lazo roto ‣ minayeon

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Paralizada, así era como se encontraba Mina, y es que en verdad no pensó que de nuevo se encontraría con ella, la había visto en el hospital hace casi ya tres meses, pero, ¿por qué de nuevo tiene que encontrarla?

Momo sonreía hacia la omega que ahora era su pareja, se veía muy feliz, estaba a punto de llevar su mano hacia su antigua unión, cuando sintió que era tomada de la mano, miró hacia abajo encontrando su mano siendo sostenida por otra y que le daba un leve apretón.

Miró hacia arriba encontrándose con Nayeon, quien le dedicaba una sonrisa, y allí fue cuando Mina se percató de que Momo ya no estaba, de hecho ya no le importaba lo que estuviera a su alrededor, ¿por qué debía de tomarle importancia? Tiene a Nayeon, la vida le había regalado una oportunidad más para creer en el amor y ahora lo estaba viviendo.

Todo lo que antes había creído conocer del amor se había esfumado por completo con la ayuda de Nayeon, ella le demostraba como era amar, como era la realidad, no como ella creía, no era solo que la omega diera todo de ella, no, no era así, si no que todo eso iba más allá, la alfa se lo dijo, una pareja no es de uno solo, una relación es de dos, una relación tiene que ser convivencia, compañerismo, amistad y amor.

— ¿Pasa algo, Mina? – preguntó Nayeon al ver como la omega prácticamente se había quedado mirándola con esos ojos que parecían cristalizarse levemente.

— Y-yo...

— ¡Miren a quien nos encontramos! – Mina dejó de mirar a Nayeon para ver a quien antes fue su pareja, parecía sonreír burlona – ¿Vienes a rogarme? Me lo esperaba.

Mina apretó la mano de Nayeon, quería ocultarse detrás de la alfa, quería quedarse entre sus brazos y no mirar a esa quien le había roto por completo sus sentimientos.

— ¿Acaso tu fuiste quien la lastimó? – Mina se sintió temblar ante esa voz, Nayeon parecía estar tratando de controlar su voz de mando, a Momo no le gusta que le hablen con aquella voz, se alarmó un poco al ver que su antigua alfa apretaba los puños.

— ¿Quién te crees para hacer esa clase de pregunta?

— Soy su alfa – la voz de Nayeon salió demandante, y Mina se había sentido bien al escuchar eso.

Momo parecía contener la risa al escuchar eso, pero Nayeon de inmediato le había mirado mal y le había soltado un gruñido, advirtiéndole.

— ¿Te hace alguna clase de gracia esto?

— Sí, a decir verdad, tienes muy mala suerte de tener a una omega como esa, te daré un consejo, deberías dejarla.

— No soy una idiota como para dejar a la más linda omega que he conocido – miró a la omega que estaba al lado de la antigua alfa de Mina – pobre de ti, deberías conseguir a alguien que sepa valorarte, esta es una mierda andante.

— ¿¡Qué has dicho?!

— ¿No me escuchaste? – miró hacia Momo que se veía sumamente furiosa por su comentario – Lo siento no separo en silabas para los idiotas, vamos Minari.

Nayeon no se metería en una pelea, sería como rebajarse al nivel de esa imbécil, Mina sonrió feliz de escuchar a Nayeon y de ver que no hizo nada para meterse en una pelea, y se las arregló perfecto para insultar a esa tonta.

— ¿Quieres ver una película? – Nayeon al voltear a ver a Mina sintió como sus suaves labios estaban sobre su mejilla dejándola desconcertada, era un beso, Mina le había dado un beso en la mejilla.

— Gracias por defenderme – mencionó Mina separándose de ella y regalándole una sonrisa.

— Haría cualquier cosa por ti, mi dulce y linda omega.

Por supuesto que lo haría, no dejaría que esa preciosa sonrisa se apagara solo por tonterías, evitaría a toda costa que Mina se sintiera mal, y esperaba que eso ayude a que Mina pueda ser una omega feliz, todo lo haría por su felicidad, porque si Mina es feliz, entonces ella también será feliz.

— ¡Hay que ir por un café con vainilla y chocolate!

— Tus antojos son muy dulces, omega.

— Lo sé, alfa, tan dulces como mi alfa.

Nayeon en verdad se puede acostumbrar a eso.