Capítulo 4

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Al abrir sus ojos una luz tenue la recibió, haciendo que los cerrara de nuevo con fuerza. Al intentar moverse el dolor se concentró en su pecho de tal manera que le quitó el aliento de un solo golpe, después llegó el vacío, ese que se apoderó arrebatandole el poco aire que había tomado. Su mano inconcientemente se dirigió a la zona afectada pero fue detenida por una vía conectada a una bolsa con algún tipo de suero azul y otros aparatos.

Por la desesperación de no poder respirar se arrebató las agujas y monitores, se levantó con dificultad tropezandose con el mueble que estaba al lado de la cama y unos cables se despegaron de su pecho haciendo que una máquina comenzará a pitar de manera estruendosa y aturdesedora. Se dirigió al espejo más cercano en un costado del cuarto y se dio cuenta de la marca en medio de su pecho; en ese instante todo lo ocurrido horas antes le llegó como un mazo a la cabeza generándole un dolor insoportable que hizo que cayera incada. Entraron las enfermeras y la tomaron de inmediato intentado levantarla hasta que un doctor la alzó y la llevo a la cama nuevamente, inmediatamente comenzaron a conectar los artefactos desconocidos a su cuerpo. Quería impedirlo pero el dolor y el vacío que sentía le seguían oprimiendo el pecho inmovilizandola casi por completo.

Sabía que algo faltaba por que lo sentía pero, ¿Qué era lo que faltaba en su interior? ¿Por qué se sentía tan inútil ante la gente? ¿Por qué se sentía tan extraña? Además, ¿Dónde estaba su padre? En ese momento lo necesitaba más que nadie.

Isabella- P-papá- Murmuró con todo lo que tenía en sus pulmones.

Dr.Thai- Viene en camino Isabella, trata de relajarte- Le respondió volviendo a poner la vía en su brazo izquierdo.

Isabella- Thai... No... Puedo... Respirar
... Ayúdame...- Decía con miedo, lágrimas y mucha dificultad.

Dr.Thai- Lo se mi niña por eso necesitas relajarte- La miro a los ojos tratando de entrar en su mente pero esta estaba tan bloqueada que le era casi imposible- Isabella? Isabella responde! No te duermas! Escucha mi voz! No te duermas!!- Le casi gritó cuando la vio cerrar los ojos.

Mientras tanto la cabeza de la niña estaba echa un caos, los acontecimientos, su madre, su padre, esa herida en su pecho, todo se le junto tan rápido que se desmayó, cayendo nuevamente en completa oscuridad.

Rafael- Arriba princesa, es hora de levantarse- Susurro en su oído y acariciando a la vez su castaño cabello.

La pequeña abrió los ojos con dificultad por la misma luz que alumbraba la habitación y se topó está vez con el negro azabache de los ojos de su padre. Fueron segundos los que me bastaron a la joven para que soltará en un llanto tan desgarrador que se escucho en todo el piso del aquel hospital. El odio que Isabella tenía en su interior era completamente inimaginable y de tal magnitud que no necesito su Hendrix para transmitirlo a los demás. Odiaba tanto a la mujer que le dio la vida que se propuso encontrarla, al fin y al cabo nunca se quisieron y ahora muchísimo menos. Rafael no sabía que decirle o hacer, sólo lloraba con ella y sufría por el dolor que le causó a su hija; nunca creyó que le afectaría así ¿Qué había echo?...

----------Semanas Después---------

Todo había cambiado. Isabella fue a casa más rápido de lo esperado y con una mentalidad tan diferente que su padre se arrepintió por undécima vez, le dolía ver el aura oscura y pesada de su niña de sólo 10 años, le partía el alma en la forma que está se comenzaba a expresar y sobre todas las cosas, lo destruía por completo saber que él tuvo la culpa de que ella a tan poca edad fuera tan fría y distante.

Ella por su lado, sentía un vacío tan grande en su interior que nada en su alrededor la hacia sentir viva, era como si estuviera respirando sin sentir el aire en sus pulmones. Todo empeoró cuando al mes de haber salido del hospital unas marcas negras se comenzaron a formar desde la cicatriz del centro se si pecho hasta sus ante-brazos sin llegar a sus muñecas, por la forma que estas tenían supo que eran las venas que se extendían del Hendrix por su cuerpo, por que poco después también aparecieron en su cadera una o dos de estas figuras. No se lo dijo a su padre pero este se dio cuenta cuando fue a la consulta de cada mes. Se alarmó de tal manera que casi demanda a su propio mejor amigo por una disque mala praxis en su niña. Este les explico que su cuerpo estaba reaccionando a como ella se sentía y que aunque consiguieran el transplante esas marcas se iban a quedar allí por el resto de su vida. ¿Había algo que quedará por arruinarse? ¿Podría perder más de lo que ya había pedido? O en vez de perder ¿Podría ganar algo? No lo sabía, tenía tantas preguntas sin respuesta y tantas dudas de lo que pasó que prefirió no tocar el tema y simplemente dejarlo allí, al final no podía hacer nada...

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Otro capítulo más, ojalá les este gustando.

El próximo será en diario así que veremos en que está pensando la pequeña Is...

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Vamos a dejar unas imágenes para imagirnanos un poco que es lo que tiene Isabella en el cuerpo en un capítulo futuro, en este caso seré yo (Brai) quien expliqué más a detalle el como están estas marcas repartidas y como se verían...

Número de palabras: 958

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