oasis nocturnos | renmin

minor

renjun no podía dormir, todo por culpa de su mente envuelta en un remolino tormentoso sin fin, y todo empeoró al escuchar la notificación de un mensaje de jaemin.

«te necesito, me golpearon de nuevo.»

al leerlo todo su ser ardió de rabia, sin embargo, a los segundos se convirtió en sollozos. sintió su mejilla mojada de una lastimera lágrima que escapó, consigo trajo abrumadoras sensaciones, haciendo que no pudiera pensar con claridad.

aturdido y desolado, el chico jaló las hebras de sus cabellos descuidados en un acto de desesperación.  
descartó la idea de soñar, ahora tenía que hacer algo... algo tan sencillo como hacer algo, un algo con múltiples significados; con su cerebro suponiendo mil y un desgracias. se resignó a calmarse, no podía hacer nada en el estado en que se encontraba. 

Inútil

él lo reconoce, la cantidad de veces que se lo han gritado en la cara ha hecho interiorizarse su realidad.

de improvisto tuvo una idea, miró la hora y lentamente se levantó de su cama para salir de su diminuta habitación. 

recordaba que sus padres se acostaban a dormir más temprano después de un atareado día de trabajo, agradecía que les entraba el cansancio con rapidez y no tenía que lidiar con ellos.
el problema es que poseían el sueño ligero y la pequeña casa donde yacían no ayudaba en nada.

abrió un poco la puerta lo más despacio que pudo y agradeció que su delgado cuerpo podía pasar sin inconvenientes. caminó descalzo pasando por la alcoba de sus padres, hasta llegar a la sala en la que se lograba divisar la puerta principal de la casa.

y ahí vio a su padre, acomodado plácidamente en el sofá.

sintió la frustración caerle inmensamente e intentó dejar el temor de lado.

pasó por detrás de la figura de su padre acostado en el sofá, en puntitas, evitando respirar pesadamente para que siguiera reinando el silencio y que no se volviera tortuoso debido a él. 

el hombre se movió. 

y casi juraría que su corazón estaba a punto de detenerse.

apresuró el paso, procurando que su familiar no se despertara. cuando logró salir por la puerta, lo primero que buscó fue la bicicleta que había olvidado guardar por el agotamiento de pedalear por la carretera empinada.

se montó al vehículo y empezó a conducir, sabía que jaemin vivía lejos, pero renjun estaba dispuesto a conducir toda la noche para ir a verle, pese a que reconoce que sus piernas no darían para llegar a un lugar tan lejano. con ese pensamiento, revisa la billetera que trae en sus bolsillos, no sin antes detenerse, no quiere tener un accidente a altas horas de la noche.

elogia la forma en que siempre recuerda en poseer una mínima cantidad de dinero. inició cuando era pequeño, creía que ese dinero lo ayudaría cuando tuviera que huir de casa. al final de todo, ese pensamiento acertado ha perdurado desde entonces y sabe que no terminará hasta que deje de compartir techo con sus padres.

ahora con el dinero para pedir un taxi, observa que no tiene donde mantener su bicicleta. luego, recuerda un sitio cerca donde suele atar su bici para los momentos en que necesita ir a la biblioteca, y conduce hasta allá. 

[...]

logra percibir la casa de jaemin, así que decide timbrarle. un, dos, tres, cuatro tonos y este no contesta.

renjun vuelve a aterrarse. de repente, siente que el frío de la noche va a congelar todos sus huesos y ve el vacío de la calle por la que ha transitado infinidades de veces con tanto miedo, que inconscientemente busca un lugar donde esconderse del amplio cielo nocturno y después de mucho tiempo, no logra percibir ni una mínima estrella, ni siquiera ese punto de luz en toda la oscuridad. 

¿qué pasaría si perdía a Jaemin por no haber logrado llegar a tiempo?

la impotencia recorrió todo su ser, la preocupación se enterró profundo en su mente, que ya ni su cerebro podía procesar que estaba llorando nuevamente. pensó en qué pasaría si él ya no está, eso hizo que su imaginación volara a situaciones que no debía.
ahí otra vez su mente estaba siendo su enemiga, cegándolo, destruyéndolo.

cayó al pavimento cuando sus piernas no dieron más. ya no podía con el cansancio de su cuerpo, el mismo que jaemin amaba admirar; tocándole como si fuera un algodón de azúcar caído de una nube cercana al sol, en la galaxia de amor que habían construido. 
renjun simplemente anhelaba ser arrullado con la dulce voz del mayor, que le susurrara al oído que eran jóvenes, que todo pasaría y que tenían una vida juntos por delante.
deseaba gritar a los cuatro vientos que su amado estaba con él, decirle al mar que encontró a su alma gemela, que el viento aceptó su amor y dejaría de hacerlo enojar para que no haya más olas violentas en busca de calma.

quería expresar su amor más allá de la galaxia que habían creado, aquella en dónde no existían sus desdichadas familias.

pero eran menores. 

ninguno de los dos había decidido el hogar en el que fueron a parar. sin saber que al pasar de los años, con su crecimiento, no sería un refugio seguro para sus corazones. 

—¡renjun!, ¿qué fue lo que pasó?— jaemin lo había encontrado en la calle, muy fuera de sí. lo abrazó apresuradamente.—cariño, estás temblando. ¿cómo llegaste hasta aquí?

el nombrado no respondió al instante, levantó su mirada y se encontró con el rostro con tez blanca de su novio, con una prominente herida en ella.

—j-jaemin, oh dios mío, mira esa herida. ¿qué fue lo que te pasó a ti?, debo curarte. 

renjun se aferró a él, acarició un poco la herida delicadamente con la yema de sus dedos y visualizó la cicatriz pasada que todavía no concluía en desaparecer. jaemin lo atrajo más cerca de su rostro y lo besó, plasmó en ese toque de sus labios el sufrimiento y el dolor que conllevaba su corazón. pretendiendo que sus cuerpos cubran la agonía que los rodea, con el viento sombrío apaciguando las sensaciones de dos almas fluyendo en sintonía, en las que tan solamente unas milésimas instantáneas de segundos, se sintieron como aquello nombrado libertad. 

y en este oasis nocturno, en el sucio suelo rebosante de imperfecciones, encontraron el consuelo y comodidad que la noche promete. pudiéndose reafirmar una y otra vez su amor, lo único que los hacía recordar verdaderamente las virtudes de la vida.

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hola, aquí les traigo mi primer one shot. se me ocurrió cuando escuché la canción de gracie abrams (la coloqué en multimedia para que vayan a escucharla también).

espero que fuera de su agrado este pequeño fragmento sacado de una persona tan penosa como yo. probablemente regrese con alguno que otro escrito, pensado para cautivar sus corazones al igual que lo hicieron los dreamies en el mío. 

gracias por leer <3