O2

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Dando las doce de la madrugada, Jake reía fuerte mientras veía a Park bailar arriba de la mesa en el centro, dos botellas en cada mano, moviéndose en un intento de ser "sensual".

―Oh, por dios, Park Sunghoon , no sabes ni moverte bien. ―se burló el rubio, colocando ambas manos en su cintura, parado frente al borracho peliplata. 

Shim miró a su alrededor, dándose cuenta que solo algunos pocos, entres dos o cuatros marineros se encontraban medio despiertos, los demás estaban dormidos por el alcohol. 

―Oohhh~, va- ¡ip! vamos a... bailar un rato, Jeiiilaaa~ ―dijo entre hipidos el pálido. 

Jake bufó, decidiendo por esa vez dejarse llevar por sus ocultos sentimientos. 

―Bien Park, ya es hora de dormir. ―colocó uno de los brazos del hombre sobre su cuello y hombro, recargándolo de sí mismo, caminando a pasos leves hacia la habitación del lugar, la cual a veces solía ocupar para dormir o arreglar unos documentos. 

Abrió la puerta como pudo, quejándose un poco cuando Sunghoon casi hace que se caigan. 

―Por favor, q-quédate quieto, tonto. ―masculló.

 Park se sonrojó por la molestia del chico, avergonzado.

―Lo siento.. bebé. 

Ignorando aquello, acercó al pálido a la cama, separándose para tirarlo a la misma, no esperando que el de cabello plateado lo agarrara de la cintura e hiciera que cayera encima de él. Sus rostros quedaron a pocos milímetros, Sunghoon abriendo sus ojos, todo el sueño y borrachera yéndose de su cuerpo cuando se fijó en eso. 

―Y-yo... ―Jake tenía el rostro sonrojado, no pudiéndose mover por los fuertes brazos que envolvían su cintura― E-este.. Sunghoon...

―Jake... eres hermoso ―susurró embobado, Shim sentía las típicas mariposas, que había querido asesinar con el tiempo, revolotear en su interior. Sunghoon alzó una mano y la posó en la mejilla del rubiecito― Si tan solo... te dieras cuentas de mi amor hacia ti, oh, jakie... haría lo que fuera por eso. 

El silencio que dominaba en la habitación los hacía sentir ansiosos.

Necesitaban algo... pero no sabían qué.

―Sung... ―Jake admiró un poco más el rostro varonil de Park, pensando en que tal vez y solo... tal vez debería dejar de reprimir sus sentimientos― Yo... ―cerró sus ojos, acercando un poco más su rostro al contrario, el aliento del peliplata atascándose cuando sintió sus belfos rozar con los del rubio. ― Yo también... estoy enamorado de ti. 

Los ojos de Sunghoon brillaron.

Joder, lo había esperado por tanto tiempo.

 Quería llorar de la emoción, pero su cerebro captó lo contrario y con un mar de emociones movió su mano a la nuca de Jake y terminó colisionando sus labios con los del otro.

Ah, se sentía en el cielo.

Los belfos danzaban con parsimonia. Habían esperado tanto por esto, Shim suspiró encantado, colocando sus brazos alrededor del cuello del plateado para acercarlo más, las manos de Park paseando suavemente por su espalda baja y por sus muslos, alzándolo un poco para que quedara firmemente sobre él.

Moviendo sus cabezas y profundizando el beso. Las lenguas comenzaron una guerra, en la que Sunghoon sumisamente se dejó ganar.

―Jakie cariño~ ―la voz ronca del pálido hizo estragos en el rubiecito cuando habló jadeante, luego de separarse por aire― hermoso, déjame... hacerte el amor.




𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗔́𝗡 𝗣𝗔𝗥𝗞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora