Capítulo 1: "Nuevos desconocidos"

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Ella estaba con la mirada perdida en el paisaje lleno de árboles verdes con algunas ramas secas, había pasto húmedo, aire puro y fresco que golpeaba en su rostro. En el horizonte se encontraba un lago con agua limpia y cristalina, que apenas se veía por las abundantes plantas. La mañana era fresca, aunque con algunos rayos de Sol que no llegaban a calentar el ambiente. Iluminaban algunos rincones de ese húmedo bosque.

La joven independiente, estaba inmersa en sus pensamientos de enojo y rencor hacia su hermano. La pelinegra de pelo corto y lacio estaba tranquilamente sentada en la reposera, no había ningún ruido a su alrededor cuando su perro Alaska olfateó su mano e hizo que sus pensamientos no estuvieran tan presentes. Su dueña lo acarició y comenzó a darle cariño.

En ese momento se escuchó una voz gruesa y ronca que provenía del bosque gritando:

¡¡¡Alaaaaaskaa!!! ¿Dónde te has ido? - dijo Alexander buscando a su mascota. La chica giró su cabeza hacia el perro y exclamó.

Tú también quieres escaparte de él, ¿verdad?- cuando Alex la vio, se sorprendió y dijo:

Oh, Aixa, no pensé que estabas despierta, es muy temprano. Buenos días.

Hola- Alex suspira cansado al escuchar la respuesta cortante de su hermana.

Oye, sé que lo que pasó es en parte mi culpa, pero no puedes estar enojada para siempre. Además, comprendí que estuvo muy mal y ya no puedo hacer nada.

Wow, al fin admites que tienes la culpa- Aixa se levantó de la silla, poniéndose enfrente de su hermano mayor, con una mirada desafiante- Y te equivocas Alexander, sí puedo estar enojada toda la vida. En fin, me iré a caminar.

No, tú no vas a ningún lado. Vamos a salir a pescar y debes quedarte en la casa.

Y ahora me mandas, qué gracioso, ¿no te bastó con arruinarme la vida?- en ese momento aparece Owen saliendo del bosque, y él siempre tan pacífico dijo:

Chicos, vamos, no peleen. Aixa, tú quédate en la casa cuidando el hogar, mientras nosotros vamos de pesca. Te prometo que después sales a caminar sola.

Aixa entró en la casa casi a regañadientes.

Owen, deja de mal acostumbrarla, solamente porque tiene algunos problemas, ella tiene que empezar a dejar de actuar como una nena malcriada.- dice Alex al ver desaparecer a su hermanita por la puerta.

Sabes que no la trato así por eso, es porque la respeto y a tí también, eres mi mejor amigo. Además sus "problemas" no me importan, la que me importa es ella.

Tú siempre estás haciendo de mediador entre nosotros.

En ese momento los dos mejores amigos comenzaron a caminar en busca de la cena de esa noche. Pasaron por los distintos tipos de árboles, algunos más angostos, otros más anchos, tal vez algunos con más altura y otros con menos. El día comenzaba a ser más cálido, ya que comenzaba a ser de mediodía y los rayos de sol calentaban más que antes. El suelo estaba húmedo debido a las lluvias torrenciales de las otras noches.

Al llegar cerca del muelle los muchachos notan mucha inquietud en Alaska, no paraba de sacudir su pañuelo rojo que llevaba en el cuello. Miraba hacia un lugar fijo saltando y olfateando, parecía que había encontrado algo. Alex y Owen se miraron y decidieron seguir al perro. Los llevó hacia el hermoso lago donde ellos estaban por pescar, pero fue en ese momento que se dieron cuenta que había alguien ahogándose al lado del muelle.

Era una chica, de pelo morocho y ojos claros y grandes. Se sacudía en el agua salpicando a todos lados, parecía que no sabía nadar y que necesitaba ayuda. Fue ahí cuando Alexander se tiró a buscarla. Sin dudarlo un segundo se quitó la camiseta y saltó de cabeza al agua desde el muelle. La levantó en sus brazos como si fuera un bebé y la llevó cuidadosa, pero rápidamente hacia la orilla. Se arrodilló y la dejó sobre el césped muy delicadamente. La muchacha comenzó a toser falsamente mientras fingía ser salvada del agua. Miró fijamente a Alex a los ojos, viendo su figura en contraste con el sol y le dijo:

Eres mi salvador, muchas gracias- tartamudeó ella, imitando su alivio al ser salvada.

No tienes por qué agradecerme, lo habría hecho cualquiera. Ahora dime, ¿qué haces aquí sola en el bosque? ¿Cuál es tu nombre?

Mi nombre es Ashley. Esta mañana decidí ir al bosque muy temprano, para poder aprovechar el día, cuando de repente escuché unos ruidos en los arbustos y comencé a darme cuenta que alguien me estaba siguiendo, entonces corrí y perdí de vista a mi acosador. Resbalé en el muelle y comencé a ahogarme. Ahora estoy perdida y no encuentro mi hogar, no sé qué hacer.

Está bien, te dejaré estar en nuestra casa, pero te ayudaremos a buscar tu hogar y apenas lo encontremos te irás, ¿oíste?- Ashley pareció muy agradecida al escuchar la oferta de Alex.

Hermano, ¿estás seguro de esto?, de dejarla entrar en la casa. Puede ser un riesgo, no solo para nosotros. - expresó Owen mostrando su muy acertada preocupación.

Sí estoy seguro, ella está sola y todo aquí puede ser un peligro. No la dejaremos morir- dice Alex, pero en ese instante interrumpe Ashley.

¿Cuáles son los nombres de mi salvador y su amigo?

Mi nombre es Owen y mi amigo se llama Alexander- dice Owen ofreciéndole su mano amablemente a la desconocida para que se levante.

Cuidadosamente llevaron a Ashley hasta su nuevo hogar temporal. El camino se hizo más largo que cuando fueron a la ida. No hubo grandes conversaciones, solamente hubo miradas de preocupación, pensamientos silenciosos y muchas dudas flotando en ese tenso aire.

Al llegar a la casa la primera en ingresar es Ashley, quien inmediatamente cruzó miradas con Aixa, que estaba cocinando fideos con salsa de tomate. Aixa suelta dramáticamente lo que está haciendo y mira fijamente a los que estaban entrando en la casa. Pregunta muy fríamente:

¿Quién es ella?

Es una chica que necesita nuestra ayuda y que va a quedarse en la casa unos días- contestó su hermano mayor.

Alexander, ¿qué somos ahora?, ¿una obra de caridad? La próxima vez que traigan desconocidos necesitados avísenme que traigo más gente. ¿No podías arruinar más las cosas hermano?- salió bruscamente de su lugar y se dirigió a su cuarto cerrando la puerta tan fuerte que el ruido retumbó en toda la casa.

¿Y a ella qué le pasa?- preguntó Ashley con cara de asco.

Ella es Aixa, es solo mi hermanita pequeña.- dice Alex harto de las contestaciones de la hermana. Apenas termina de presentar a Aixa frente a Ashley, Aixa abre la puerta de su cuarto y dice:

Ésta hermanita, le puede desfigurar la cara a golpes si quiere, imbécil - vuelve a cerrar la puerta bruscamente.

¡Te presento a la familia Blake!- dijo Alex con falsa emoción y revoleando los ojos.

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Buenasss, vamos a intentar estar muy activas con esta historia, esperamos que les guste y que nos apoyen.

Pueden pasar a ver nuestra historia que se llama Contra la Corriente.

Chauchis...

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