El silencio reinaba aún y Sanji, por alguna razón, no quería separarse de los brazos de aquel chico. Era cálido, era como si antes ya hubiera experimentado ese tipo de sentir, en el pasado o quizá, en una vida pasada. Se sentía demasiado bien y pudo relajarse ahí, los temblores ya había cesado.
Habían perdido la noción del tiempo, incluso, el como la posición había cambiado, ya estaban en el suelo, Zoro sentado contra la parte inferior de la nevera, mientras que Sanji reposaba sobre su pecho, recostado, con los ojos cerrados y con la respiración lenta, había logrado calmarse en verdad. Zoro miró hacia el reloj en la pared, definitivamente ya no alcanzaban a llegar a la escuela.
—¿Cómo estás?— se animó el peliverde a preguntar, daba pequeñas caricias en su espalda, buscando reconfortarlo en verdad.
Sanji no contestó, solamente se escondió más en el pecho del mayor, como no queriendo ha lar del tema. Zoro solo atino a suspirar y lo abrazo más fuerte, mucho más fuerte. Sabía que se sentía de esa manera por su culpa. No tenía sentido nada, Zoro en verdad se tía como se le clavaba una daga en el corazón cada que un recuerdo llegaba a su cabeza, se sentía tan ansioso por cambiar el pasado, estaba harto de ser un espectador de su propia vida, ¿Era posible?
A Zoro le había tocado la guardia esa noches, Sanji le había preparado deliciosos bocadillos para que no la pasada tan mal.
Estaba haciendo un poco de pesas, pues sus ojos amenazaban con cerrarse cada minuto que pasaba.Algo lo despertó por completo, era un ruido en la cocina. Zoro no solo estaba encargado de cuidar cualquier peligro que se encontrara cerca, también era el encargado de cuidar la cocina de Luffy, pues este se escabullía con maldad para asaltar la nevera.
Bajó para ir en busca del chico de sombrero de paja y obligarlo a irse a la cama. Entró a la cocina de golpe, pero se llevó una sorpresa al encontrar a Sanji hecho bola en una esquina. Lo vio por qué la luz de la luna lo iluminó, si no, estarían completamente a oscuras.
—Hey, cejas de diana, ¿Que estás haciendo?— preguntó mientras se acercaba a pasos cuidadosos, pues Sanji parecía no estar muy bien.
—Zoro... Son ellos, me están buscando... Quieren que regrese... Quieren encerrarme de nuevo, se rien, se burlan... Me golpean... Zoro, ayúdame... Me quieren hacer daño...— dice alzando el rostro, con ambas manos en su cabeza, jalando los hermosos cabellos rubios que brillaban bajo la luna. Su mirada asustada, su cuerpo temblando... A Roronoa se le rompió el corazón de tan solo verlo, de escuchar su voz quebradiza mientras lágrimas caían sin cesar de sus ojos.
—¿Quien? ¿Quien quiere hacerte daño?— preguntó agachándose para estar a su altura, hincándose frente a él. —Cocinero, dímelo.— exigió está vez, más serio que nunca, realmente preocupado por la seguridad del chico.
Sanji negó varias veces, desesperado, cada vez se jalaba más el cabello, no quería ver la oscuridad de nuevo.
—No lo sé, Zoro, no sé quiénes son... Solo me hacen daño.— el mencionado no supo que hacer. Solo atinó a estirar su mano y acariciar su cabello, después con algo de fuerza, apenas la suficiente para moverlo, lo acercó y lo abrazó, un abrazo que no duró demasiado.
Zoro esperó otro par de minutos y, desesperado por su propia culpa, mordió su labio inferior en un intento de no decir nada, de mantenerse en silencio... Pero entonces recordó que callarse, en el pasado había servido muy poco, y ahora, quería ser diferente, quería asegurarse de que Sanji supiera como se sentía, que a pesar de solo conocerlo por poco tiempo, ya sabía muchas, muchas más cosas. Sí, Zoro aún estaba confundido por todo, por los recuerdos... Pero confiaba en que estos eran enviados de su yo de otra vida para hacerlo entender y hacerlo accionar. Zoro no quería cometer el mismo error de antes.
—Sanji...— pronunció su nombre por primera vez, sintió como el rubio temblaba al escucharlo. —Necesito contarte algo y...— entonces, se movió un poco y pudo verlo, la marca en el cuello de Sanji, parecía un rasguño nada más, pero entonces recordó su propia marca. La marca que estaba viendo en ese momento formaba una R y una Z, las iniciales de su propio nombre.
—¿Zoro?— alzó la mirada para verlo, pues se había quedado en silencio tan de repente. Pero ninguno de los dos se hubiese esperado la acción por parte del de cabellos verdes.
Se había inclinado sobre el rubio para juntar sus labios, Zoro cerró sus ojos, no era un beso fogoso, era más bien uno exploratorio, era el primero que daba, solo un roce, solo un choque entre bocas, era tan poco y a la vez todo. Y para cuando se separaron, ambos se miraron con intensidad.
Sanji soltó una pequeña risa que le hizo sonrojar.
—¿De que te ríes?— preguntó con las cejas fruncidas, pero nervioso.
—No necesitaste hablar, ¿verdad? ¿Querías decirme que te gustó? ¿Es eso?— interrogó y Zoro se sintió nuevamente como un estúpido.
No era lo que quería decir... Al menos no del todo. Zoro tenía intención de hablar sobre los sueños y la marca, obviamente, también sobre sus sentimientos hacía él, pero principalmente de lo que le molestaba. Quería zafarse de eso de una vez por todas... Pero se había confundido todo.
—Zoro, no negare que me haces sentir tranquilo, que me agradas, y que realmente siento mucha conexión contigo... En verdad es algo que no puedo negar, pero actualmente estoy saliendo ya con alguien, y ya lo conoces, es Law... Y aunque no somos una pareja oficial, tenemos algo... Solo, dame un poco de tiempo, ahora mismo estoy algo confundido... ¿Puedes esperar por mi?— Zoro escuchó todo atentamente y de verdad quiso aclararle todo, que no era eso lo que realmente quería decir, pero no lo hizo. Se acobardo de nuevo.
—Sí, sin problemas.— dijo únicamente y Sanji le sonrió hermosamente, quería besarlo de nuevo, a pesar de haber sido solo un roce, lo había gozado, se había sentido feliz. —Sanji... No te alejes de mi por esto.— pidió. El contrario se acercó y le plantó un beso en la mejilla, uno con cariño y lleno de esperanza.
—No lo haré—.
Tal vez no era un te amo, pero Zoro lo sintió como tal, no estaba orgulloso, pero tampoco tenía el corazón roto... Se sentía solo un poco mejor..
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No comentarios de la autora... Me fui por dos años JAJAJAJAJAJ
HOLAAAAA ESTOY DE VUELTAAAAA
A
AGRADEZCO MUCHO A TODOS Y ME DISCULPO POR LA ESPERA. FUERON AÑOS DIFICILES.LOS AMO, BESOS
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Lo que fuimos. ~ZoSan~
FanficZoro lo recuerda, recuerda como el cocinero que amo, a quien siempre quizo proteger, se desangraba en sus brazos, mientras susurraba: "Te buscaré en mi otra vida, te molestaré en todas las vidas posibles. Te lo aseguro, Marimo de mierda". Zoro sabe...