-Storia d'amore 1-

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Cuando llegué a la taberna, el bello dolor de cabeza conocido como Ravenee bailaba alegremente sobre una de las mesas, con la ropa y el cabellos hechos un desastre, descalza, rodeada de simios que la veían como si fuera una cerveza en un día caluroso. Y lo más importante, estaba ebria. Malditamente ebria. Nunca la había visto así, más que nada porque se suponía que ella odiaba beber.

Y sin embargo, lo único que pude hacer fue quedarme parado como idiota, viendo esa sonrisa encantadora y despreocupada que nunca creí ver. Y deseé que la razón de esa sonrisa fuera otra que el peso del alcohol en su sangre. Deseé que esa sonrisa se mantuviera en su rostro. Deseé verla cada maldito día de mi vida a cada hora. Y me sentí capaz de destruir a quien me privara de hacerlo.

Cuando me obligué a volver del pequeño trance y avanzar al no tan pequeño círculo, traté de ignorar el pulso acelerado. Era Raven

¿Y eso qué?

¡Es como mi hermanita!

Pues que viva lo incesto.

"¡Damas y Caballeros!" gritó arrastrando las palabras "Mi querido Elijah ha llegado"

Noté como los hombres que la habían estado viendo, jóvenes y viejos, me veían con algo parecido a la envidia o al odio cuando la chica bajó de la mesa para abrazarme inesperadamente. Puso su mejilla en mi hombro mientras se ponía de puntitas para llegar a rodear mi cuello con sus brazos. Instintivamente la tomé de la cintura para acercar su oreja a mi boca y poder hablarle. Pensé que el familiar impulso de morderle el cuello llegaría, pero fue sustituído por el aún más enorme impulso de besar el lunar (que desde mi posición había descubierto) detrás de su oreja hasta el cansancio. Y a pesar de nunca haberlo hecho, dudaba que fuera a cansarme de hacerlo en algún momento.

Imbécil, reacciona.

Había comenzado a sentir la vista nublada y la respiración pesada. Y sólo la estaba abrazando ¿Se podía saber desde cuando demonios tenía un lunar allí? ¿O por qué yo no lo había visto aún?

¡YA!

"Debemos irnos" le hablé antes de que cayera inconsciente o yo hiciera una tontería.

"Oh, si, supongo que debemos" habló cerca de mi cuello, dándome un escalofrío que descendió justo a dónde no quería que descendiera.

Al soltarla, se acercó a la mesa para tomar su cartera, zapatos y una botella de lo que parecía ser vodka. Y se despidió de su público con una sonrisa cansada. Cuando le dí mi saco para que se abrigar a sentí miradas a nosotros. Cuando abracé por los hombros para que no cayera, sentí aún más el peso de las miradas de los simios. E incluso ya afuera, lo seguía sintiendo.
Decidí centrarme en la reprimenda que se formó en mi garganta nada más verla.

"¿Ravenee, se puede saber que demonios estabas haciendo? ¿O por qué desapareciste y te emborrachaste?"

Se encogió de hombros dándole un trago a su botella.

"Necesitaba despejarme" murmuró

"¿Y era necesario tomarte un maldito bar para despejarte?" le pregunté tratando de no gritarle. Lo notó. Odiaba que notara cuando estaba molesto aunque disimulara. Odiaba que notara cualquier cosa incluso ebria.

"He decidido rendirme" me dedico una sonrisa que desvío mi atención por un segundo a sus labios, rojos y húmedos por el recientre trago, se veían especialmente...

No. Concéntrate. Ahora.

"¿Rendirte?"

"Si, ya sabes" me hizo un gesto que supongo era un ave volando "Dejarlos ir. He decidido que es lo mejor. Ninguno de mis hermanos ha decidido buscarme. ¿Por qué debería de hacerlo yo? Si soy sincera, creo que solo decidieron olvidarme. Así que yo haré lo mismo"

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⏰ Última actualización: Feb 28, 2022 ⏰

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