El viaje había sido largo de un reino a otro, con el rey Ikaris y su primo dentro del mismo auto; mientras que, por delante, iba otro vehículo con algunos guardias reales en señal de protección. Winnie le deseó suerte y, a escondidas de Bruce y del rey Ikaris, besó dulcemente su mejilla. Le había contado sobre lo que iba a hacer y ella terminó por convencerlo al igual que Helmut.
El caos dentro del pueblo y las protestas estaban cerca del castillo. Veían con esperanza la caravana que entraba al castillo, ya que acudieron varios representantes de los aliados de Rumanía para asegurarse que todo saliera bien. El enemigo se desmoronaba en los frentes de batalla, por más que sus gobernantes insistieron, los soldados sabían que perderían y se rendían antes de provocar más destrucción. Habían perdido mucho en ese conflicto irracional: compañeros, municiones, fondos financieros que fueron desviados a la causa bélica y que ahora el resto de la población sufría.
Sus pasos eran decididos sobre el suelo del lugar que alguna vez lo vio crecer. Las puertas del gran salón se abrieron enfrente de sus ojos y continuó su camino ante los dos tronos donde sus padres estaban sentados. Estaba sorprendido que su padre vestía prendas más modestas, había dejado su guardarropa de prendas finas. Todo lo contrario de su madre, que se mantenía en sus ostentosos vestidos y su corona sobre su cabeza.
El rey Ikaris, junto a todos los gobernantes aliados a él, hicieron un nuevo tratado para los reinos de la región al igual que finalizar los conflictos bélicos y siempre buscar la paz para los habitantes de cada reino; además que, con ello, se daba pie a la libertad del pueblo para elegir su forma de gobierno.
La reina fulminaba a su hijo y a su sobrino con la mirada, llamándolos traidores. Strange leyó los acuerdos en voz alta, pasando punto por punto y el rey aceptó, aunque su esposa decía todo lo contrario. Cada firma fue marcada en el papel por cada uno de los representantes de cada reino. Por último, Stephen se acercó con un documento que hizo soltar un pesado suspiro por parte de George.
—Un paso adelante, príncipe— dijo el rey con voz firme. El rubio acudió a las palabras de su padre y ante una mesa de metal brillante vio la pluma y el documento. Alzó la mirada para encontrarse con la de su progenitor— Príncipe George Khozlov de Ucrania. ¿Renuncia, voluntariamente, a su título como heredero a la corona del reino, a sus bienes, riquezas y privilegios al abdicar a la mención que se le ha dado por nacimiento...?
—Sí, renuncio— pronunció sin titubear.
El monarca le entregó la pluma y la sostuvo en su mano. Su firma se trazaba con fluidez en medio del silencio que en ese momento le rodeaba. Sabía que al hacerlo, ya no tendría nada; pero pensó por qué lo hacía: por amor a Winnie. Sus padres jamás aprobarían esa relación, por más beneficiosa que fuese, y dicho amor fue incrementando y lo seguiría haciendo.
El monarca le extendió la mano y George la estrechó al tiempo que le entregaba la medalla que era perteneciente a su título. Zemo asintió en cuanto George volteó a verlo, había cortado los hilos que lo mantenían atado a un destino infeliz. Sus ojos miraron a su tía, cuyo rostro estaba rojo de coraje y que ella se levantó de su trono para quitarle una espada al guardia. Había sido un movimiento tan rápido que no pudo evitarlo.
—¡Cuidado!— gritó Helmut, llamando la atención de todos.
Sus dos manos sujetaban el mango de la pesada espada mientras se dirigía hacia el rey y George, quienes esquivaron afortunadamente un par de movimientos que la reina ejecutó sin decir nada. Los presentes estaban impactados de ver a la reina tan enojada y con la intención de acabar con su hijo y su esposo.
—¡Son unos traidores! ¡Hipócritas! ¡Y cobardes!— gritaba con furia y de forma hostil al tiempo que trataba de acertar a quien sea.
Su corona había caído de su cabeza debido a los rápidos y fuertes movimientos que hacía con la espada; rodó hacia los pies de Zemo. La tomó entre sus manos y observaba las destellantes gemas incrustadas en el pesado y brillante metal. Era el final de la monarquía y la familia que lo vio y crió como un hijo más, que lo acogió en su orfandad, le dió todos los lujos posibles y que ahora se desmoronaba.
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LINAJE BARNES
FanfictionPRECUELA DE SER UNA BARNES 35 años antes de los sucesos de "Ser una Barnes". Antes de que la mayor de sus felicidades se convirtiera en su más grande decepción y tragedia, siendo la evolución de un matrimonio... El de los Reyes George y Winnifred Ba...