Como sabrás, Anik, he vivido en este pueblo toda mi vida, por lo que conozco muy bien a cada persona que vive por aquí, eso debo agradecérselo al que fue mi pasatiempo favorito en aquellos años joviales: hablar con las personas. Por tal motivo, te doy mi palabra de que puedes confiar en lo que estoy apunto de contar.
Él era un hombre excepcional. Una persona muy amable y servicial. Me faltan dedos en manos y pies para poder contar todas las ocasiones en las que me ayudó con las bolsas de comida, con una reja rota o con lo que sea que necesitara la más mínima ayuda. Era un hombre sonriente, divertido, amable y muy respetuoso. Todo mundo lo quería. Solo tenía un problema porque, como te he dicho en muchas ocasiones, nadie es perfecto, y es que era muy reservado.
Se acercaba a ti y hablaba sobre cualquier cuestión, pues era muy inteligente. Casi cualquier cosa que le preguntasen, él tenía la respuesta; explicaba la pregunta más pequeña con una pasión desbordante. Además, era un gran confidente, pues siempre estaba dispuesto a escuchar a quien necesitaba ser escuchado y, si se lo pedían, daba un sincero y profundo consejo. Lo único que se guardaba para sí mismo era su interior, sus sentimientos...
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El Hombre de la Boca Cosida
Short StoryUn niño, su abuela y un hombre misteriosamente peculiar son los únicos elementos de esta historia. No necesitas saber más.