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- Necesito de tu ayuda, y es con carácter de urgente - mencionó Nayeon después de haber arrebatado el libro de manos de Jihyo

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- Necesito de tu ayuda, y es con carácter de urgente - mencionó Nayeon después de haber arrebatado el libro de manos de Jihyo.

Está bien no se esperaba eso, parpadeó un par de veces al escuchar eso, Nayeon no es de las que les guste pedir ayuda así como si nada, de hecho casi no le pedía ayuda, recuerda que la última vez que le pidió ayuda solo fue por unos ejercicios de matemáticas que no había hecho y eso lo había hecho que le explicara y que solo le dijera el resultado, ella hacía sus propios procesos, típico entre alfas.

- ¿Ayuda con qué? - preguntó Jihyo, ciertamente le gustaba ayudar a sus amigos, y Nayeon es su mejor amiga de toda la vida, pero solamente en todo el tiempo en que llevaban conociéndose había requerido de su ayuda solo en tres ocasiones, y esta era la tercera.

- Bueno - respiró profundamente - Minari, ella ya casi va a cumplir con su cuarto mes de embarazo y no sé, hemos pasado por algunos momentos y me gustaría invitarla a comer algo y darle un regalo.

Jihyo levantó ambas cejas al escuchar eso, ¿Nayeon dando un regalo? ¡Ni siquiera a ella le regalaba algo desde su cumpleaños número dieciocho!

- Bien, ¿quién eres y que hiciste con mi mejor amiga? - Nayeon rodó los ojos al escuchar eso - No hagas eso, es que es sorprendente que quieras regalar algo para tu omega, es muy inusual.

- No es tan inusual como dices.

- ¿Cuándo fue la última vez que le regalaste algo a tu madre en su cumpleaños? - Bien, si era algo inusual, pero su madre le había dicho claramente que no quería recibir más cosas, y que con solo que la visitara y le preparara algo de comer se conforma y así a estado haciéndolo y por supuesto su madre es feliz en su día.

- Mi madre no tiene nada que ver en esto, así que solo házme el favor de ayudarme a conseguir un regalo para ella.

- ¿Tiene que ser costoso? - preguntó Jihyo.

- No lo sé...

(...)

Mina caminaba tranquila por el pasillo, había sido un día largo lleno de demasiadas cosas que tenía que realizar, miró su ya notorio vientre, bien, al menos su cachorro estaba sano y salvo dentro de ella, la doctora le había mencionado que todo se encontraba en orden, pero había sido muy específica en que debía de sonreír más, esto para no afectar al cachorro.

Aunque Mina se mostrase algo seria en las consultas, trataba de sonreír para que viera la doctora que no había problemas que la hicieran sentir deprimida, aunque últimamente evita a toda costa cualquier película que pueda hacerla soltar una lágrima, aunque es algo difícil, sus hormonas están a todo lo que dan y es algo fastidioso, además del cansancio en sus pies.

Nadie dijo que estar en cinta sería tan fácil.

- ¡Minari! - sonrió en grande al ver a Nayeon corriendo hacia ella, como siempre hacía, encontrándola para poder llevarla a casa - ¿Qué tal tu día?

- Agotador - canturreo la omega, dejó de sentir el peso de su mochila, Nayeon ya se la había arrebatado para ayudarla - ¿y el tuyo?

- Un poco estresante, odio llevar dos carreras - Mina soltó una suave risa al escuchar eso.

- No lo odies, es bueno que quieras superarte a ti misma, alfa - demonios Nayeon amaba que Mina le dijera alfa, es lo mejor del mundo, y solo hacía que se sintiera toda una orgullosa de poder estar haciendo bien su trabajo de hacer feliz a su omega.

- ¿Y cómo está el cachorro más lindo del mundo? - Mina se sintió sonrojar al ver a la alfa mirando a su vientre ya más abultado, debía admitir que aún no se sentía tan acostumbrada a esa clase de trato y mucho menos de parte de Nayeon.

- La doctora dijo que está bien, todo va muy bien - Es un gran alivio aquello.

- Eso es bueno, aún me siento mal por no poder acompañarte al ultrasonido, soy la peor de todas.

- Nayeon, no te insultes por eso, para la próxima me acompañas.

Mina se quería atrever a sostener la mano de la alfa, pero no sabía si la reacción de Nayeon sería buena, a veces valía la pena cualquier riesgo ¿no? Dejando el miedo a las posibles reacciones de Nayeon, decidió juntar sus manos, la alfa no hizo más que reforzar aquel agarre para poder salir ambas por fin del edificio.

La alfa debía admitir que estaba saltando internamente de la emoción al sentir como su omega tomaba su mano, era una sensación tan increíble, esa corriente eléctrica pasando por su cuerpo y estaba segura de que Mina también la sintió y eso solo lo hacía mucho más especial.

La alfa debía admitir que estaba saltando internamente de la emoción al sentir como su omega tomaba su mano, era una sensación tan increíble, esa corriente eléctrica pasando por su cuerpo y estaba segura de que Mina también la sintió y eso solo lo...

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lazo roto ‣ minayeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora