零二 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐈𝐈

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love isn't random,
we are chosen.

T W O

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༄✧༄

─Odio navegar.

Shoyo se inclinó sobre la cubierta, su estómago se revolvía furiosamente. Sintió que iba a vaciar su contenido de nuevo, aunque se preguntaba cuántas veces exactamente podía hacerlo.

─Ya casi llegamos, mi príncipe.

Su sirviente personal se paró a su lado, cerniéndose en su costado, con el rostro tan inexpresivo como siempre, la voz baja y cautelosa. Se veía perfectamente a gusto allí.

Shoyo lo miró con ligera preocupación.

─¿Qué significa casi allí, Kenma?

No servía de nada preguntar, Kenma no lo sabría, pero Shoyo estaba en agonía y si tenía que vomitar una vez más, se iba a desmayar frente a todos.

Kenma lo ignoró para recuperar algo de uno de sus guardias, los fuertes brazos del hombre se flexionaron bajo su armadura mientras le entregaba un papel.

─Un informe del capitán del barco. Es para ti.

Kenma le extendió la carta, pero Shoyo negó con la cabeza.

─Léela.

Conocía a Kenma desde la niñez. Lo consideraba su confidente, su amigo, aunque había sido elegido personalmente por su madre para servirlo de por vida. Una excusa ante la solitaria vida de un niño. Se suponía que Kenma sería un mero protector, ayudante, pero Shoyo confiaba en él con más que eso. La vida no se trataba solo de... bueno, de vivir. También se trataba de pequeñas decisiones que se tomaban todos los días. Y las decisiones de Shoyo estaban lejos de ser pequeñas.

Una vez le había preguntado si prefería ser libre de la familia real. Kenma se había encogido de hombros y respondido que sería como liberar a un animal criado en cautiverio: no sabría cómo sobrevivir.

─Dice que el viento es favorable y deberíamos estar allí antes de lo esperado. También te invita a unirte a él para beber y jugar karuta, después de que hayas terminado de vaciar tus tripas por la borda.

Shoyo gimió, masajeándose las sienes y sintió los ojos ámbar de Kenma sobre él, su mirada tranquila, pero con un poco de afilado juicio de todos modos.

─No estoy seguro de que esto sea sabio, mi príncipe. Ya casi llegamos y querrás estar sobrio y sin resaca.

El problema con Kozume Kenma era que siempre tenía la razón. Era un poco molesto, pero también había salvado el trasero hiperactivo de Hinata más veces de las que le gustaría admitir.

─Bien, ¿pero me harás tu té manzanilla y jengibre? ─El príncipe se levantó y sus brazaletes tintinearon, los dragones plateados y azules brillaron bajo el sol. Vestía con orgullo los colores de su familia, los Hinata, y de la Nación del Sur, la nación que forjaron sus antepasados.

Kenma asintió e hizo esa pequeña sonrisa reservada solo para Shoyo cuando el barco se balanceó y el príncipe casi tropezó. Su guardia real lo alcanzó sin esfuerzo, sus fuertes brazos lo estabilizaron mientras se elevaba sobre él. Hinata miró hacia arriba, sus ojos parpadearon para evitar el sol. El calor en altamar era abrasador. La ligera brisa del océano era lo único que ofrecía un mínimo de alivio. Atsumu lucía como su usual, apuesto, cabello castaño, ojos oscuros, piel perfecta y ligeramente cálida como siempre, a pesar de que vivía en una nación cubierta de nieve la mayor parte del año.

winter song ─𝗸𝗮𝗴𝗲𝗵𝗶𝗻𝗮.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora