Rompiendo Barreras [Matsuno Chifuyu]

CAP 24

Hoy es un día especial. Quiero invitar a T/n a mi casa. Sería mas especial si ella no hubiera venido por su cuenta cuando enfermé, pero bueno, eso ya no importa.

Busqué a lo largo del día el momento perfecto para preguntárselo pero siempre me acorbardaba. No se que es lo que me pone tan nervioso, mis manos sudan. ¿Y si me rechaza? Que vergüenza sería que me dijera que no. Tal vez es mala idea invitarla. Si, sera otro día.

Di una media vuelta para cambiar de dirección pero allí estaba ella. Se detuvo en seco por mi brusco movimiento.

-Hola Chifuyu- saludó.

-Hola. Te estaba buscando- dije sin pensar, a pesar de que ya había cambiado de opinión sobre invitarla.

-¿Ah si?¿Para que?- preguntó.

No te acobardes Chifuyu, has pasado peores momentos. ¿Que es lo peor que puede pasar?

-¿Estas libre luego de la escuela? Quisiera invitarte a mi casa-

¿Fui muy directo?¿Como sonó mi voz?

-De acuerdo, estoy libre- respondió ella y sentí como si me quitara una mochila pesada de encima.

Fue corto el tiempo que nos vimos porque luego T/n tuvo que despedirse de mi para irse a la biblioteca.

Esperé impaciente a que las clases terminaran. Aunque T/n ya hubiera visitado mi casa antes, siento que ahora es un momento mas apropiado.

El tiempo corrió y finalmente llegó la hora de salir. Me detuve en la puerta principal esperando que T/n me alcanzara y así poder emprender el camino a mi casa.

El camino no fue incomodo en lo absoluto. Ella siempre sabe como aligerar el ambiente. Como si pudiera detectar cuando estoy tenso.

-Bueno, ahora si puedo mostrarte mi casa apropiadamente- dije abriendo la puerta.

-No será necesario, se lo que hay en cada cajón de la cocina y el comedor- bromeó.

Le ofrecí algo para comer y me senté en una silla a su lado. Así pasamos la tarde, charlando y riendo.

-Ey este gato no estaba aqui la vez que vine- dijo ella agachandose a la altura de Peke J para poder acariciarlo.

-Seguro estaba vagando en el vecindario- dije yo y me acomodé a su lado, también pasando mi mano por el pelaje del gato.

Éste se fue de nuestro alcance cuando se escuchó el ruido de la cerradura de la puerta.

Nos pusimos de pie con T/n y cuando la puerta se abrió no era nada mas ni nada menos que mi madre.

-Llegué... oh, hola- dijo mi madre animada cuando vio a T/n.

-Mucho gusto soy T/n- la chica extendió su mano para saludar a mi mamá, que correspondió el gesto.

-Ella es... la chica de la que te hablé- escondí mi cara avergonzado.

-Oh si se quien eres, Chifuyu me ha hablado de ti. Eres tan linda como te describió- respondió mi mamá dirigiéndose a T/n.

-¡Mamá! Mejor vamonos al cuarto- me llevé a T/n conmigo para escapar de esa situación vergonzosa, aunque no acababa ahí.

-¿Le hablaste de mi a tu mama?- dijo T/n con una sonrisa burlona.

-Ignorala- no supe que mas decir por los nervios.

-Que tierno- continuó como si no me hubiera avergonzado lo suficiente ya.

-Tienen una bonita relación.- dijo ella refiriéndose a mi madre -Con mi madre no nos llevamos tan bien- Comentó apagando un poco su mirada.

-Las madres a veces son un dolor de cabeza pero.. ellas nos aman, aunque no lo digan. Mi madre trabaja mucho y yo siempre estoy afuera, así que solo a veces coincidimos en cenar juntos. Hay veces que ni siquiera intercambiamos muchas palabras ya que ella llega cansada del trabajo.- tomé un respiro antes de seguir -Pero lo entiendo. Puedes estar seguro de que ella está ahí para ti.. aunque no esté presente fisicamente, sabes que puedes contar con ella-

No me percaté de lo mucho que hablé que cuando me detuve el silencio se hizo presente.

-¿Qué?- pregunté al ver que T/n tenía su mirada clavada en mi.

-Que lindo eres- dijo en un tono dulce y no pude evitar sonrojarme. En un segundo me tomó desprevenido y me abrazó rodeando sus brazos en mi cintura. Escondió su cabeza en mi pecho.

-Quisiera poder decir lo mismo de la mia...- dijo en una voz suave que apenas pude oir. La sostuve aún mas fuerte.

Estuvimos así unos minutos hasta que T/n levantó su rostro para mirarme.

-Chifuyu, hay algo que...-

-¡Chicos la cena esta lista!- escuchamos a mi mamá llamarnos y nos separamos para ir al comedor.

-¡Gracias por la comida!-

Luego de cenar T/n regresó a su casa. Me ofrecí a acompañarla ya que comenzaba a oscurecer. Y aunque ella se negara insistí. Porque mi madre me enseño que a una mujer se la acompaña a casa y ya es tarde.

Finalmente ella aceptó y no tuve que insistir tanto. Fuimos en moto aunque, de nuevo, ella se negara en un comienzo.

La dejé en la puerta de su casa y nos despedimos para que cada uno tomara su camino.