Era una hermosa mañana de primavera y se podia sentir una suave brisa moviendo las cortinas de una habitación, se podría decir que era uno de esos días que se consideraban perfectos.
Pero para Mai...Era el día en el que hiba a perder su libertad, era el día de su boda. Sus padres la estaban casando o vendiendo al duque Wakasa.
Su padre era un barón que había caído en desgracia y ahora lo único que les quedaba era su titulo. Por eso sus padres decidieron un matrimonio arreglado, ellos habían estado un tiempo buscando un marido rico para ella ya que todos sabían que estábamos en bancarrota ningún noble se interesaría en mi, pero los ricos eran otra historia, para ellos era una gran oporunidad de obtener el título de barón y convertirse en nobles.
Una mañana mientras mi padre estaba revisando variaa propuestas de matrimonio para mi, llegó un carruaje junto con varios guardias reales, ellos llevaron varios baúles al estudio dónde mi padre se encontraba, él las revisaba todas minuciosamente para al parecer ninguna satisfacía sus deseos.
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En realidad es que ninguna ofrecía suficiente dinero, eso era completamente normal ya que estaban en bancarrota y para muchos la doncella era una belleza para conservar.
Los guardias al entrar al estudio le entregaron una carta a mi padre la cual era una propuesta de matrimonio; al parecer el príncipe había escuchado que el sr.Nakamura estaba buscando un pretendiente para su hija.
El príncipe era el mejor amigo de Wakasa además de ser primos, y ya que ningún noble casaría a su hija con el duque pensó que sería buena idea aprovechar la oportunidad de que él se casara con Mai, la chica acerto en que su padre al ver lo que había en los baúles inmediatamente dijo que si.
Bueno qué quieren que les dija no se puede escoger en qué familia nacer, algunos tienen suerte y otros no.
Corrían muchos rumores acerca del duque, algunos decían que era un monstruo cruel y despiadado con una gran sed de sangre, otros decían que era el mismo demonio reencarnado, él era uno de los generales del rey, el había destacado mucho por haber ido al campo de batalla a una edad temprana y en la cual fue temido y apodado "𝑬𝒍 𝒓𝒆𝒚 𝒔𝒂𝒏𝒈𝒖𝒊𝒏𝒂𝒓𝒊𝒐" ya que mientras permaneció ahí, siempre estaba cubierto con la sangre de sus enemigos, una persona que podía hacerte temblar con solo una mirada, y esa persona era con la que Mai se hiba a casar.
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La boda se apresuro y dijieron que se realizaría en dos días después de haber recibido la propuesta.
𝒩𝒶𝓇𝓇𝒶𝓈 𝓉𝓊|
El día de mi boda mi padre contrato varias sirvientas para que me ayudarán a prepararme para la boda. Yo no iba a tener una ceremonia grande ni lujosa como solía ser cuando una noble se casaba, ese día solo iban a estar los familiares más cercanoa ya que el duque había dicho que quería algo sencillo.
Yo siempre había soñado que cuando me casara sería el día más feliz de mi vida, con una boda de ensueño, que usaría un hermoso vestido y que la persona que había escogido para pasar el resto de mi vida me estaría esperando en el altar para jurarnos amor eterno ante Dios.
Ni siquiera puedo tener una boda espléndida como siempre había soñado. Lo único que yo deseaba era que aquel día terminará lo más rápido posible, las criadas me llevaron a la capilla donde se efectuaría mi boda en la que conocería por primera vez a mi futuro esposo, o es lo que creía.
Cuando entre la capilla sólo estaban mis padres, el sacerdote que me iba a casar y un hombre mucho mayor que mi padre y estaba medio calvo, el estaba de pie en lugar del novio, yo sabía que ese no podía ser el duque porque a pesar de lo mal que hablaban de él, las personas que alguna vez lo habían visto decían que él era un hombre increíblemente hermoso y además él solo tenía 27 años era imposible que se viera de aquella manera.
Por un momento pensé que la suerte por fin me sonreía y que la boda se había cancelado. Pero no fue asi, al parecer el duque estaba tan ocupado que no había podido asistir a su propia boda, así que había enviado a su mayordomo para que tomase su lugar y de esa manera acabó mi boda.
Después de dejarme en mi habitación él se marchó he inmediatamente entró un grupo de sirvientas para ayudarme a que me quitara el vestido y mientras me atendían les pregunte.
─¿𝖣𝗈𝗇𝖽𝖾 𝗌𝖾 𝖾𝗇𝖼𝗎𝖾𝗇𝗍𝗋𝖺 𝖾𝗅 𝖽𝗎𝗊𝗎𝖾?
Las sirvientas se vieron las unas a las otras y después de un momento de silencio.
Ese día no había podido comer nada durante todo el día porque las sirvientas se habían tardado una eternidad en prepararme para la boda, aunque sus esfuerzos no habían valido de mucho, yo me vía ridicula y además el duque ni siquieranse había dignado en aparecer, la verdad yo estaba realmente curiosa en conocer al duque quería ver con mis propios ojos cómo era el duque.
