Capítulo Unico

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Se sentó en la mesa de los profesores, miró a su alrededor muchas personas lo estaban observando, el comedor completo en pocas palabras. Miro a Mcgonagall, está solo lo miraba con cara de confusión. Todos los alumnos lo miraban mal, era un ex mortifago, pero lo habían perdonado hace años. ¿Que era entonces?, dirigió la mirada hacia la mesa de slytherin, hay observo a un rubio observarlo, luego miró a la mesa de gryffindor, un azabache lo miraba, miró hacia la mesa de revenclaw, otra azabache lo miraba. ¡¿Que diablos pasaba aquí?!

Su desesperación se hizo presente, era una persona muy desesperada, apesar de todo siempre le gustaba saber lo que pasaba, ser unos de los primeros en enterarse del chisme.

La cena acabo y todos se fueron a sus dormitorios, el hizo lo mismo. Necesitaba descansar o iba a explotar, cual era la necesidad de mirarlo tanto, era igual apesar de su edad pero no era para que lo miraran todo el tiempo, espacio personal.

Me senté en la cama, había dado vueltas por esta cama por cinco horas completas, iba a morir. Mañana sin duda iba a averiguar por qué tanta atención para el y tenia que hablar con algunos mocosos primero, como sea.

Su insomnio hizo que se pusiera a leer un libro de pociones, tal vez así dormiría, y tenia razón. Tuvo el sueño más profundo de su vida, tal vez era la desesperación o el que ayer en la noche cuidó los pasillos.

A la mañana siguiente todo estaba igual que ayer, tenso, las miradas eran casi cuatro segundos, no entendía el por qué. Ya estaba cansado. Y en los pasillos no lo dejaban de observar.

Estaba dando clases y todos murmullaban mientras lo observaban, pudo tener paciencia y terminó la clase con éxito, pero todo empeoró en la tarde. Algunos incluso llegaban a tocar la puerta de su aula mientras daba clases y cuando abría salían corriendo. Pasaba una vez más y juraba que tiraría un avada sin duda alguna.

Y pasó otra vez.

-Necesito que abran su libro en la página 415 y-

La puerta se escuchó interrupiendolo, estaba dando clases para los ravenclaw y hufflepuff de cuarto año. Se estaba colmando su paciencia.
Se dirigió a la puerta molesto, y la abrió, dejando ver a un joven de sexto año con la túnica de Gryffindor.

-Hola, ¿qué necesitas?- pregunto con tono cortante.

-Yo...

-¿Tu?

Levanto las cejas viendo al niño que estaba frente a el, para ser gryffindor no era muy valiente que digamos. El chico se quedó callado y de pronto dio la vuelta y corrió por los pasillos hacia un grupo de chicos que de igual forma corrieron.

¡¿Que carajos?!

Estaba confundido, primero lo del comedor, luego lo de los pasillos y ahora esto. El había sido un adolescente, obviamente muy guapo, pero jamás tuvo un ataque tan feo. Ese chico necesitaba ir a que lo ayuden, estaba sudando a morir.

Cerré la puerta molesto y miré a todos mis alumnos, ellos miraron rápidamente el libro como si siempre habian tenido la vista en el libro, novatos, ni disimular podían. Suspiro y siguió con su clase, unos mocosos no lo iban a arruinar la clase. Además lo podía acusar de interrumpir su clase sin ninguna razón, unos cinco puntos para cada uno seria suficiente o tal vez ocho, luego lo pensaría.

Se sentó en el sofa de su habitación, había sido un día de locos, necesitaba descansar, cuando vio a una lechuza ponerse en su ventana con una carta en el pico, reconoció la ave; Cake, obviamente el no eligió el nombre. Fue un idiota muy lindo.

Se acercó al ave y lo acaricio quitándole la carta del pico, le dio unos bocadillos.

-Debes estar cansado, ten- le puso unos bocadillos de rata con miel, si sonaba asqueroso pero a Cake le encantaban así que guardaba unas.

Profesor Malfoy, ¿Usted es homofóbico?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora