I'm Back back back again.
Alyssa Edwards - Rupaul Drag Race
La oscuridad comienza a desaparecer y poco a poco comienzo a distinguir algunas imágenes más nítidas a mi alrededor. Mi olfato reacciona a nuevos aromas y el pitido de mis oídos comienza a desaparecer, lo que me permite descubrir voces agudas y suaves que hablan alrededor, esa mezcla de sensaciones me tiene algo mareado.
—¡Vaya un hombre lobo!, esto es nuevo.
—Buen descubrimiento Loreta
—¡Te dije que lo que había visto era real!
—Eres una mentirosa, ¿lo sabes?
—A Agatha le gustaría saber sobre esto.
Mis manos están atadas detrás de mi espalda. El lugar donde me llevaron se parece mucho a mi clan, el diseño de casas es nostálgico,similar a los que recuerdo, pero es más verde, lleno de flores y de colores alrededor, veo un cuerpo que parecía ser un hombre en algún momento, el aroma de sangre es muy reciente, parece que alguna de las lobas lo asesinó. Alrededor veo mujeres vestidas a la usanza de mi clan, distingo los vellos de su cara, muy semejante a las pelusas que tienen mi hija y sobrina dejando claro que son lobas.
No soy consciente del ruido que hago, porque las mujeres posan la vista en mi.
— Ah mira, despertó, este si es fuerte- bromeó la loba que conocí por primera vez.
Se me acerca y se hinca cerca de mi- ¿Dormiste bien, cariño?
No me gusta ese tono burlón que tiene conmigo, es desagradable.
— Pero que serio - habló otra loba- No te han dicho que sonriendo te ves más bonito. Vamos una sonrisa, precioso.
Las otras lobas rieron alrededor mío.
— Ay, bueno- dijo la primera loba- ya que estas despierto será mejor llevarte a que Agatha te conozca.
No tengo tiempo de reaccionar cuando la loba me toma del hombro y me arrastra donde sea que vayamos.¡mierda que es fuerte!
— Loreta, te ayudamos- comentaron las otras chicas.
— Gracias hermanas y que alguien se haga cargo de el resto de ese tipo, está ensuciando nuestro paraíso con su sangre inmunda.
Mis intentos de escapar eran en vano, mientras las manos de la llamada Loreta me sujetaban y otra de sus compañeras, una mucho más corpulenta que ella sujetaba uno de mis hombros me hacían caminar. No me dan tiempo de saber por donde escapar cuando me llevan a una cabaña con un fuerte aroma a rosas y un tenue aroma a sangre. Estaba decorada con guirnaldas perlas de río, flores y fruta seca que se mecíaan con el suave viento o cuando uno pasaba por dentro.