El líder está dando su sermón del día, estoy en los bancos del complejo, esperando a que termine y me aguanto de bostezar.
Qué aburrido.
Miro a Salvador que está en la otra zona de las bancas, así que se encuentra demasiado lejos. Él es tan hermoso, todo formal y su melena rubia que combina con la mía, todo varonil él y... y... Detengo mis pensamientos cuando noto que se dio cuenta de que lo estoy mirando, así que me sonrojo.
Cuando Salvador me hace una señal para que lo sigo, asiento tímida e intento salir del complejo sin ser vista.
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Mi espalda roza la pared cuando siento las manos de Salvador acariciar mi cuerpo. Estamos detrás del complejo, besándonos. Su boca toca la mía, una y otra vez, es muy excitante. Aunque también vergonzoso.
—Salvador, no está bien, alguien nos va a ver —le digo mientras chuponea mi cuello.
—Iny, eres tan bonita, quiero hacerte tantas cosas.
Ay, siento tanto calor.
—Yo... po... podrás hacerme lo que quieras cuando nos casemos, ahora no, el líder se enfadará, nos castigarán.
—Un poquito más. —Toca mi labio y me observa sediento de mí—. Aguántame un poquito más.
—E... está bien, pero no te pases, nos van a descubrir.
—Lo prohibido es tentador. —Me vuelve a besar de manera ferviente y hago un jadeo cuando acaricia mi muslo, levantando mi pierna y acercando su pelvis a la mía—. Eres tan bonita. —Mordisquea mi labio.
Hago otro gemido y veo a lo lejos el jardín. Me agarro fuerte del hombro de Salvador ¿Cómo puede ser que estemos a tanta distancia y sintiera como si algo me observara? Ese lugar es tan grande, no importa que tan alejada esté, siempre lo veo. No me había percatado de aquello.
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Pétalos de rosas
Krótkie OpowiadaniaUn jardín lleno de rosas de todos los colores, rosas que guardan secretos.