que no muriera, ¿por qué?— ahora lo miró con desafío y el ojiazul se tenso pasando su diestra por su mejilla.—
—Akari, yo...— Akari sollozo, interrumpiendo al rubio. Con sus dos manos cubrió sus ojos ya que las lágrimas amenazaban por salir y esta vez; sin retenerse.
—¿Sabes? Siempre he tratado de ser alguien fuerte, guardo todo para mí. Pero ahora todo esta estallando.— su voz estaba rota, podía escucharse de ese modo pero ni siquiera una sola lágrima bajaba por sus mejillas.— Siento que me clavan una navaja, una y otra vez. Y ahora tengo esta sensación de pérdida— sus manos bajaron temerosamente hasta su pecho.—como si me hubieran arrancado una parte de mí.
Takemichi no podía soportar más e incluso clavó sus uñas en sus muslos. Sabía como se sentía, el lo había experimentado al ver morir a su primer amor; Hinata Tachibana. Por eso mismo, con todo el riesgo que podía confesar algo como eso, se decidió a hablar.
—¡Akari, yo! Yo...— tembló, sus labios lo hicieron. Con lentitud, su mirada fué decayendo y teniendo por como Akari podía reaccionar.— ¡Yo vi morir a Baji!—las manos de Akari cayeron como una pluma, se preguntó si había escuchado bien.— E incluso, Draken me contó cómo te suicidaste.— lo había sacado, no directamente pero lo había hecho. Takemichi ya se encontraba derramando varías lágrimas.
—¿Qué demonios dices, Hanagaki?— preguntó con el rostro tenso, pues todo lo que había dicho el chico, era solo una hipótesis suya.
Takemichi bajo la mirada, sus lágrimas comenzaron a caer hasta su regazo.
Comenzó a contarle todo lo que había vivido, incluso lo frustrante que se estaba volviendo no poder cambiar nada, el también estaba cansado.
—Entonces lo hiciste, sabías que su plan era eliminar a Emma y te interpusiste para que tú recibieras el impacto.— sollozo como nunca.— Draken mencionó que no era coincidencia, tú ya estabas cansada de seguir y que solo querías reunirte con Baji. Es por eso que aquella vez te abracé porque en el pasado aún no es tan desastroso como en cada futuro.
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𝑮𝒐𝒍𝒅𝒆𝒏 𝒉𝒐𝒖𝒓 | 𝑩𝒂𝒋𝒊 𝑲𝒆𝒊𝒔𝒖𝒌𝒆
FanfictionEn ese instante eran solo un pequeño atardecer, el era el suave rojo que tiñe el cielo azul y ella era la luz cálida que ilumina cada rincón de ese rojo. 📌 HISTORIA COMPLETADA. 📌Esta historia puede contener lenguaje explícito. 📌Puede contener spo...