El diario de Anne [El Reino De Argot]👑💍[En Edición]

6🤴El laberinto y el Príncipe🌾

Anne sintió temor y muchas ganas de llamar a su amiga Estell para que le brindara su ayuda en esta situación.

No era la primera vez que Estell intercedía por ella.

Era una figura esbelta la que en esos momentos se acercaba a Anne.

Al verla a la luz no resultó tan macabra o terrorífica como Anne se lo hubiera imaginado. La chica parpadeó varias veces sin dejar de mirarla. Era alta, de tez blanca pálido, bien definida en cuanto a físico. Anne supuso que entrenaba para ponerse en forma, tenía ojos azules brillantes, el cabello rubio algo más oscuro que el de Anne y tenía puesto un vestido muy llamativo color purpura. Lo único fuera de lo normal que Anne notó fueron sus inusuales orejas de gato (o eso se imaginó Anne) que sobresalían de su cabeza. Era difícil saber si eran reales o no.

Parecía más bien una chica salida de una revista de entretenimiento para adultos.

Anne tosió falsamente frunciendo el ceño.

—No es necesario que me mires de esa forma niña —le dijo la dama haciendo aparecer una delicada silla color pastel al lado de ella. Sentándose cruzó las piernas y miró a Anne de arriba abajo. -Discúlpame pero no vengo a tener una charla ni simple ni cómoda con usted -dijo la dama mirando sus perfectas uñas. —Estoy aquí en contra de mi voluntad. —Suspiró —Lo hago porque el favor a cambio es muy grato y deseado de mi parte claro puntualizó la dama con una media sonrisa sin mirar a Anne.

Anne puso los ojos en blanco sin poder creer lo orgullosa que resulto ser.

—Discúlpeme usted señorita pero eso lo tengo muy claro.

La chica dejo de mirar sus uñas y comenzó a mirar a Anne con un poco de más interés.

—Yo tampoco pretendo estar aquí solo para agradarle a usted. Solo quiero encontrar mi Ximicals, es mi único objetivo hasta ahora, así que si es tan amable de decirme que tengo que hacer o al menos dejarme avanzar...

La criatura o mejor dicho la esbelta chica la miró de arriba abajo con una sonrisa petulante en su rostro.

—Créeme que tampoco me da gusto perder mi tiempo contigo —dijo mirando sus uñas nuevamente.

Anne volteó los ojos y suspiro.

—Es una misión o llámalo mejor como un "trabajo sucio". Lo haría yo misma pero aprovecharé esto para que lo hagas por mi ya que seguramente no resultará ésta vez si lo hago yo... —La chica puso cara de pocos amigos y su voz cambió repentinamente.

Anne sintió de repente lástima por la chica, parecía triste y desolada repentinamente.

Anne se acercó un poco más a ella con mucha curiosidad en lo que le esperaba.

La chica suspiró y miró a la nada murmurando más para sí misma que hablando con ella.

—Hace un poco más de cinco años conocí al amor de mi vida. —Suspiró y se le aguaron los ojos enseguida. Anne mordió su labio con pena por ella —Nunca pensé que alguien llegaría a llenar mis días así. Nos compenetramos en todo de una manera más que por el destino era por la química que teníamos al estar unidos. —Su voz de enamorada cambió de amor a odio en un instante. —Alexander es su nombre. Resultó ser el príncipe de ese pueblo maldito, un pueblo que ni su nombre me gustaría recordar. No creo hasta ahora que sea un príncipe real ni que sea de sangre real, la verdad es que algo me hace dudarlo —dijo con el ceño ligeramente fruncido —Su padre es cruel, indeseable y es la razón por la cual me fuí de ese pueblo rápidamente al enterarme de sus planes macabros... —Anne comenzó a recordar en muchas cosas que le dijo Estell sobre ese pueblo y sabía bien a cual se refería. —Pero caí en su trampa. Su padre nos aseguró que éramos el uno para el otro y que nuestros poderes unidos eran incomparables. De compromiso me regalo el anillo más poderoso de todos, aunque para algunos fuera solo un mito... —Suspiró triste.