Siempre tuve un gusto específico si de hombres y relaciones se tratara. Pareciera tener un imán que atrae nada más que chicos lindos, pero con poco cerebro. Chicos dignos de modelar en una pasarelas, pero incapaces de resolver una ecuación o recitar un poema. Por suerte después de muchas decepciones amorosas llego un faro de luz a iluminar mis oscuros y lluviosos días. Thiago, en algún punto de mí vida, fue más que un mejor amigo. Si, fuimos novios, y creo que nunca voy a amar a alguien tanto como lo ame a él, como lo amo. Dejé a Thiago por Olegario, la peor decisión de mi vida sin dudas. Thiago, me atrevo a decir, es el hombre perfecto para cualquier chica o chico. Siempre fue muy atento y detallista, recuerdo que los días de lluvia nos acurrucábamos en su ventanal a leer y tomar café mientras escuchábamos las gotas caer en picada sobre el empañado vidrio. De tan solo recordarlo me entristece. Pensar que deje al hombre perfecto y probablemente el único que encontraré en mí vida, por un... ni siquiera puedo llamarlo hombre. En fin, ya es tarde para lamentarme por las cosas que hice.4 de febrero 1:00 a.m.
- ¿Estoy linda?
- Siempre estás linda Juli. - Ella no se mostraba vulnerable con absolutamente nadie, ni con su propia madre. ¿Pero Thiago? Obviamente era la excepción, siempre lo era. - No dejes que esta situación te afecte, ¿okey? Quiero que entres y bailes y hagas que todos, chicas y chicos se enamoren de vos como siempre lo haces. Si está, ignóralo
- ¿Y si me habla?
- Juli, es tu ex no el diablo. - Thiago reboleo sus ojos.
- ¿Hay diferencia?
-No tanta, pero la hay. Dale, vamos a divertirnos.
Los mejores amigos caminaron hasta la entrada la cual se encontraba abierta al público. La sala principal estaba llena, la gente bailaba, fumaba, tomaba. Algo que llamo la atención de Julieta era lo rápido que su grupo se adaptaba a los desconocidos. Hace minutos que habían llegado y tabo ya estaba ganando chicas y tragos por doquier. Tabo al igual que Julieta era un muchacho muy agraciado, muy simpático, y muy talentoso a la hora de engatusar a cualquier chica que llamara de su atención.
- ¿Querés tomar algo?
- No...bueno, sí. - Thiago comenzó a preparar un trago para su amiga. - ¿no lo viste no?
- Julieta ni se te ocurra estar toda la noche pendiente del imbécil ese. Te digo en serio. Me volves a preguntar y nos vamos.
- Sí señor. - Thiago le sonrió.
2:30
- ¿cómo era tu nombre? - tabo se dirigía al nuevo integrante.
- Federico - respondió con una sonrisa
- Fumas? - tabo le ofrecía un cigarro de marihuana a Federico.
- Si, fumo, pero ahora no gracias.
- Que chico responsable. - Emilia apareció en la escena.
- ¿Es un halago o una ofensa?
- Como vos quieras tomarlo. ¿Bailas?
Federico vio a Julieta en la sala bailando, no podía quitar su vista del cabello de esta, como se movía a la par de sus pequeños saltitos. Tampoco podía apartar la vista de sus caderas, moviéndose de un lado al otro tan coordinadas como la melodía de la canción.
- No soy bueno bailando, perdón.
- ¿No sos bueno, o nunca tuviste una buena acompañante que te ayude? - era evidente que Emilia quería coquetear con él.
- Yo si quiero bailar. - Joaquín agarro a la rubia por la cintura y la llevo hasta el centro de la sala.
- Me parece a mí o Emilia quiere más que bailar con vos. - Thiago tomaba de su trago