Capítulo 131: Deja atrás tus miedos

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Mi entrenamiento con Hades estaba comenzando en este instante, donde primero se había decidido en un pequeño enfrentamiento de armas. Como tal había accedido, así que los dos nos dispusimos a combatir uno contra el otro con intercambios de golpes bajo nuestro estilo de lucha definido.

--Mmm...no lo haces mal niña, pero te falta algo. Posees un estilo de batalla impecable, ¿pero cuándo vas a dejar de seguir escondida de tu dolor interno?--Me mencionó Hades con un tono irritado conectando un simple corte vertical, pero que había sido suficiente para cortar la brecha y cortar parte de la piel de mi brazo, aún si mantenía una defensa perfecta. En resumen el dios de la muerte tenía la esgrima más perfecta que había conocido, capaz de destruir cualquier defensa o estilo de batalla, superando así por mucho a Ares o Hachiman.

--¿Mi dolor? No comprendo…--O más bien no quería comprender, pero en el fondo bien lo sabía. Aún no superaba la casi muerte de Kanae a manos de Douma, recordaba a cada detalle los insultos de Shinobu, mi incapacidad para hacer nada...aunque mi trauma pudiera haber desaparecido, todavía me escondía bajo la coraza. Una vez Deméter me dijo que con esto siempre sería fuerte, pero al igual que mis hermanas tenía la capacidad para ser igual de poderosa que ellas, pero jamás lo sería con este miedo.

--Lo sabes muy bien Kocho. El día que Kanae Kocho fue mandada a una misión en una noche, el demonio de luna superior 2 por poco la mata, pero sus circunstancias la convirtieron en demonio y fue salvada. Sin embargo no actuaste, eras muy inocente en ese momento, ¿podrías decir que su vida se convirtió en un infierno? El miedo te ata, ese recuerdo te atormenta sin cesar, y de ser así nunca encontrarás la cima. ¿No sabes...que en verdad...tienes un potencial que ha sido retenido? Este va a ser el entrenamiento que deberás reforzar, superar tus miedos y desbloquear el potencial escondido de tu interior, te haré recordar cada acontecimiento como si estuviera pasando en este mismo momento, luego aprenderemos la técnica silenciosa.--Añadió mi maestro con una profunda voz que daba terror solamente de escucharlo, un verdadero dictador se trataba. A decir verdad lo notaba, él también había sentido un sufrimiento peor que el mío, pero seguía adelante a través del dolor sin cambiar nada pero dejando de lado el pasado, es no olvidar pero jamás permanecer estancada. 

--Comprendido, aceptaré todo lo que venga a mi, estoy preparada para lo que se venga en camino, lo superaré.--Añadí con templanza sin ningún remordimiento, hasta que Hades cruzó sus dedos y todo mi espacio empezó a distorsionarse, en el que sentía que ya no estaba en el Inframundo, sino que en su lugar me encontraba antes de mi sufrimiento, en el lugar exacto donde mi sufrimiento empezó a darse: un santuario que estaba al lado de donde antes vivía, y enfrente mía se hallaban Kanae y Douma, en el comienzo de la batalla y con mi cabello negro con los ojos violetas habitual, hasta mi antiguo fleco y corte de cabello estaban situados en la misma ubicación que siempre.

--Douma, los humanos son personas que debes de proteger, no de destruir. Los demonios y humanos también podemos ser amigos, pero dudo que lo aceptes por las buenas.--Admitió mi hermana Kanae con dureza lanzando el primer ataque contra Douma, en el que dicho demonio hacía aparecer sus abanicos y lo bloqueaba de un corte diagonal, así hasta que la pelinegra se deslizaba en usar su Peonía de la Fertilidad, junto al usuario de hielo usar Carámbanos de Invierno,  habiendo cierta igualdad y yendo a velocidades increíblemente rápidas, siendo víctima el demonio de un pequeño rasguño, evidentemente se movía igual de ágil como la primera vez que lo conocí.

--La comida sigue siendo comida, nunca podremos ser amigos de los humanos. Anda, ignora eso y mejor sigamos nuestra lucha.--Añadía el demonio de luna superior con su habitual risa burlona desplegando de su abanico muñecas gemelas, de las cuales soplaron una fina ventisca con el afán de frenar y hacer retroceder a la contraria, y su error fue respirar el aire helado que contenía infundido en sus ataques.

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