Simeon II

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-¡QUE CARAJ...! ¡¿QUÉ ES ESO?!- El tono en la voz de Belphegor era difícil de describir, una mezcla de preocupación, sorpresa e incredulidad.

Los ojos de todos en la sala común fueron a dar el cuello de la chica, el cuerpo de esta se tensó. -¿Mm?.-

-Eso que tienes en el cuello ¿Es..?.-

La mirada de Simeon no se despegaba de la chica, analizando sus reacciones, expectante de una respuesta.

-Picaduras de insectos.- Interrumpió Satan sin despegar sus ojos de la lectura. -No pienses mal hermanito, yo también tengo.- Dijo el rubio jalando el cuello de su camisa, mostrando tres picaduras.

-¿Qué les pasó?- Preguntó Simeon, el cuerpo de la chica se veía relajado, como si hubiera esquivado una bala.

-Que Mammon y Levi te expliquen- Respondió el rubio con tono de evidente molestia.

-Hey, hey, hey, a mi no me culpes, todo fue por que ese normie me empujó.- Se defendió el pelimorado.

-¡¿Y YO COMO IBA A SABER QUE HABÍA UN ENJAMBRE EN ESOS ARBUSTOS?!- Gritó Mammon desde el otro lado de la habitación.

Los gemelos, Asmodeus, Solomon, Lucifer e incluso Simeon rieron mientras imaginaban la situación, un otaku volador aterrizando en un arbusto, seguido de un furioso enjambre de insectos listos para atacar a los pobres incautos sentados en el jardín.

-Hubiera pagado por ver eso.- Río Lucifer.

-Eso lo dices por que tu no los sientes, estás cosas son una tortura.- Se quejó Mammon mientras se rascaba un hombro.

-Casi tanto como ser tu hermano.- Remató el rubio.

La chica pasaba sus dedos por la picadura, tratando de apaciguar la comezón y no lastimar su piel.

-¿Es muy incómodo?- Preguntó Simeon sacándola de su trance, ella asintió. -En ese caso, tengo un ungüento que puede ser de ayuda.-

-¡YO TAMBIÉN QUIERO!- Suplicó Mammon.

-No, tu no- Decretó Lucifer sin mostrar emoción en su rostro. -Tu lo provocaste, tu lo afrontas, ni tu ni Leviathan.-

-¡Tampoco iba a pedirlo!- Replicó Levi.

-A mi si tráeme un poco, por favor.- Pidió Satan aún sin despegar la mirada de su libro.

Ambos avanzaron hasta llegar a la habitación del ángel, los recuerdos, sonidos y sensaciones regresaron a la mente y cuerpo de ella, causándole escalofríos.

-¿Te incomoda mucho?- Preguntó el ojiverde pasando su pulgar por la picadura, incrementando los escalofríos de la joven.  -Me preocupe por un momento- Su mano bajaba lentamente.

-Temí que hubiera visto uno de estos.- Soltó Simeon con voz grave, bajando el cuello de la blusa de su compañera, dejando en evidencia múltiples chupetones en todo el escote de esta.

Los labios de este aprisionaron los de la joven, empujando la suavemente hasta quedar contra la pared de la habitación, sus manos bajaron hasta su cadera, los de ella rodearon el cuello del mayor acortando la casi inexistente distancia entre ambos.

Al sentir la falta de aire de esta, los besos del ángel bajaron hasta la clavícula de la chica causándole escalofríos.

-N-No, no tenemos mucho t-tiempo- Intentaba argumentar ella, pero el contacto del mayor con su piel se lo impedía.

Shall We Date? (One-shots de Obey me)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora