Un pequeño estornudo, seguido de un temblor por la fiebre, llamó la atención del oji-castaño, que enseguida fue a volver a acomodarle el trapito de agua fría en la frente a su novia.
-Salud- Respondió con calma, mientras que Bibi se tallaba los ojos del cansacio. Había estado durmiendo todo el día y podría incluso dormir más.
Tal vez se debia al tiempo de frio, o que había estado entrenando demasiado en la noche porque a esas horas estaba desocupada. O tal vez era por ambas razones fusionadas, pero el punto fue que la acrobata había despertado con una fuerte fiebre y con la garganta destrozada y ronca.
En cuanto su pareja se enteró del estado de Bibi, no dudo en pedir un día libre para cuidarla. Y ahí estaban ahora, la castaña rojiza en la cama viendo como las rapidas manos de Willy usaban el termometro para saber si aún tenía mucha fiebre. Y como el seño fruncido del enfermero reveló que así era.
-¿Qué horas son puchungis?- Preguntó Bibi, con una mano apretando ligeramente su garganta porque le dolía hablar.
- Las cinco de la tarde ¿tienes hambre?
Bibi negó con la cabeza, por alguna razón, la idea de comer la mareaba en ese momento.
Willy notaba como Bibi se masajeaba la garganta y como fruncía los labios cada vez que tragaba saliva.
-¿Te duele mucho?- Bibi asintió con pena - hmm... Yo recuerdo un remedió para eso. Perame tantito.
El enfermero dejo un rapido beso en la frente de Bibi y despues salió del cuarto, dejando a la acrobata sola.
El sol ya estaba bajando, desparramando todo lo que quedaba de su luz en el primer lugar al que cupiera, y gracias a sus cortinas rosadas que la habían acompañado en su habitación toda su vida, podía apresiar como se fusionaba la gama de colores bañando su habitación de un magenta intenso. Adoraba el magenta, era su color favorito.
La reflexión sr vió interrumpida cuando Willy reapareció en el cuarto, con una taza humeante.
-Toma, te hice tésito de limón con una cucharada de miel- Explico el ex sargento- Sirve mucho para desinflamar y va a ayudar a que ya no te duela.
Bibi sonrió enternecida, conocía esa receta, le traía muchas memorías de su infancía, cuando ella no era más que una niña y sus hermanos mayores se la preparaban cuando estaba enferma.
-¿sí te gusta el té de limón?- Preguntó Willy, al ver que su novia se había quedado observando la taza- Sino te gusta se me hace que también tienes de manzanill-
Bibi lo cortó con un besito en la mejilla, que hizo que el enfermero sonriera bobaliconamente.
Pocas personas disfrutan estar enfermas, pero sí con eso se puede disfrutar de un enfermero como Willy, a la acrobata le da igual.
ESTÁS LEYENDO
Té de limón con miel \\ WiBi Drabble ||Human AU||
FanfictionHay personas que consideran estar enfermas como una desgracía, porque a nadie le gusta sentirse mal o debil, pero en el caso de Bibi, le encanta que su enfermero personal fuera a visitarla cuando está enferma.