"Sin; tengo entendido que estás confundido en este momento, pero tenemos una reunión con el rey Ahbmad y el diputado rey Sahmad".
Sinbad suspiró y se frotó la cara con cansancio. "Oh sí, esos dos."
"Sí esos dos. Ahora vámonos o llegaremos tarde."
Ja'far mantuvo abierta la puerta del hotel.
"Multa." Sinbad se levantó de mala gana y se quedó paralizado.
"¿Pero qué hay de Sina y Nakht? No podemos dejar a dos niños solos, especialmente con la salud de Sina en este momento". Sinbad frunció el ceño. Su hijo (¿y no era extraño pensarlo?) Era tan pequeño y enfermizo , No podía en buena conciencia dejarlo solo sin nadie que lo mirara.
Ja'far se encorvó. "Bien. Nosotros um... si llevamos a los niños ante el rey Ahbmad, indudablemente preguntará por ellos. ¿Estás dispuesto a declarar a Sina como tu hijo tan pronto?"
Sinbad tenía una expresión inusualmente seria en su rostro mientras contemplaba por un largo momento. "... Odio decirlo, pero no. Al menos no ahora, con lo delicada que es su salud y con los problemas diplomáticos actuales de Balbadd con Sindria, no confío en que Ahbmad no intente usarlo en mi contra. Realmente no me gusta ese rey mocoso ".
"Le guste o no, sigue siendo el rey de Balbadd, Dejaremos a los chicos aquí y regresaremos rápidamente de la reunión".
"Bien." Sinbad cedió de mala gana.
"Vámonos entonces."
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"Rey Simbad, mucho tiempo sin verte". El rey obeso sonrió con cansancio.
"Vamos a prescindir de los saludos". Sinbad fue conciso con el joven más gordo.
"Solo tengo un requisito para ti. Debes continuar comerciando con Sindria de inmediato." Sus ojos dorados enviaron escalofríos por la columna vertebral de los otros reyes.
"Lo siento, pero Balbadd se enfrenta a problemas diplomáticos internos urgentes". Su ceceo era irritante y molesto.
Después de una vaga descripción de los ladrones de la Compañía de la Niebla que asolaban a Balbadd, Sinbad sintió que una migraña florecía detrás de sus ojos ante el irritante hombre-niño. El rey de Sindria escuchó distraídamente el incesante lloriqueo de Ahbmads.
