32. El inicio del final:

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Memorias:

¿Sabes que se siente que terminen contigo de la manera más mísera y para nada delicada? ¿No? Bueno, el sentimiento es brutal, para los que respondieron que sí, de seguro sintieron algo como el desear romper todo o solo quedarte a llorar con lo que quedaba de sus recuerdos, retroceder el tiempo a dónde todo estaba bien y eran felices, dónde no había nadie o algo que interrumpa aquello, pero no todo en la vida es como deseas, la vida es cruel, debes aprender a sobrellevarlo o solo estarás en un bucle de tristezas. 

Kathlyn no paraba de llorar todas las noches a escondidas desde que eso pasó, Kamila trató de consolarla pero digamos que no era la mejor, se entiende, si encontrarás a tu mejor amiga llorando de la nada o si quiera por tomar agua ¿Qué dirías? Y es que el sentimiento de la falta que le hacía era enorme, tan grande que dolía tan solo respirar, seamos empáticos, hay aspectos que no se relataron del todo y son los hechos que más la marcaron, digamos que al principios del año pasado, porqué sí, ya era 2020, no se encontraba en su mejor forma, se encontraba en una etapa de la vida en dónde todo te parece mal, todo te parece oscuro y tus ganas de vivir o seguir adelante se desvanecen, siente el día pesado, todo tu cuerpo pide un descanso más de todos los 20 que has dado en el día, las sonrisas estaban prohibidas y la alegría no existía en su vocabulario, solo quería un espacio para respirar, sentirse a salvo conjunto a la tranquilidad, sin que decir de la presión que sentía por sus padres, era insoportable, simplemente quería desaparecer, así se sentía ella pero dio un gran paso, uno enorme, sin darse cuenta empezó a sonreír enormemente de nuevo, disfrutaba de las pequeñas cosas, aún que era ambiciosa, siempre quería más de aquellos momentos de felicidad, su motivación para iniciar el día regresaron, ahora hasta planeaba sus quehaceres a pesar que a veces no lograba concretar con todo, sus ánimos iban cambiando de a pocos, ya no sentía esa opresión por aquellos que le habían dado la vida, empezó a notar las cosas que le gustaban dándole importancia y tiempo a aquello, a veces sucedía que la desmotivaban pero con una conversación con él parecían que las cosas se arreglaban por obra de magia, inició a asentarse en sus creencias, a tener voz propia, se sentía cada día segura de si misma, claro que ello no se cambia de un día para otro, ya no dependía de alguien más para pueda expresarse, incluso se reflejaba su promedio académico, no es como si fuera una brillante alumna pero tampoco era mejor, dio un gran paso a conocer sus habilidades y lo que le habían arrebatado sus progenitores como era el autoestima y seguridad se le había sido devuelvo, ya no sentía que era una carga, ya no sentía que era la gran decepción de aquellos, sentía por primera vez que estaba haciendo algo por ella y para ella, el felicitaba todas sus logros, pequeños o grandes, estaba con ella, hasta sin darse cuenta.

Hoy te digo que esas conversaciones que se nos pasaba a más de la una de la madrugada, o esos momentos dónde me hacías cuestionar mis acciones dándome una lección la cuál aprendía de cada una para no cometer el mismo error, no olvidemos los mensajes de ánimo a hacer las cosas que em gustaban y que ÉL, mi padre, creía innecesarias o sin valor, que no me importa lo que me dijera, que siga mi camino porque sería yo al final del día quién lo este caminando, amaba cuando te ponías filósofo, cuestionabas la vida y tus propias acciones, dabas un vuelco a mi mente con ello y también mi corazón.

Ahora que te he perdido, ya no se que hacer, aquello que me gusta hacer ya no lo puedo hacer, lloro cada vez que intento, si deseo bailar, en cada movimiento recuerdo tus palabras de cambio que debía de hace a la danza, cada vez que escribo recuerdo tus halagos hacia mis letras, cada vez que hablo sobre un tema que me gusta recuerdo tu atención que me prestabas, cada vez que escuchaba esas canciones que yo le había puesto tu nombre me quiebro en dos. Te extrañaba a más no poder, extraña no poder hablarte, extrañaba no oír tu voz dirigida a mi con ese apodo que tanto amaba que me digas o tu llamativa despedida después de terminar una llamada: "Hablamos luego Little Girl, un besito dónde más le guste..." dependiendo de la hora me dedicabas las buenas noches o que disfrute de mi día. 

Habían pasado solamente diez días de lo sucedido y parecería que el destino nos odia o nos quiere ver unidos, aquel sábado 11 de enero del 2020 llegaba a la academia, tan temprano como siempre con la esperanza de verte pero recordé que no eras de los que despertaban temprano por cuenta propia ¿recuerdas? yo era tu puntual despertador, luego de intentar leer me senté a escuchar música en la banca de la entrada, mientras pasaba la hora veía a todos los alumnos entrar y salir, incluso muchos conocidos míos se habían unido este año, todos habían caído en la tentación de conocer nuevas personas, ya que se escucharon todos mis relatos sobre ti, obviamente nadie sabía que eras tu, solo de "alguien" que me enamoró.

Es gracioso ahora que lo pienso ahora, verte entrar por aquella puerta, yo conversando entre mi círculo de amigas, entraste, quedé en silencio, voltee a verte, pero ahora no recuerdo bien o tal vez confundo de las tantas veces que te vi subir, pero creo que esa primera vez fue por el ascensor, corriste lejos de mí, quisiera que me corrijas si estoy equivocada. 

Ni tu ni yo estábamos preparados para lo que se nos aventuraba, quién diría que el único salón abierto para nuestro ciclo sería ese, aquel 505 que nos espero con los brazos abiertos para empezar un nuevo ciclo y claramente un nuevo año, parece que puse algo incómodo el ambiente con mi presencia, pienso que esperabas que haya ingresado al salón equivocado, que no sea verdad que escuchaste mi nombre de la boca de la docente al tomar lista, pero todo esto era verdad y estábamos aquí. 

Our history of twoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora