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UN TIGRE SIN GARRAS NO ES NADA.

La celda estaba oscura, tan solo era iluminada por un pequeño foco que parecía que en cualquier momento iba a dejar de dar luz debido a su color tan opaco. Hacia frío, vaya que lo hacía; las chicas con aquellas orejas y colas temblaban nisiquiera el calor de sus cuerpos era suficiente como para dejar de temblar. Los chicos por su lado se abrazaban entre ellos en busca de calor, algunos estaban con las muñecas amarradas, otros sin ropa y es que eso era debido a que habían sido castigados por haber roto alguna regla  y cuando había uno así inmediatamente la empresa los castigaba a tal punto de torturarlos.

Entre las personas que se encontraba en aquella celda estaba el rebelde de Taehyung, o al menos ese era el nombre que le había dado ese hombre asqueroso que intento tocarlo de más, aún recuerda sus toques le dio tanto asco que lo arañó con sus garras y no se arrepiente de ello, nisiquiera por qué lo golpearon con unos palos y a puñetazos. Estaba bien mientras nadie llegará y lo comprará.

Aunque aquel acto de rebeldía lo pagaron sus hermosas garras. Se las habían arrancado a la fuerza causándole gritos de dolor y ni aún así se detuvieron, siguieron y siguieron hasta que sus garras desaparecieron y solo sangraba de sus dedos.

Estaba cansado de vivir ahí en ese maldito lugar, ahora se encontraba enfermo en el suelo. Tenia demasiado frío tanto que no paraba de estornudar llamando la atención de los otros jóvenes quienes intentaron ayudarlo, pero ¿En qué lo iban ayudar? Si ellos también necesitaban ayuda.

— Estoy bien — Logró formular en  bajo siendo apenas escuchado debido al dolor de su garganta. Le ardía desde que había despertado y ni hablar de los estúpidos mocos que se escapaban cada vez que estornudaba. 

— Si tan solo no hubieras lastimado a ese amo no estuvieras aquí. — Regaño una chica de cabello azabache y orejas de Pantera negra, su piel era morena combinaba demasiado bien con sus ojos amarillos. Daba la viva imagen de una pantera humanizada. — Estuvieras en una casa y no en este lugar, nisiquiera estuvieras así sin tus garras, nos las van a cortar a nosotros también.

Algunos empezaron a murmurar en bajo quejándose que por culpa de Taehyung ahora los iban a dejar sin garras, ya no iban a poder defenderse ya que también estaban considerando en cortarles los colmillos... Todo por la rebeldía de Taehyung, ahora todos iban a pagarlo.

— De-Dejenlo — Defendió una chica con orejas de gato. Era lo que Taehyung podía considerar lo más cercano a una amiga, era la única que no le había hechado en cara su rebeldía. —  El solo esta confundido.

Taehyung quiso hablar y decirle que no lo estaba, que solo quería salir de ahí sin ser comprado por un viejo asqueroso como al que dejó herido con sus largas garras que hace cuatro días todavía tenía. Ahora solo quedaban unas migajas de uñas tan maltratadas y manchadas de sangre.

Una gruesa voz sonó por el pasillo llegando hasta las personas que estaban encerradas en las celdas. Era el dueño de la agencia quien estaba buscando personalmente la mascota indicada para el hijo de su mejor amigo que ahora en paz descanse. Ambos se habían propuesto la idea de crear la agencia y hacer muchos más experimentos con humanos, pero lamentablemente el hombre murió debido a un infarto al corazón. Ahora el señor Oh seuhmin era el hombre mas millonario de Asia y claro el mas alabado por los viejos que buscaban clavar sus penes en un agujero.

El hombre estaba en busca de alguien sumamente sumiso para el hijo de su mejor amigo fallecido. Según con lo que describió el chico quería una chica sumisa con unos pechos gigantes y trasero enorme, una cabellera suave y una cara muy bonita sobre todo que desprendiera inocencia... Carne fresca. Lo típico de todos los hombres millonarios que iban ahí a excepción de que el había pedido una chica que solo ladrara, tan asquerosamente retorcido.

— E-es el amo — Murmuró un chico con orejas de zebra y ojos bicolores mientras se acercaba a los barandales para ver mucho mejor al señor Oh.

— Viene por uno de nosotros.

Inmediatamente todos se pusieron de pie con la esperanza de que al ser comprados iban a vivir una vida mucho mejor. Ellos creían que iban a ser felices saliendo de ahí... Eran sus esperanzas, sus ilusiones y Taehyung no quería arrebatarselas. El era el mayor de esa celda con tan solo 23 años, sin embargo nunca ha sido vendido debido a su rebeldía, no soportaba cuando aquellos hombres lo tocaban sentía tanto asco, claro que en el pasado también recibió golpes de hecho desde que llegó a ese lugar lo único que recibe son gritos y puñetazos al igual que patadas. Estaba acostumbrado a eso, no al dolor.

Taehyung miró como un par de hombres abrían la celda que estaba enfrente de la suya dejando entrar al Señor Oh. Todos los jóvenes se acomodaron en una fila vertical chocando hombros contra hombros. El hombre se dedicó a acariciar a las chicas, Taehyung sintió asco al ver como las tocaba.

Un rato después el hombre salió de aquella celda para después entrar a la que estaba a lado y cuando acabó con aquella decidió buscar en la celda en donde estaba Taehyung.
Rápidamente todos formaron la fila vertical a excepción del rubio que aún seguía en el suelo tapando su nariz para no dejar sonar sus estornudos. Su cuerpo estaba muy caliente y un lado de su frente le palpitaba con fuerza.

— Tan obedientes. — Halagó el dueño recién entrando a la celda viendo cómo es que ya estaban ahí de pie para ser escogidos para vivir una vida feliz... Vaya que ilusiones. El hombre acarició los pechos de quienes estaban desnudos y miraba a las chicas, pero no había ninguna como había descrito el querido hijo de su mejor amigo o eso pensó hasta que vio a una con orejas de perro y pechos gigantes observándolo con miedo. Sin más se dirigió hacia ella acariciando su cabello. — Pareces ser la indicada. — Dió un vistazo a su trasero y vio que era grande. Su colita se movía de un lado a otro sin poder controlarla. Definitivamente a Jungkook le iba a gustar, aunque debía de buscar más opciones en las demás celdas — Bien, eres escogida para ser feliz con un nuevo amo.

La chica sonrió tímidamente haciendo una reverencia asintiendo con felicidad, ella no tenía la capacidad de hablar solo de ladrar y hacer sonidos sin sentido. Es por eso que era perfecta para Jungkook.

La vista del hombre paso de la chica hacia el rubio que estaba en el suelo soportando las ganas de estornudar, realmente se miraba mal tanto que al propio dueño le causó lástima, pero es que ya conocía las reglas y aún así las rompía.

— ¿Que haré contigo? — Preguntó el señor Oh dirigiéndose a Taehyung quien soltó dos estornudos seguidos para después limpiarse la nariz con sus antebrazos sin tomarle tanta importancia al hombre. — Nadie quiere comprar a un ser enfermo... — Entonces el dueño recordó una pequeña conversación que había tenido con su mejor amigo hace un par de años. Tan solo esperaba que los gustos de Jungkook no hayan cambiado tanto. — No serás comprado, pero si regalado.

Taehyung no comprendió eso, solo vio que el señor Oh le hizo unas señas a los hombres de traje que estaban afuera de la celda, estos entraron y lo levantaron violentamente. El rubio tiró patadas como pudo, pero solo consiguió que un hombre le clavara un dardo en su cuello. Lo último que vio fue el opaco foco dejando de dar luz.

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         <,︻╦̵̵̿╤─ ҉     ~  • Bum!
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Aaaaah, omg primer capítulo publicado que emoción JWJAJEHW

No sé por qué siento que este fic será mi favorito
💪😘

Run and escape Donde viven las historias. Descúbrelo ahora