𝟏𝟑 - 𝐄𝐥 𝐅𝐮𝐧𝐞𝐫𝐚𝐥

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R o s i e

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R o s i e

Mi corazón se rompió por él. Sí, había odiado a Narcissa Malfoy, pero amaba a Draco. Y no importaba lo que sintiera, seguía siendo un niño que había perdido a su madre.

La profesora McGonagall había permitido que tanto Draco como yo volviéramos a la Mansión Malfoy para preparar el funeral.

Draco no dijo mucho. En los días previos al funeral, sollozaba en mis brazos todas las noches mientras estábamos en su cama. El dolor que experimentaba me sobresaltó. Se aferraba a mí con fuerza, casi como si temiera perderme a mí también.

No quedaba mucha familia. El funeral fue escaso. Todos estaban muertos o encerrados en Azkaban. Draco y yo nos sentamos en el banco de la parte delantera de la pequeña capilla, con los dedos fuertemente unidos. Mis ojos recorrieron el brillante ataúd negro donde yacía Narcissa oculta. Me estremecí involuntariamente. El ministro siguió hablando, y las únicas palabras verdaderas que pronunció fueron que ella había dejado un hijo cariñoso.

Draco y yo nos pusimos a la cabeza del ataúd y lo seguimos hasta los terrenos de la capilla. El tiempo no parecía adecuado para la ocasión; el sol brillaba con fuerza sobre nosotros y había una ligera brisa primaveral en el aire. El puñado de dolientes que había asistido, se acercaba lentamente detrás de nosotros. Apreté la mano de Draco, que me dirigió la mirada más triste y afligida.

Mientras bajaban a Narcissa al suelo, sentí que la mano de Draco temblaba en la mía. La rodeé con mi otra mano, agarrándola con fuerza. Sabía que él intentaría con todo lo que tenía no gritar aquí. Llevaba una única rosa negra en la otra mano que dejó caer encima del ataúd. La miró en silencio durante unos instantes y me pregunté qué le estaría diciendo.

Esperaba que la perdonara. Para sí mismo.

***

-Voy a vender la mansión.

Rosie lo miró, con una expresión de sorpresa en su rostro. Estaban en el tren, volviendo a Hogwarts.

-Pero... ¿acaso no es la casa de tu familia? ¿Puedes hacer eso?

Draco suspiró pesadamente, sus ojos mirando por la ventana los campos que pasaban a toda prisa.

-No me queda familia. Mi padre está en Azkaban hasta el día de su muerte y mi madre se ha ido. - Cerró los ojos brevemente mientras el dolor lo inundaba. -Ahora estamos solos tú y yo, Rosie, y no quiero llevarte de vuelta a ese lugar para vivir. Nunca.

No había duda: la idea de pedirle a Rosie que formara una familia con él en el lugar que guardaba tantos malos recuerdos para ella era impensable.

Tomó la mano izquierda de Rosie en la suya y trazó su anillo de compromiso con el pulgar.

-No tuve una infancia feliz en ese lugar, y no quiero... - vaciló, sin querer molestarla con sus siguientes palabras. -No quiero que criemos a nuestros hijos allí.

Sintió que Rosie se ponía rígida. No habían hablado de niños. Era un tema difícil de sacar. Siempre estará Pearl.

-Rosie. - dijo suavemente cuando ella no dijo nada, -Mírame, Rosie.

Ella levantó la cara hacia él y él vio esa tristeza familiar detrás de sus penetrantes ojos azules. Su corazón se retorció. Levantó una mano y la puso sobre la mejilla de ella, bajando suavemente sus labios para rozar los de ella.

-Pearl nunca será olvidada. Nunca dejaremos que eso ocurra. - Susurró.

Rosie dejó escapar un suspiro de satisfacción mientras él seguía rozando sus labios sobre los de ella.

-Siempre imaginé. - dijo ella en voz baja cuando él se apartó ligeramente, -Que a nuestros hijos les encantaría jugar junto al mar.

Él no pudo evitar la sonrisa que se dibujó en sus labios. Sintió una repentina oleada de amor por esa mujer que tenía a su lado y la envolvió en sus brazos atrayéndola con fuerza hacia él.

-Entonces te prometo que ahí estará nuestro hogar, Rosie.

Besó con fuerza la parte superior de su cabeza, jurándose a sí mismo que pasaría el resto de su vida haciendo feliz a Rosie.

***

CRYSTAL CLEAR |Muddy Green Waters Sequel ✧ draco malfoy [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora