PREFAZIONE

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Italia.

Uno de los países donde conviven las mafias y dinastías criminales más peligrosas del mundo.

Organizaciones y carteles, hay muchos de por si, y en esta historia nos vamos a centrar en una familia un tanto compleja dedicada al crimen, aunque todavía no hablaremos de ellos.

Iniciemos por el principio, para eso debemos introducir a una familia: Los Lindroich.

Si los mirabas de lejos, se veían como una familia común y corriente. Y no, no eran apariencias, ellos en verdad eran felices, normales y no cargaban ningún peso criminal sobre sus hombros.

Eso fue hasta el día en que asesinaron a uno de los suyos.

La cabeza de la casa Lindroich, esposo y padre de familia, fue asesinado a sangre fría por un sicario. Su familia quedó devastada por obvias razones al enterarse de la muerte de un ser preciado, dando inicio a una temporada de llanto, duelo e investigaciones policíacas que no llegaron a ningún lado.

El único que no demostró rastro de dolor durante todo ese tiempo fue el hijo del fallecido, Makar Lindroich, pues su tristeza había sido reemplazada por una gran furia y sed de venganza.

Pasaron los meses, y cada vez se hacía más evidente que la policía se había rendido con el caso, se excusaban con que fue un crimen perfecto ejecutado por un profesional. A partir de ese momento, el joven Lindroich decidió manejar el caso en sus propias manos y vengar la muerte de su padre.

Comenzó a investigar, y tras muchas indagaciones finalmente descubrió que el responsable era un hombre humilde a los ojos de la gente, pero en realidad tenía una doble vida que se ganaba como sicario.

Con estos datos acumulados, el joven Lindroich lo vió todo claramente, y decidió prepararse para castigar al culpable.

El sicario vivía con su familia en un pueblo rural alejado de la civilización más cercana, pues ellos eran gente que siempre habían vivido en el campo y les disgustaba el sonido de las grandes ciudades.

Se descubrió que la familia del sicario solo estaba conformada por su esposa, la cual había dado a luz a un bebé hace poco. Y a pesar de ganarse la vida como sicario desde hacía años, su esposa no tenía ni idea de ello, ya que fingía trabajar como carpintero para no levantar sospechas.

Una tarde, el sicario recibió una llamada anónima en su casa;

Si el pueblo pide sangre, es su deber derramarla...

—Habla el carpintero, ¿Qué necesita? —Respondió el hombre. Debido a que estaba delante a su esposa, debía disimular.

Necesito de sus servicios, venga ante mi lo más rápido posible. —Habló la voz desesperada al otro lado de la línea. —Mi hermano ha sido secuestrado, y solo usted es capaz de ayudarme.

El sicario frunció el ceño confundido ante el pedido, no era nada común una misión de rescate y mucho menos confiable.

—Si claro, entiendo. —El hombre esperó a que su esposa le quitara la vista de encima para después carraspear y susurrar. —¿Y que hay de la ley?

No confío en la ley. —Gruñó la voz.

—Está bien, envíeme la dirección. —Luego de eso, el hombre cortó la llamada.

Hasta El Diablo Puede Amar [MAFIA ITALIANA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora