Mutación [Libro1. Saga Agente Biológico]

Capítulo 14.

Habían salido por el mismo lugar escogido por Jimin para entrar. Jungkook se mantenía estable a juzgar por las evaluaciones minuciosas que el rubio le hacía sin que se percatara.

Su manos estaban entrelazadas y el pelinegro tiraba suavemente del contrario para que se apresurara. No querían ser descubiertos. Ahí si que todo sería mucho peor.

El pasillo continuaba en calma cuando el reloj marcaba exactamente las 12 con 40 minutos. No se habían podido desactivar las cámaras. Sabían que estaban grabando, pero a juzgar que nadie había salido en su captura los que controlaban la seguridad del lugar también estaban dormidos.

—¿Cómo saldremos?— susurró Jimin algo desesperado por la situación.

—Conozco una salida de emergencia al final del pasillo a la izquierda— indicó al detenerse para pensar mejor el plan.

No conocía otra salida a parte de la principal y la de emergencia. La primera tenía que estar obligatoriamente custodiada por lo que la segunda sería la mejor de las opciones.

—¿Estás seguro que es la correcta?

—Esperemos que si. No conozco otra manera segura para hacerlo— sostuvo más fuerte la mano de Jimin. Aquel momento era decisivo solo deseaba que todo transcurriera sin ningún percance.

—¿Tienes la llave?— preguntó cuando comenzaron a caminar de nuevo.

—No— maldijo por lo bajo. Esa puerta estaba fuertemente cerrada y al menos que usara su fuerza no la podría abrir.

—¿Entonces que hacemos?— la desesperación comenzó a pasarle factura a su voz.

—No queda otra opción a parte de mi fuerza.

—No puedes Jungkook. Está todo en silencio. Al menor ruido se lanzarán todos contra nosotros. Estamos arriesgando demasiado esta oportunidad. Sabes que no tendremos otra igual.

—Lo se Jimin, créeme que lo se pero no hay otra alternativa si queremos escapar. A partir de ese momento, en el que logre abrir la puerta tenemos que actuar más deprisa que nunca. No podemos perder ni un segundo.

El de cabellos morados decidió callar. Era cierto que no tenían otra alternativa por lo tanto tenía que confiar en Jungkook ahora más que nunca. Solo rezaba internamente para que lograran escapar antes de que todo se saliera de control.

Cuando llegaron a la puerta era exactamente como el pelinegro había descrito. Estaba cerrada con cadenas muy gruesas y también contaba con seguro a presión. Solo una fuerza descomunal podría romper todas esas cerraduras.

—Mantente lejos por favor, voy a utilizar mi fuerza y no quiero que salgas lastimado— colocó sus manos en la rueda a presión listo para comenzar.

—De acuerdo— retrocedió tres pasos. Sus manos y pies temblaban.

No quería mencionarlo pero había comenzado a sentirse mal. Tenía acelerado el corazón. La boca seca y un poco de calentura tal vez. Preocupar a Jungkook era lo que menos quería así que calló.

El pelinegro sostuvo la rueda entre sus dos manos. Tomó una respiración completa y contuvo la misma cuando comenzó a aplicar toda su fuerza en el material.

Un crujido espantoso interrumpió la quietud del lugar y Jimin comenzó a desesperarse aún más. A partir de ese momento tenían los segundos contados. Seguramente ya se habían despertado los guardias. Les tomaría un tiempo averiguar lo que estaba pasando pero no sería mucho.

La rueda empezó poco a poco a ceder y a girar lentamente hasta que fue fácil deslizarla por completo. Ahora solo faltaban las cadenas y la cerradura de la llave.

Una alarma los sobresaltó al instante cuando haciendo eco por doquier sonó sin ser esperada. Ya habían establecido la fase de alerta y estaban a nada de encontrarlos.

—¡Por favor Jungkook, apresúrate!

El mencionado agarró las dos cadenas juntas y tiró de ellas hasta que con otro crujido metálico se rompieron y calleron al suelo provocando un estruendo.

De una patada desarmó la cerradura faltante y la puerta magullado se abrió.

—¡Vamos!— lo tomó por la parte interna de las rodillas con una mano y la otra la colocó detrás de la espalda.

—¿¡Qué haces!?— gritó exaltado por la acción inesperada.

—Tenemos que salir ya de aquí. Soy más rápido que tú— y dicho esto comenzó a correr todo lo que su súper velocidad le permitió.

Se adentró en el bosque y sin mirar atrás continuaron su marcha.

La luna despuntaba en lo más alto cuando elevó su vista al cielo. Las estrellas titilaban por doquier. Era algo magnífico. ¿Tendrían libertad por fin?. Sonrió ante esa posibilidad. Quería que fuera cierta. Anhelaba una vida tranquila y sin intromisiones.

Disparos se escucharon desde lo lejos y se sobresaltó un poco.

—Tranquilo. Están buscando en otro lugar. Al menos hoy no nos encontrarán.

Chicas, a esta historia le quedan pocos capítulos para terminar...