ᴍᴇʟɪꜰʟᴜᴏ~ ʜᴇʀᴍɪᴏɴᴇ ɢʀᴀɴɢᴇʀ (+18)

CINCO

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Hermione Granger

Caminé de vuelta hacia el gran comedor.
Vi como las personas iban chocando entre ellas.

Observé bien con curiosidad a la persona que esquivaba a la gente sudorosa que bailaba a su alrededor.

Léa Malfoy.

Dramas juveniles, los conocía tan bien de mi adolescencia, aunque bueno seguramente los míos fueran muchos más distintos que los de la chica.

Se paró un segundo al salir de entre la multitud, respiraba con dificultad y había desesperación en sus ojos heridos.

La chica a penas me vio cuando yo iba de frente a ella por el pasillo, se pasó las manos por sus ojos, sus pies se cruzaban entre sí, estuve atenta a sus movimientos.

En un momento su tacón no pisó bien el suelo de piedra y fue a caer de frente.

Tuve la suerte de estar prácticamente pasando por al lado de ella así que estuve a tiempo de tomarla por la cintura para que no cayera.

Rápido miré su rostro por si había alguna mueca de dolor.

Sus ojos estaban fuertemente cerrados, sus manos se agarraban con fuerza a mis codos y sus rodillas habían quedado dobladas.

Abrió lentamente los ojos, pude ver en la oscuridad como sus ojos grises se distinguían con un brillo especial.

Aparte de que se veían dolidos, mojados por las lágrimas, cansados.

Suspiró y miró confusa hacia su cintura, con mis manos todavía en ella, tomándola con más fuerza hice que pudiese ponerse recta.

-¿Todo bien, Léa? -quité unos mechones de pelo que había en su cara.

Asintió de manera torpe, arreglando su top que ahora estaba un poco subido apretando su escote.

-Lo siento, yo no sabía, yo- balbuceaba sin saber bien que decir, su aliento chocó contra mi nariz, oliendo a alcohol.

Su maquillaje se veía intacto aunque sus ojos estaban rojos.

-Tranquila -dije negando con la cabeza -Deberías ir con más cuidado y más si vas en estas condiciones - su expresión dolida cambió a un ceño fruncido.

Se alejó de mi.

-No necesito su compresión, profesora Granger -noté rabia en su voz.