Es la hora de nacer.
-Es una hermosa niña- dice la enfermera-¿Como le va a llamar señora?.
-La llamare Laura-sonrie.
-Es un bonito nombre.
-Gracias-sabiendo que es un buen nombre.
Y así es como yo nací, esperen me falta ver a alguien...ahí esta, sonriendo y mirandome. ¡Es mi padre!.
Sin duda, Dios me ha dado una hermosa familia.
Soy Laura, la única hija de mis padres. Ya no aguanto en ver a toda mi familia, mis abuelos, mis tios, mis primos.
Después de un buen tiempo en el hospital, mi madre ha salido, me mira con cariño y me da un buen abrazo, siento el calor de su pecho, te quiero mama.
Me suben a una rara cosa y me ponen en un asiento, he escuchado a mi papa decir que es un auto, es de un color rojo, muy hermoso por cierto.
¡Llegamos!
-Es tu casa hermosa-me dice mi madre.
Ella me levanta y me lleva a la puerta, abre y me deja un momento en el sofá para cerrar la puerta. Vuelve y me lleva arriba, me acuesta en una cuna, esta suave.
Por un momento me duermo y espero a que sea otro día.
Amanezco en pecho de mi madre.
Me viste con un hermoso mameluco de flores rosas, me gusta, me hace ver bonita, ahí esta papá...viene hacia mi, me agarra y me carga.
-¿Por que estas tan hermosa?-me pregunta.
Me río. Me lleva a un cuarto vacío y me dice:
-Este será tu cuarto nena.
Esta un poco vacío, lo se, pero pronto tendrá muebles y se verá mucho mejor.
Empiezo a imaginar como será mi cuarto, es de un color rosa bajito, muñecas, una cama muy suave, ya quiero que llegue ese día.
Llega mi mama y dice:
-¿Que haces con la niña aquí?-le pregunta a mi papá.
-Le enseño su futuro cuarto.
Mi madre sonríe y me dirige la palabra.
-Ven vamos a cambiarte el pañal.
Si que bueno, ya empezaba a oler un poco mal.
Empiezo a reflexionar mientras que mi madre me cambia el pañal.
Le doy gracias a Dios por esta hermosa familia que tengo, me han recibido muy bien, y eso que apenas va empezando.
