Capítulo 2

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Si May tuviera que describir la apariencia de aquellos hombres pelirrojos en dos palabras, sin duda usaría altos y corpulentos. Desde la lejanía, notaba como sus ojos la observaban con una mezcla de sorpresa y desconfianza. No había conseguido controlar el temblor de sus piernas y daba gracias a que el espeso vestido las ocultara.

Beth podía ver en su rostro el miedo y la preocupación. Incluso temía que May saliera corriendo de un momento a otro. Estas horas en las que habían estado las dos solas, le habían dado a Beth la oportunidad de conocer mejor a May y planear lo que tenía que decirle a Dougal , su padre.

-Siento haberte hecho esperar Beth- dijo el hombre de edad más avanzada del grupo.-pero recoger los tributos nos ha llevado más tiempo del que pensaba-continuó desmontando para acercarse a él.

-No importa padre-sonrió Beth mientras lo abrazaba- estáis todos devuelta y a salvo, temía que fuerais atacados.

-¡Qué poca confianza en nosotros hermanita!-se quejó uno de los otros tres hombres que acababa de desmontar. May quedó impresionada por sus ojos grises casi idénticos a los de Beth.- ¿Crees que alguien podría si quiera acercar su acero a mí?

-Oh siento ofenderos gran guerrero Galahad –contestó Beth teatralmente lo que provocó que todos los presentes sonrieran- ¡Siempre tan presuntuoso!

-Al menos no tuviste que soportarlo todo el viaje-interrumpió el tercer pelirrojo- veo que has estado en mejor compañía-dijo mirando directamente a May con su mirada verdosa. May palideció e inconscientemente dio un paso atrás.

-Vamos Kendrick no asustes a la invitada de Beth-lo regañó el último de los pelirrojos que aún no había entrado en escena.- Mis disculpas señorita-dijo dirigiéndose a May. Este tenía los ojos azules al igual que el padre de Beth.

-¡Gracias Alistair por aportar un poco de educación a estos dos!- exclamó Beth- Por algo eres mi hermano favorito.

-Creía que ese era yo- interrumpió Galahad alzando una ceja claramente ofendido.

-Ya está bien, basta de juegos-habló Dougal- Id a comer, después terminaremos de recoger el campamento para marcharnos.- Les ordenó a los tres jóvenes que acataron su orden en silencio.-Querida Beth-continuó en un tono cariñoso- aun no has presentado a tu invitada.

-Ella es May padre, May él es Dougal, mi padre. May se encontraba perdida en la en el bosque, le ofrecí mi ayuda y le di de comer.-Dougal miró a la muchacha de pelo oscuro la cual acertó a hacer una sencilla reverencia.

-Señorita...-comenzó Dougal esperando que su apellido fuera revelado.

-No tengo apellido-se lamentó May- perdí a mis padres a una corta edad, no recuerdo mi apellido.-intentó explicarle de la forma más clara posible al intimidante hombre que tenía enfrente- Fui llevada a un orfanato, donde no se molestaron en registrarlo. De modo que tendrá que dirigirse a mí como May.

-May ¿Cómo es que te encontrabas perdida en el bosque?-interrogó Dougal. A May le pareció que aquellos ojos podían detectar la mentira a kilómetros, de modo que intento ser lo más sincera posible.

-Pues como le dije, fui llevada a un orfanato donde nos obligaban a robar para la mujer que lo regentaba. Un día, me pillaron robando y el hombre resultó ser un comerciante de esclavos que decidió capturarme y venderme.-Los ojos azules se abrieron un poco sorprendidos- Me encontraba huyendo del hombre que me compró y me ha tenido retenida en contra de mi voluntad por años, Arthur McTavish.

-¡Tenemos que ayudarla, padre!-le interrumpió Beth antes de que Dougal pudiera decir una palabra- Seguro que en el castillo habrá un puesto de doncella para May- dijo intentando convencer a su padre- siempre necesitan un par de manos más.- Su padre la miró con ternura.

Tierra Salvaje | Saga Salvaje I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora