En los lejanos campos de arroz, en un pueblo japonés llamado Kita vivían dos hermanas muy pobres. Estas obligadas por sus padres, trabajaban desde el amanecer hasta la noche recogiendo el arroz. El agua y el frio dejaban cicatrices en sus pequeñas manos y su rostro. Cuando bella hermana mayor, Mei (japonés : "belleza") cumplió 12 años fue vendida por sus padres a un rico y viejo mercader ambulante.
La noche anterior a ser entregada a su futuro esposo, decidió escaparse y prometió a su hermana pequeña, Ren (japonés: "flor de loto") que volvería a por ella. Así que Mei envolvió en un pañuelo un poco de arroz hervido y, a escondidas, salió de su casa.
La noche era fría y oscura, pero, con mucho miedo y coraje, la niña corrió hacia el bosque cercano. Nada más llegar, a plena oscuridad, sintió que algo le está persiguiendo; por mucho que esforzaba la vista no era capaza de ver nada. Mei no conocía el bosque, pero si muchas leyendas sobre los seres mágicos que lo habitaban. Agotada y muerta de miedo vio una cueva escondida entre los arboles tenebrosos, se introdujo en ella y cubrió la entrada con algunas ramas para protegerse de las criaturas que la perseguían. Se acostó pensando en su hermana, en que debía ser fuerte y seguir el camino para conseguir una vida mejor.
Al día siguiente, despertó de un sobresalto; a su lado vio un lobo gigante, hermoso y con ojos azules como el cielo.
- ¿Quién eres? - le pregunto el lobo.
Mei, sorprendida de su voz humana, le respondió con la misma pregunta:
- ¿Y tú?,¿quién eres?
- Soy Ookami, el guerrero perso, estoy aquí para protegerte de los seres humanos a los que temes - dijo el lobo.
De repente, en el fondo de la cueva, Mei vio una sombra de mujer con una melena dorada llena de brillo.
- Ookami, ¿quién es ¿pregunto la niña.
- Es, Yosei, un hada mágica que te ayudara a conseguir una mejor vida para ti y para tu hermana.
El hada se acercó, cogió a Mei de la mano, la llevo hasta una puerta mágica y le dijo:
- Si cruzas esta puerta encontraras el paraíso el cuál mereces por tu esfuerzo y coraje, pero antes debes aprender mucho.
En ese justo momento, como de la nada, apareció un duende con barba larga hasta el suelo y aspecto muy sabio.
- Este es Xandru , el duende mago perso ; él te enseñara buenos modales , valores y costumbres persas , dijo Yosei.
Mei estaba muy ilusionada e impaciente por aprender todo lo necesario que le ayudara a traer a su amada hermana Ren .
Su aprendizaje no tardó mucho en dar resultados excelentes, en unos meses, Mei estaba preparada para cruzar la puerta mágica.
El ultimo día de su estancia en la cueva el viejo mago Xandru apareció, como siempre de la nada, con una fabe, grande, hermosa y brillante.
-Has cumplido tu aprendizaje, ya eres una excelente guerrea; como premio te entrego esta faba mágica ya que con ella podrás traer a tu hermana al paraíso de Persia.
- Pero, ¿cómo puedo hacerlo? - pregunto Mei .
- El nombre de tu hermana es Ren , lo que en japonés significa" Flor de loto". Esta faba la convertirá en una flor, lo que le permitirá desaparecer y llegar hasta la cueva sin ser vista por nadie, solo tienes que confiar en Ookami, el será el responsable de traerla hasta aquí.
Y así fue, Mei entrego la faba mágica a Ookami pidiendo como único deseo, que su hermana pequeña estuviera bien y pudiera llegar a la cueva sana y salva.
Al anochecer, Ookami partió en busca de Ren ; el tiempo de espera se hacía eterno; Mei no deseaba nada más que ver a su hermana junto a ella. La mañana siguiente Ookami apareció con una Flor de Loto entre sus enormes dientes.
¿Cómo vuelve Ren a la vida de los humanos? – preguntó muy preocupada Mei al mago.
- Ya es la hora de cruzar la puerta mágica - dijo el duende mago.
Mei junto a Ookami y con la hermosa flor de loto en su mano se despido del hada y del duende ,la puerta se convirtió en un arcoíris de miles de colores y los tres cruzaron al otro lado .Por arte de magia, la flor de loto se convirtió en Ren y la lluvia del Hayedo de Biescona , que caía sobre sus hombros , convierto a lobo Ookami en un verdadero guerrero .Los tres avanzaron hacia la luz del sol, que les iluminaba el camino hacia una vida feliz en un paraíso llamado Persia, les quedaba mucho por conocer.
