Una historia alterna donde la emperatriz es quien se termina enamorando de Rashta la futura amante del emperador y viceversa pero la verdadera pregunta es como lo lograran ya que el estatus y la sociedad no les permite estar juntas.
Esta historia menciona temas como ansiedad y abuso s3xual, si eres sensible por favor abstenerse a leer y en todo caso evitar leer esas partes. En caso de que seas víctima de abuso s3xu4l, no te quedes callada/o, En caso de ser Ecuatoriano llama al 911 o al 1800DELITO, si eres de otro lugar investiga cómo acudir con las respectivas autoridades.
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-¡Su majestad! la condesa Eliza tenía razón- Gritó Laura
-¿Que?- Contestó Navier confundida, recién se había despertado y la estaban bombardeando con gritos
-El emperador hará a esa mugrosa su amante- Replicó Laura indignada
¿Que? Eso era imposible, se supone que Rashta debería estar tomándose un descanso, ¿Acaso Sovieshu había tomado a juego todas mis palabras? Maldición...
-¿Sí?- Dijo Navier aturdida
Sabía que tarde o temprano lo haría pero no sabia que seria tan rápido, Es simplemente tan espeluznante me gustaría vomitar en este instante, odio esta sensación... Saber lo que le hizo a Rashta hace que se me revuelva el estómago
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-¿Cuando se oficializa?- Pregunto Navier
-Antes de año nuevo...- Contesto Eliza con semblante triste
-¡SI! Así que mientras usted se partía el lomo trabajando en la ceremonia de año nuevo ¡EL SE LA PASABA CON SU AMANTE! ¡QUE RABIA!- Dijo Laura al borde del colapso
-Calmate Laura...- Replicó Eliza
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Pov Rashta
-Cuando el primer ministro entregue a su majestad el documento, su majestad firmará primero y luego usted debe firmar a continuación-
A veces como personas tendemos a huir de todo, siento que es mi culpa, estoy trabajando en mi, de verdad lo intento, pero no puedo evitar pensar en lo que me ha pasado, aun tengo su perfume en mi cuerpo y sus dedos siguen clavados por todo mi ser, siento sus gemidos en mi oído, aun escucho como la cama rechinaba y cómo a pesar de que le decía que parara y que no quería que lo hiciera no me escuchaba y seguía obligandome a hacer cosas desagradables
