09; New Year

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⚫En donde Vanitas y Noé salen a ver los fuegos artificiales por año nuevo⚫

⚠ Un corto para el año nuevo, no tiene nada que ver con el anime.

⚠ Un poco mal escrito.

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Vanitas detuvo su caminar un mísero momento, para frotar sus brazos y concentrarse en la calidez, había alzado la mirada para contemplar rápidamente la nevada, aunque se distrajo observando como los pequeños copos de nieve danzaba parsimoniosos en el aire, al lento compás de los vientos fríos de invierno, totalmente ensimismado  hasta que la nieve caía en su oscuro cabello.

Los fríos vientos de invierno estaban encabrinadinados con calar hasta los huesos y congelar a los más solitarios corazones en esa época, porque la gélida atmósfera resulta extremadamente tortuosa y descorazonadora como la soledad glacial. Pero sí había cosas por las cuales valía la pena derretirse, también por las cuales valía la pena congelarse.

Es por eso que muchas personas transitaban las heladas aceras y calles sin importar la parestesia, deseaban poder recibir el nuevo año en la comodidad del hogar y calidez infinita provocada el estar rodeado de la familia. Y algunas simplemente seguían deambulando sin dirección exacta, felices y otras solitarias hasta que sonaran las campanas y los estruendosos fuegos artificiales. 

El azabache siempre pensó que era demasiado estúpido, por eso prefería quedarse todos los años encerrado en la soledad comprensiva de su habitación y contemplaba los fuegos artificiales desde el alféizar.

Sin embargo a inicios de año había hecho un amigo, uno que acunaba nieve en el cabello y con una sonrisa capaz de calentar su corazón en estación de invierno. No pudo negarse cuando le invitó a salir;

—Vamos, no te detengas, comienza a caminar y más rápido, tenemos que encontrar un buen lugar para ver los fuegos artificiales —Dijo el peliblanco cuando volteó y lo encontró encallado en las nubes tan esponjosas como la nieve que seguía posándose sobre su cabello.

—No puedo caminar más rápido, mis piernas tiemblan por el frío —escupió rabioso el azabache.

Tan pronto como retomó su caminar, se encontró maniobrando para que sus hombros no chocaran con los hombros de las demás personas, porque estaba siguiendo al chico de cabellos albinos entre la multitud de las aceras abarrotadas y no quería chocar con alguien, mucho menos perder de vista a su amigo, que tenía un don especial para perderse apenas le quitas el ojo de encima.

—No vayas tan rápido Noé —dijo el azabache, quien dio un respingón cuándo una mano tomó la suya. Los colores se le subieron a la cara, la vergüenza señoreando en sus mejillas arreboladas— ¿Po-por qué me tomaste de la mano?

No estaba acostumbrado a esa acción, la primera novia que tuvo en su vida pocas veces le contagiaba de nerviosismos, así que cosas como encogerse solamente por una tomada de manos, era algo nuevo con sensaciones ignotas.

—Podrías perderte —explicó con obviedad el peliblanco, sonriendo y tirando de la pequeña mano enguantada.

—¡Pero eres tu quien siempre se termina perdiendo!

Noé soltó una pequeña risa baja, extremadamente silenciosa, pero no inaudible para los oídos de Vanitas, acelerando de manera descontrolada el palpitar de su corazón y su sonrojo se extendió hasta sus perforadas orejas.  Sabían que no se querían como amigos, sino como algo mucho más, pero no necesitaban una estúpida etiqueta.

Ambos habían llegado al barandilla del mirador, faltaba tan como para terminar el año, las personas ya habían comenzado a contar los segundos en cuenta regresiva. El ruido de las personas era la ambientación de fondo.

Diez.

—Antes de acabar el año quisiera hacer algo —comentó Noé, encogiéndose de hombros.

Nueve.

—¿Es algo que podrías hacer aquí? —cuestionó Vanitas, jugando con sus manos, frotándolas para alejar el frio.

Ocho.

—Si… —no parecía muy seguro de sus palabras, se notaba avergonzado por el color rojizo en sus mejillas, no muy notable por la tez morena.

Siete.

—Entonces hazlo Noé —el azabache rodó los ojos, y detuvo su mirada en su blanquecino vaho, hasta desapareció en el aire frío.

Seis.

—Pero podría arruinar nuestra amistad —esas palabras causaron que el azabache frunciera el entrecejo, y que se prologará un mínimo silencio entre ellos.

Cinco.

Cuatro.

Tres.

Dos.

—Simplemente hazlo Noé.

Uno.

Y cuando la cuenta llegó a cero el peliblanco tiro del azabache, para paralizarlo todo.

Los corazones de ambos se detuvieron como relojes averiados, parecía que el mundo se había detenido o ralentizado, pero solamente el mundo de ellos dos, porque los segundos seguían transcurriendo con naturalidad, sin importar que ellos dos se estuvieran besando bajo el destellar de las luces artificiales.

Los dos sabían que habían deseado eso. 

El azabache cerró los ojos por mera inercia, correspondiendo a ese beso que tanto habían anhelado. Se colocó de puntillas y envolvió sus delgados brazos alrededor del cuello del más alto, para acercarlo.

No escuchaban las personas gritando y deseando un año colmado de prosperidad, porque el mundo fácilmente había quedado en segundo plano. Estaban disfrutando la mejor experiencias de sus vidas. Apenas escuchaban los sonidos vibrantes los fuegos, como sus corazones en ese momento.

Ambos se separaron cuando el aire se torno fastidiosamente necesario, pero mantuvieron sus rostros lo más cercano posible, para degustar sus alientos mentolados y fundirse en sus miradas brillantes. Estúpida escena barata de película estadounidense, que siempre detestó, pero que ahora estaba disfrutando;

—Feliz año nuevo, Vanitas.

Siguieron de esa forma por un tiempo que les pareció infinito, hasta que el peliblanco se envalentonado para confesarse;

—Vanitas, tú...

—¡Fe-feliz año nu-nuevo! —grito Vanitas trastabillando con las palabras.

Y el pelinegro se alejó totalmente sonrojado, hecho un desorden de emociones y sentimientos, también con los cables de su mente enredado, realmente ese chico le gustaba jugar con sus tornillos.

—¡Esperame! —grito sonrojado Noé, sin darse cuenta que lo menos que hicieron, fue prestar atención a los fuegos artificiales.

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Resubiendo cosas que no he editado solamente porque no he editado las cosas nuevas por la pereza extrema que me envuelve.

❛𝙎𝙤 𝙩𝙚𝙣𝙙𝙚𝙧𝙡𝙮 𝙖𝙣𝙙 𝙚𝙣𝙙𝙡𝙚𝙨𝙨𝙡𝙮❜ ─「ⱽᵃⁿⁱᵗᵃˢ ⁿᵒ ᶜᵃʳᵗᵉ | ⱽᵃⁿᵒᵉ 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora