4. El origen de la pérdida de paciencia

642 64 3
                                    

North estaba a punto de perseguir a un conejo. Después de varios días en los que el conejo había estado huyendo de él, finalmente, el joven no pudo soportarlo más. Necesitaba encontrar la manera de hacer que el conejo dejara de correr y se detuviera para hablar con él tranquilamente, antes de que él se transformara de un gato (falso) en un tigre... bueno, no un tigre muy feroz, solo lo suficiente como para hacerle llorar en sus brazos.

El día que tenían la clase juntos, North decidió que ese sería el día en que atraparía al conejo para hablar seriamente. ¡Sí! Ese día lo llevaría a casa, sin falta.

En cuanto North entró al aula, escaneó la sala y rápidamente encontró a su suave conejito, sentado junto a su amigo cercano, Tiw, en la esquina más lejana de la clase. Al principio, pensó en acercarse a él, pero temía que se asustara y hiciera algo impulsivo, como levantarse y correr fuera de la clase. Así que decidió sentarse en un lugar más alejado, pero donde aún pudiera ver claramente la pequeña espalda del conejo.

—¿No vas a ir a ver a Baimon? —preguntó Jiw, confundido.

El aludido negó con la cabeza. —No quiero asustar a Baimon.

—Ah, ¿y no decías que hoy lo atraparías?

—Esperaré hasta que termine la clase.

Esa fue toda la conversación que tuvieron antes de que el profesor de la asignatura entrara al aula. Aunque North escuchaba al profesor y tomaba notas, sus ojos alternaban entre el pizarrón y la espalda de Baimon. Parecía que el conejo se daba cuenta de que lo estaba observando, ya que hubo dos o tres veces en que Baimon lo miró de reojo, pero cuando sus ojos se encontraban, él rápidamente volvía la cabeza, apretando los labios.

North notó cómo las orejas blancas de Baimon se volvían de un tono rojizo. Bien, aceptaba que Baimon realmente estaba avergonzado de él. Pero... el hecho de que huyera y lo dejara intentando acercarse no era algo que le agradara a North. Así que el joven decidió seguir con su plan original: atrapar al conejo después de la clase.

Las tres horas de clase parecieron eternas. North no tenía prisa, recogió sus cosas con calma y esperó a que Baimon saliera primero del aula. Planeaba atraparlo cuando menos se lo esperara.

Sus miradas se encontraron por un momento cuando Baimon miró hacia atrás, pero tan pronto como el pequeño giró y comenzó a caminar rápidamente hacia la puerta, North se levantó y lo siguió de cerca. Una vez fuera, en el balcón del pasillo, North aceleró el paso, y luego...

—¡Ah!

Se adelantó y bloqueó el camino del asustadizo conejo, antes de levantarlo y cargarlo sobre su hombro rápidamente, sin darle tiempo para reaccionar. Todo esto bajo la atenta mirada de sus compañeros de clase, y sin importarle los gritos de sorpresa del pequeño que ahora estaba sobre su hombro.

—Se acabó el tiempo para correr, Baimon.

—¡N-North!

—Vamos a hablar un rato, ¿de acuerdo? —dijo con voz suave antes de volverse hacia Tiw.

—Sí, llévatelo y aclaren las cosas. He estado corriendo con él durante días, ya estoy agotado —respondió el amigo cercano del suave conejo, asintiendo comprensivamente.

North se rió al escuchar eso, luego se volvió hacia sus amigos que caminaban detrás de él y dijo: —Ustedes vayan adelante, nos vemos después.

—De acuerdo —respondió Win con una sonrisa maliciosa, mientras Tee bromeaba. —Ve con calma, ¿vale?

North sonrió de lado y le dio unas palmaditas en el trasero pequeño de Baimon.

—Lo intentaré.

—¡North, déjame ir!

Más allá del amor, Mon [#เหนือคำว่ารักหม่อน ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora