Los secretos, son cosas que no son expuestas por un motivo de fuerza mayor o gracias a un pacto entre una o más de dos personas, muchos ocultan secretos, creo que todos lo hacemos, depende del efecto que cause y con que intenciones sea para decir que hiciste mal o bien, para mí está bien guardarlos, todos merecemos algo que no podemos contar a nadie, que sea solo nuestro y lo conozcamos solo nosotros, es algo tuyo; pero en este caso Christopher había ocultado algo que terminaría en un gran gozo o eso esperaba, se trata del brillante plan entre él y Joss, todo iniciaba con una ardiente noche, lo más posible un fin de semana, si no era el caso, tenían una señal para que ambos tengan el día libre; la segunda parte del plan estaba comenzando ahora mismo, una delicioso desayuno preparado por él mismo se había servido en la mesa, Kathlyn había despertado cuando llego a sus fosas nasales aquel olor característico de que algo había sido horneado, inmediatamente se paro dirigiéndose a la cocina encontrándose con aquel hombre que la hacía suspirar, vistiendo unos pantalones de chándal un poco bajos dejando ver los calzoncillos rojos en su interior conjunto a su delantal de cocina con flores y mariposas, ese le pertenecía a Kathlyn por lo que supongo que el suyo estaba sucio o se equivocó, aquella imagen era tan deliciosa para la mente de ella, simplemente perfecta.
— ¿Chef tan temprano en la mañana? — abraza por detrás al contrario.
— Y de los mejores ¿No lo crees? — se da vuelta para encararla.
— Tendría que probar ese delicioso desayuno.
— Siéntese señorita, su desayuno está listo.
Así fue un romántico inicio de mañana en el cuál se notaba que los sentimientos fluían cuál río, no había ni una piedra, no había rama ni persona que los detenga, por ahora estaban felices.
La mañana al parecer se pasó rápido ¿Qué podían hace un domingo? Salieron tarde de casa directo a almorzar a un restaurante lejos de casa, pasando la tarde por lugares de la ciudad, unas cuantas fotos se agregaron la galería de ambos, chistes y bromas que los dos se contaban, quién diría que el sentido del humor de la pareja estaba tan roto, Joss siempre decía que a pesar que los chistes de ella no daban risa en sí, reía porque a veces no tenían sentido o que al ser tan malos se convertía en algo absurdo.
Después de comer algo sumamente delicioso se embarcaron en la misión de explorar otros lugares de su pequeña ciudad, le vendría bien ir al campo pensaron, pero no era ese día, así que decidieron ir a la playa, alquilaron dos bicicletas, ahora les diré un secreto que nadie sabía, uno de los dos no supo manejar bicicleta hasta después de los veinte, encontraban discordancia a la hora de pasar el rato, ya que a uno le gustaba la caminata y al otro la bicicleta, algo completamente disparejo.
Tras llegar a su destino, justo a horas del atardecer y buscar un lugar dónde la vista se vea maravillosa, una sombrilla no vendría mal pero optaron por sacudirse bajo el tenue sol, una sesión de fotos había iniciado otra vez, quién diría que eran pareja, parecían una modelo y su fotógrafo, o en viceversa, las sonrisas nunca faltaban como tampoco el sueño que llegaba a mitad de la tarde, con el acuerdo que terminando el atardecer regresarían a casa se quedaron apoyados en el otro a la orilla del mar.
Vale, eso no iba a durar mucho, alguien tenía que quedarse dormido y nada más y nada menos que fue ella, cayo rendida cuál bebe cuando recién come, por parte el decidió no despertarla, se sentía bien.
Para cuando vieron la hora, ya era demasiado tarde, había pasado más tiempo de lo pensado, como también pagar las horas extras del alquiler, todo sea por el momento de paz y armonía entre los dos, aquellos recuerdos quedarían grabados en la mente y corazón de ella.
Subieron a aquel autobús que los llevaría cerca a casa, se sentaron en casi los últimos asientos de este, el sueño se apoderó de los dos, pero aquí otro secreto, alguien podría que el dormir sea su mejor placer o que se lo tome muy rápido pero había una clase de poder, era levantarse en los momentos justos, cuando creías que llegaría el jefe a gritarte por quedarte dormida, ella minutos o hasta segundos antes el sueño desaparecía, desde pequeña, en las clases, cuando ya estaban por despedirse, lograba decirle "Hasta luego profesora" para volver a dormir, que realidad y sorpresa para muchos, así que como siempre, ella levantaba en el momento exacto para bajar despertando a Joss de sus dulces sueños de manera brusca.
Bajaron de lo más maravillados del autobús, ya se estaba acercando el aniversario de su vecindario por lo que los vecinos habían colgado luces en los postes, parecían una lluvia de estrellas, hermoso; fueron directo a un pequeño local de comida con frituras, como para terminar el día ¿no? pidieron cada uno una porción para invitarse mutuamente, al terminar agradecer y dirigirse a su apartamento.
Muy curioso que Joss haya insistido para abrir la puerta, ella no le tomó importancia, así qué cuando se adentró veía todo oscuro, buscando el interruptor se topo con una liga, la cuál por curiosidad decidió jalar, al momento se encendieron miles de luces que aclararon la escena, había un pastel y helado, globos y serpentinas, pétalos y velas en frente de todo Joss, ahora sí que estaba sorprendida.
— Cariño, mi Little Girl — se acercó a ella.
— ¿Sí? — lo miro con los ojos expectantes.
— Aceptarías — abre la caja la cuál contenía los anillos — pasar más momentos como los de hoy, sin olvidar que a veces tenemos peleas o discusiones, en lo bueno y malo, junto a este humano que no te merece y que esta completamente enamorado de ti ¿Acep-
Ella sin pensarlo dos veces se lanza sobre él, pronunciado repetidamente el "Sí" y "Acepto"; no podía ni siquiera pensar en decir que no, no era una opción, había esperado este momento por siglos, bueno no, pero si algo de tiempo, sin más se fundieron en un beso con todos los sentimientos cargados al cien.
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Our history of two
Short StoryUna pareja que se ha conocido desde la adolescencia, deciden comprometerse después de diez años, sin importar la gran diferencia de edad o los hablares de las demás personas, eran felices. Lo que Kathlyn no sabía era que la persona que tenía a lado...