Capítulo 3

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SASUKE

La capital de Sapiensápolis estaba rebosar, como de costumbre. Me había acercado a la ciudad para cerciorarme de que las cosas iban según lo planeado. Eran cincuenta millones de personas viviendo en un recinto del tamaño un continente, pero estaban atrapadas, al fin y al cabo. Unos grandes muros impedían ir más allá. La mayoría de las personas jamás habían visto el mar pues los traslados y migraciones entre ciudades estaban muy controlados.

No eran ni si quiera conscientes hasta qué punto estaban siendo controlados por la corporación robótica de Archymeda. Sin embargo, no podía culparles pues yo no era muy diferente a ellos. A igual que el resto me vi obligado a servir a Archymeda y a sus propósitos, fuesen cuales fuesen. «Momo, no sé cómo, pero encontraré la forma de que despiertes y estemos juntos. Si este es el precio que se debe pagar para ello, que así sea».

Ni si quiera estaba mirando el escaparate lujosamente decorado con hologramas que había delante de mí. En lo único que podía pensar era en el modo de finalizar mi cometido lo antes posible y ser libre. «No puedo permitir que salga mal, de lo contrario... Momo moría y todo habría sido en vano».

Me paré en una tienda y salí de allí con la ropa nueva, que era lo que en principio había ido a buscar, esperando no haberme gastado demasiado aquel día. La construcción del centro me había dejado bastante sin blanca, si no fuera por la venta de activos me habría quedado exactamente como al principio de todo, completamente arruinado. Regresé al centro utilizando un transporte humano, el tren el cual me dejaría casi al borde de Sapiensápolis dónde tenía mi vehículo volador que usaría para llegar hasta el centro. Usaba varios transportes para intentar no tener una rutina demasiado previsible. Después de todo, Archymeda no era la única interesada en los mutantes también estaban los conocidos como Genetistas Puros. Había varios grupos de radicales antimutantes, sin embargo, este era el más peligroso y conocido de todos. Siguiendo el mal del siglo XX habían creado una filosofía supremacista y extremadamente violenta.

«Proteger a los mutantes está siendo incluso más complicado de lo que ya me esperaba, sobre todo a los más desvalidos pues necesitan más horas de atención especial. Ya conocía los riesgos y los sacrificios que tendría que hacer, no obstante, supongo que no estaba del todo preparado para tratar a tantos mutantes. Probablemente casi están todos los mutantes vivos que quedan».

El tren se paró y yo salí de mis divagaciones, ahora debía centrarme en volver al centro con mi vehículo volador y tratar a mis pacientes. Aún estando muy cansado debía seguir trabajando para encontrar una forma la forma de curar a Momo. Llegué al centro estando extremadamente molido y tras dejar las compras realizadas procedí a comprobar el estado de mis pacientes más prometedores. Los que, en términos médicos, tenían más posibilidades de tratar sus mutaciones o enfermedades. Caminé por las habitaciones, hasta dar con la de mi paciente estrella: Sora.

Observé como Kairi estaba al lado de Sora cogiéndole la mano mientras continuaba llorando desesperadamente. Yo me acerqué y posé mi mano sobre su hombro. A continuación, me senté en una silla su lado y esperé a que Kairi estuviera mejor. «Esta decisión no ha sido precisamente fácil para ella. Sacrificar así sus recuerdos con Sora ha debido de ser de lo más doloroso».

—Kairi... Deberías ir a descansar. Mañana te toca ingresar al juego y debes estar preparada.

—¿Está seguro que esta vez funcionará? —preguntó Kairi.

—Con sus recuerdos ahora podemos adecuar mejor su mente a su nuevo receptáculo. Por eso es esencial que se acostumbre primero a su nuevo yo en el video juego y para ello te necesita a ti y al resto de los mutantes —contestó Sasuke.

—No ha respondido a mi pregunta... —dijo Kairi apartándome la mirada.

Yo suspiré. «Si esto funciona.... Podré salvar a Momo. Será mucho más que eso. Si esto funciona, todos ellos se salvarán». Le tendí la mano a Kairi y ella me la cogió. La conduje hasta su habitación y observé como un robot la conectaba a la máquina. La batería de su corazón mecánico algún día se agotaría y ese día dejaría de latir. «Eternamente joven... pues jamás podrá envejecer...».

Me marché de la habitación y me encontré con Enzo, uno de mis antiguos pacientes, sentado en la sala común junto a varios mutantes más. Yo les miré uno a uno. Enzo era un joven de unos veinticinco años de piel morena; el pelo oscuro y poseía el síndrome de 22q. A su izquierda estaba Tahani, una mujer negra de pelo negro azabache, largo y recogido con trenzas, ojos oscuros y rasgos marcados afroamericanos. A continuación, Lupe, una mujer de piel oscura y con acondroplasia, y a su derecha, Koda, un hombre negro que tenía lupus. Sentado a su otro lado estaba Kazuo, un joven de rasgos oriéntales que tenía distonía muscular inferior.

Y por último estaba Iliana, con el pelo castaño, largo y rizado, ojos marrones y facciones griegas. Su piel era morena y tenía surcos de antiguas heridas por todas partes, era algo típico de alguien con piel mariposa. Un simple roce podría significar el mayor de los sufrimientos para ellos. Busqué con la mirada a Nathaniel, Laszlo, Gwyneth y Saya, pero no estaban, seguramente estarían descansando en sus respectivas habitaciones.

«No es de extrañar, mañana comienzan con el juego su rehabilitación, deben estar listos para lo que se avecina. Después de todo el juego solo es el entrenamiento». Enzo al verme se levantó, parecía que quería preguntarme algo a solas. «Enzo desde que le conozco ha tenido dotes de liderazgo, será muy valioso para mis planes. Por suerte, tenemos el mismo objetivo común. No me gustaría tenerle como enemigo».

—Sasuke, ¿cómo está Sora? —preguntó Enzo.

—Por ahora...igual. Vosotros debéis meteros mañana en el juego y hacer que Sora interactúe con el juego, de esta forma podremos recolectaré más datos y quizás...

—¿Quizás? —dijo Enzo bastante triste.

—Sora es nuestra esperanza de conseguir un futuro mejor para todos. Él es el único que puede finalizar el juego. Por eso es tan importante que le ayudéis. Si Sora finaliza el juego, podremos conseguir recuperar todos sus recuerdos y volverá —expliqué.

—Puede contar con nosotros, ya lo sabe. Éramos los primeros mutantes del experimento, sabíamos lo que podíamos perder y, aun así, Sora... siempre luchó. Hasta el último instante —afirmó Enzo y me miró a los ojos—. Por eso, ahora nosotros lucharemos por él.

—No es por él único que debemos luchar... —le recordé.

—Momo... —me respondió Enzo.

Yo asentí. Enzo miró a Kenzo. Él y Momo, habían tenido mucha química durante los primeros experimentos. «No importa, si me ayudan a liberarla, todo lo demás habrá valido la pena. Después de todo, se lo prometí y cumpliría aquella promesa. A pesar de lo que pudiera costar, la cumpliría».

Al día siguiente me levanté temprano, debía comprobar cómo estaban el resto de los pacientes que se unirían al juego con Sora. Primero visité a Saya, una mujer con la piel oscura con síndrome de rett y de unos cuarenta años. Saya siempre llevaba un velo para ocultar las desfiguraciones de su rostro, pero aún podía verse sus hermosos ojos castaños.

Pasé a la siguiente habitación dónde se encontraba Nathaniel, un hombre que rondaba los cincuenta, de pelo oscuro y que poseía síndrome de Aarskog. No pude pasar mucho tiempo a su lado pues debía continuar con Gwyneth, una mujer pasados los cuarenta con síndrome de Rubinstein-Taybi, la piel pálida, el pelo rubio y los ojos azules.

Finalmente fui a visitar al último miembro del grupo, Laszlo, un hombre de unos treinta años, con los ojos claros, constitución delgada y que poseía la enfermedad de Fabry.

«La verdad es que Laszlo ha sobrevivido gracias a los implantes robóticos de órganos y a un estupendo trato médico, de lo contrario ni si quiera hubiera llegado a la adolescencia. Por ahora el SYCRONERV ha conseguido ralentizar a niveles mínimos el fallo multiorgánico y los dolores derivados de este, pero lo mantendré vigilado».

Observé como el SYCRONERV se ponía en marcha, pronto los pacientes se introducirían en el juego y comenzarían a realizar misiones. «Pronto todo esto habrá terminado Archymeda». 

Sora's Memories [Fic's Kingdom Heart+SAO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora