17 Lunas Juntas

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Pasaron alrededor de 10 minutos y Aura comenzó a preocuparse. Miró hacia la puerta por la que anteriormente habían salido Magnolia y Oberon y sintió una punzada en el pecho.

– Señor, necesito salir a buscar a Magnolia.

– ¿Por qué? ¿Qué sucede? – Preguntó Grotelf con pura confusión pintada en su rostro.

– Algo no está bien. Necesito verla y saber que se encuentra bien. – Respondió Aura con un temblor en su voz.

– Adelante. – Grotelf la dejó salir de la sala, donde todos los presentes miraban de forma preocupada a Aura.

Una vez fuera de la habitación, Aura junto a Moomoo se encontraron con Oberon a punto de entrar, pero Magnolia no se encontraba en ningún lugar. Aura entró en pánico.

– ¡¿Qué le hiciste!? ¡¿Dónde está!? – Le gritó Aura. Comenzó a temblar de la rabia una vez vio la sonrisa en la cara de Oberon. Sabía que Magnolia no estaba bien.

– Toma, aquí tienes sus alas. Ah, por cierto, antes de morir dijo algo así como "Te amo Aura, nunca me olvides." Fue muy cursi. – La miró con superioridad y felicidad pura. Era un loco.

– No, no, no, no... ¡No, no, no, ella no puede estar muerta! – Aura cayó de rodillas al piso mientras sostenía las alas de su amada. Lloraba completamente desolada.

– ¡¿Dónde está!? – Salió a gritar Moomoo desesperadamente. – Maldito, ¡¿Dónde está Magnolia!?

– Ya les dije. Miren, hasta fui tan buena gente como para traerles sus alas. – Lo miró con rabia y burla mezcladas. – Las pude haber dejado ahí, para que se mancharan de sangre, pero no lo hice.

- ¡¿Y eso de qué sirve si Magnolia no está!? ¿Dónde se encuentra su cuerpo? ¡Llévame con ella! – Moomoo se encontraba al borde de las lágrimas.

– No te preocupes, ya he llamado a varios trabajadores para que la entierren junto a su padre. – Luego de decir eso, Oberon comenzó a reírse sin cesar.

Aura se paró del suelo como pudo y, mientras sostenía las alas de Magnolia, salió corriendo del recinto. Fue de casa en casa, de negocio en negocio y de recinto en recinto buscando el paradero de su florecilla. Luego de varios minutos se encontró con un grupo de duendes armados custodiando lo que parecía ser una caja de madera. Se acercó corriendo hasta ellos y fue directo a por la caja. Los duendes trataron de alejarla, pero ella logró esquivar a la gran mayoría de ellos. Seguía llorando de manera desesperada. Intentó abrir la caja, pero estaba cerrada con cuerdas hechas de las raíces de los árboles.

Trató de forzarla para que abriera, pero era en vano. Su llanto era tan fuerte que no cesó en ningún momento. Tenía la mirada borrosa por culpa de las lágrimas, pero, aunque se las secara, volvían a salir. Al final se rindió y solamente dejó caer la parte superior de su cuerpo sobre la caja. La abrazó y siguió llorando hasta que sintió a los duendes sacarla de encima de la caja. Su cuerpo se tensó y trató de liberarse de su agarre, pero ellos eran más fuertes que ella. Se lamentó por no poder salvarla. Magnolia le había dicho que volverían a casa, juntas. Ella se lo prometió. Entonces, ¿por qué no estaba a su lado? Gritó. Gritó por el dolor y la impotencia. Quiso volver a acercarse a la caja donde se encontraba el cuerpo de su amada Mag, pero los duendes no se lo permitieron y continuaron con su recorrido.

Moomoo llegó luego de varios minutos y la abrazó. Se encontraba llorando al igual que Aura.

– Tranquila Au, ven conmigo. Vamos a lavarnos el rostro y después hablaremos con Oberon. – Trató de tranquilizarla, más eso pareció no gustarle a Aura.

– ¡¿Hablar con él para qué!? Moomoo, mató a Magnolia. ¿Enserio quieres ir a hablar con la persona que asesinó a tu mejor amiga? ¿Qué te pasa? – Aura lo miró incrédula y se soltó de su agarre.

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