Nunca te mencioné mi nombre...

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En nuestro camino hacia un futuro incierto, él mantenía el silencio mientras yo trataba de mantener la calma.

A quién pretendo mentir, no puedo confiar en él del todo. Todo esto podría ser una trampa y que me estuviese guiando a la muerte.

Rápidamente quité de mi mente todos esos pensamientos , habíamos llegado.

- Creo que es aquí, -gesticuló mi compañero de viaje-

-¿ Estás seguro ? Aquí hay un montón de cobertizos. ¿Cómo sabemos cuál es el correcto ?

- Revisándolos uno a uno, y buscando pistas que me hagan recordar - sonrió levemente, esperanzado, yo me limité a seguirle.

Ningún rastro de vida , no parecía que por este sendero viviese nadie, en esta ciudad reinaba el silencio.

Pronto, algo rompió este estado onírico, una figura se movió entre los arbustos y huyó, corriendo como una liebre.

- ¿Q-qué ha sido eso? - Dorian se aproximó a mi, acurrucándose, muerto de miedo-

- Habrá sido un animal....

No estaba nada segura de que hubiese sido eso, internamente estaba gritando y pidiendo ayuda, pero tenía que seguir en pie, por el bien de los dos.

Entramos en uno de los cobertizos que le llamó la atención a Dorian, y los dos nos quedamos pasmados.

Habían dos estanterías repletas de libros, un escritorio lleno de planos y un diario. También una infinidad de líneas pintadas en el techo y pared. Serán los días que lleva aquí encerrado, contados ; o al menos hasta que perdió la memoria.

Comenzaron a brotar lágrimas de sus ojos, de los ojos que antes estaban cosidos.

Al percatarme me asusté y me resbalé, impactando contra el suelo. Él no entendía porque yo había reaccionado así.

- Do-do-do-Dorian....

- ¿Sí? Se agachó, extrañado, ofreciéndome su viva mano para levantarme.

- Dorian, tienes ojos, ojos por los que ves y lloras. Las quemaduras de tu piel se están curando y tus manos... tienes manos de carne y hueso...

Inmediatamente se reincorporó y empezó a buscar algo en los cajones del escritorio, algo que yo desconocía.

Sacó bruscamente de uno de estos un espejo de mano, y se miró en él, de una manera tan triste y nostálgica que sentí mi corazón partirse.

- Es verdad, puedo ver ...y puedo recordar algunas cosas. No me acuerdo exactamente de este lugar, pero siento una presión en el pecho tan fuerte que podría desgarrarme.

- En este sitio encontraremos respuestas Willow, ya verás - se giró hacia mí y una ráfaga de viento que movió mi cabello nos permitió mirarnos claramente a los ojos.
Lo dijo como si me conociera, o mejor dicho, como si se acordara de mi.

Le creo...

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