Epílogo

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Los pétalos cerezos caían sobre una capilla de Shingashina

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Los pétalos cerezos caían sobre una capilla de Shingashina. El sol se ocultaba a veces por las nubes grises, tal cual un clima impredecible de primavera.

Nadie sabía por qué Eren había elegido justamente un día de primavera para celebrar su boda y menos, que eligió celebrarla en Paradise cuando en Marley tenían prácticamente su vida, pero también, nadie rebatió su decisión.

A lo lejos, se escuchaba que alguien tocaba una puerta enérgicamente.

- ¡Eren! — Marejadas de golpes en la puerta de nuevo — ¡Eren! ¡No puedes llegar tarde hoy!

La voz de Armin se hallaba desesperada. Eren y Mikasa habían desaparecido desde sus respectivas fiestas de solteros. Annie y las demás chicas habían perdido toda la noche buscándola, pero nadie los encontró.

Como última opción, Jean sugirió revisar en sus respectivas habitaciones. Quedaban 4 horas para la boda y ninguno de los dos aparecía.

- No está aquí — La voz de Armin temblaba — Quizás Eren hizo alguna locura anoche y Mikasa no sopor...
- No hice nada anoche, solo me escapé de su aburrida fiesta de soltero — La ronca voz de Eren se escuchó mientras se abría la puerta — ¿Qué pasa con este escándalo?
- ¡Eren! — Grito Armin feliz por encontrarlo pero aún muy angustiado por la noticia de Mikasa — Que bueno que pudimos encontrarte, es Mikasa, ella desapareció anoche y...

Eren terminó por abrir su puerta para dejar al descubierto la cama donde yacía Mikasa como un verdadero cuadro renacentista, sus pechos al descubiertos iluminados por la débil luz del sol que se colaba por la ventana, estaba desnuda solo cubierta por una sábana blanca solo en su pelvis hasta los muslos, dejando también descubierto parte de sus piernas.

Armin enrojeció como un tomate y se dio vuelta gritando el nombre del castaño. En cambio, Jean que estaba atrás, observaba a Mikasa sin parpadear, completamente embelesado ante tal visión.

- Dios... — Susurró Jean, Armin golpeó suavemente el estómago del más alto.
- ¡No seas descarado! — Grito el rubio ante la inacción de Jean.
- Si, no seas descarado Jean. Te acusaré con Marco — Hablo Eren en voz baja aguantando una risita — Este será un regalo para ti, será la primera y última vez que veas algo de mi esposa.

Jean trago saliva con su cara enrojecida.
- Yo iré a dejar a Mikasa donde Annie en una hora. Tranquilos, no saboteare mi propia boda. Omitan este detalle con mamá, por favor — Sonrió a Armin antes de cerrar la puerta, suspiro tras ella y se dio un tiempo para admirar a su futura esposa.

Era realmente perfecta, en esos 3 meses de preparativos, se había dado el tiempo cada noche de admirar cada detalle de su cuerpo, de explorar cada una de sus fantasías, de disfrutar su admirable personalidad, tenacidad y sentido de la responsabilidad. Ella era completamente opuesta a él y eso era lo que más amaba de ella.

La boda de mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora