CRYSTAL CLEAR |Muddy Green Waters Sequel ✧ draco malfoy [✓]

𝟕 - 𝐋𝐚 𝐂𝐚𝐦𝐚

R o s i e

Dejé escapar un pequeño suspiro de alivio cuando Draco salió de la habitación de su madre sólo unos instantes después. Tenía una expresión de dolor en el rostro y enseguida le puse una mano suavemente en la mejilla.

-¿Draco? - susurré. -¿Está todo bien?

Asintió, tirando de mí hacia él. Sentí que hundía su cara en mi pelo.

-Lo siento, Rosie. - murmuró. -Te quiero mucho por haber venido aquí.

Mi corazón se hinchó ante sus palabras. -Haría cualquier cosa por ti, Draco. Ya deberías saberlo.

Apretó sus brazos más fuerte alrededor de mí. -No te merezco.

Bajó los brazos, tomando mi mano entre las suyas y comenzó a llevarme de vuelta a las escaleras.

-Vamos, veamos si podemos encontrar algo de comida.

Me sentó en la mesa una vez que llegamos a la ridículamente enorme cocina, y observé cómo abría varios armarios, con una mirada perpleja.

-Draco, no me digas que no sabes moverte por una cocina. - Me reí. -¿Cómo has sobrevivido todo el verano?

Draco se encogió de hombros, ahora mirando en lo más profundo de la nevera. Le oí murmurar algo sobre los elfos domésticos.

-¿Hay alguna razón por la que no utilices sus servicios ahora? - pregunté con curiosidad, mientras Draco salía de la nevera, maldiciendo al dejar caer un huevo a sus pies.

-Quería hacer algo por ti, algo bonito. - Murmuró mientras miraba agitadamente a su alrededor buscando algo con lo que limpiar el suelo.

Riendo, me levanté y me acerqué, pasándole un trapo del fregadero

-Deja que te ayude. - le dije, mientras limpiaba el huevo del suelo. -¿Cuál es tu especialidad?

-Err, ¿tostadas? - Dijo mientras ladeaba la cabeza. -Suponiendo que tengamos una tostadora, claro.

-Eres increíblemente guapo, ¿lo sabías? - Me reí.

Sus ojos centellearon al encontrarse con los míos. -Me encanta oírte reír.

Media hora más tarde, ambos estábamos sentados a la mesa, comiendo la tortilla que le había enseñado a preparar de forma sencilla.

-No está mal. - comentó Draco mientras dejaba el tenedor en su plato vacío. -Podrías darle a esos elfos domésticos una carrera por su dinero.

-Gracias, creo. - reí a medias, empujando distraídamente un trozo de lechuga en mi plato.

-¿Todo bien? - Preguntó, con preocupación en su rostro, mientras colocaba suavemente sus dedos en el dorso de mi mano.

-Sólo estoy un poco cansada. - suspiré. No añadí que me daba miedo volver a su habitación.

-Ha sido un día muy largo, dejémoslo por hoy, ¿te parece? - Sus ojos se encontraron con los míos mientras hablaba y una chispa de electricidad surgió entre nosotros.

No habíamos hablado de los arreglos para dormir, simplemente asumí que compartiría con Draco. Después de todo, habíamos pasado muchas noches juntos en el sofá de Slytherin.

Pero esto era diferente. Íbamos a estar solos, algo que había anhelado desde que volví a Hogwarts.

Volvimos a subir las escaleras, cogidos de la mano, y mi corazón palpitó al acercarnos a la puerta de su habitación. No estaba segura de si era la anticipación de pasar la noche con Draco o la idea de volver a estar en esa habitación.

***

Draco se dio cuenta de que algo no iba bien con Rosie. Había supuesto que ella querría acostarse con él, pero la mirada de ella cuando se posó en su cama le hizo pensar lo contrario.

-¿Rosie? - Preguntó. Se horrorizó al ver sus ojos vidriosos y no los apartó del póster.

-No tenemos que dormir aquí si no quieres... quiero decir, puedes tener otra habitación si lo prefieres. - Preguntó tentativamente. Realmente esperaba que ella no quisiera dormir sola, él anhelaba tenerla en sus brazos esta noche.

-Lo siento. - tartamudeó ella mientras una sola lágrima rodaba por su mejilla.

De repente se dio cuenta. Pearl. Ella le había dicho que venía a menudo a hablar con su bebé por nacer en su cama.

La abrazó con fuerza y le quitó las lágrimas con un beso. -No lo sientas, Rosie. Lo siento, debería haber pensado.

-Estaba en tu cama, cuando sucedió. El dolor. Fue la última vez que estuve aquí.

Oh, Dios. Él no podía creer que ella pasara por todo eso. Su corazón simplemente se rompió por ella.

-Oh, Rosie. - la calmó mientras le acariciaba el pelo. -Mi dulce Rosie.

Le tomó la barbilla, inclinando la cabeza hacia arriba, y miró sus hermosos ojos azules. Rozó suavemente sus labios con los de ella, suspirando de puro placer.

Ella separó ligeramente los labios, atrapando el labio inferior de él, lo que provocó rayos de electricidad en sus regiones inferiores.

Él le pasó las manos por el pelo mientras el beso se intensificaba y sus lenguas se exploraban con avidez.

Fue consciente de que los dedos de ella tanteaban torpemente los botones de su camisa y empezó a tirar de su top, la necesidad de sentir su suave cuerpo desnudo contra el suyo se apoderó de él.

Con la ropa tirada en el suelo, la llevó a la cama, donde se abrazaron. La besó profundamente, rodando sobre ella, la sensación de sus cuerpos desnudos empujados el uno contra el otro lo volvía loco de deseo y anhelo.

-Draco. - respiró en su oído mientras él la penetraba lentamente, el placer desgarrando su cuerpo, volviendo locos sus sentidos. No quería que esta sensación terminara nunca. La miró a los ojos mientras se movía por encima de ella, el deseo y la pasión que había en ellos casi lo llevaban al límite.

-Rosie. - jadeó mientras la intensidad empezaba a aumentar, con bolas de fuego en el estómago que amenazaban con explotar.

Incapaz de contenerse, gritó su nombre una y otra vez mientras se estremecía sobre ella, sus cuerpos temblando de sudor y fervor.

Jadeando, se apartó de ella y la estrechó entre sus brazos, estrechando su suave cuerpo contra él.

Una vez que su respiración y su ritmo cardíaco volvieron a la normalidad, le besó la frente, aspirando su aroma.

-Te amo, Rosie Carter. - le susurró al oído.

Y un pequeño escalofrío le recorrió cuando ella le susurró las mismas palabras.

***